Música y danza

Radiografía de la enseñanza pública musical en Asturias, o el silencio del miedo

Ramón Finca critica duramente aquí el estado presente de la enseñanza pública de música en la región asturiana, atravesada de rigideces e incapaz, dice, de adaptarse a los tiempos que corren.

Radiografía de la enseñanza pública musical en Asturias, o el silencio del miedo

/por Ramón Finca/

El reglamento de acceso al Cuerpo de Catedráticos de Música y Artes Escénicas recientemente resuelto por la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias ha introducido una serie de requisitos que, más allá de profundizar en la excelencia interpretativa y la música como hecho procedimental, nos conecta con la búsqueda de un perfil de profesional burócrata alejado del contacto con la música como elemento esencial meditativo y/o lúdico.

En la disposición de acceso al citado cuerpo docente, aparecía como requisito obligatorio la posesión de un máster de cualquier especialidad o rama universitaria, lo que supone una aberración jurídico-profesional. Se da en este sentido la paradoja de que no existe apenas en el espacio superior de enseñanzas artísticas nacionales ningún máster en interpretación imbricado directamente en la Universidad o los conservatorios superiores, lo que hace aún más irracional la postura de la administración asturiana. Por otra parte, no hubo que realizar ninguna prueba práctica, y en el baremo de méritos los méritos artísticos (conciertos y galardones) suponen una décima parte de la calificación final, primando ante todo artificios como los cargos directivos, el tiempo de servicios en el cuerpo, cursos de nuevas tecnologías, otras titulaciones, etcétera. Para acabar de rematar la faena, se prohibía participar en el proceso selectivo a los funcionarios de carrera que lleven menos de ocho años de experiencia en el cuerpo, cuando Asturias es una comunidad repleta de talentos que antes de obtener su plaza como profesor de instrumento ya tuvieron en muchos casos un amplio bagaje pedagógico y concertístico.

¿El resultado? Una relación de cátedras adjudicadas con un resultado cuando menos sonrojante: aspirantes seleccionados en algunos casos con una calificación de 2 puntos sobre 10 (al no haberse establecido una calificación mínima de corte en el baremo resultante final) y un perfil profesional de los candidatos nombrados catedráticos ajeno en muchos de los casos a la impartición de servicios previos en las enseñanzas superiores de música, la actividad concertística y la promoción cultural/musical. Como inevitable y previsible consecuencia tenemos la progresiva caída en las cifras de matriculación de alumnos y alumnas en diferentes especialidades y la más que palpable bajada de excelencia interpretativa en los niveles profesional/superior que intenta ser disimulada con la mercadotecnia de las actividades extraescolares y la eventual instrumentalización propagandística en los medios de comunicación de algún alumno estrella de Pascuas a Ramos.

Los efectos colaterales de todo este absurdo guardan asimismo relación con la falta de respeto y reconocimiento de la administración hacia los profesionales asturianos y su nula disposición bolcheviquista al diálogo:  el efecto dominó provocado por esta convocatoria ha tenido como consecuencia que músicos y pedagogos reconocidos con una trayectoria impecable de años hayan sido desplazados de sus puestos. Especialmente sangrantes son los casos de Rubén Abel Pazos (guitarra) y Francisco Jaime y Pantín (piano).

Igualmente, en el ámbito de las enseñanzas artísticas del Principado de Asturias existe una serie de particularidades que definitivamente, y cuando menos, dan muestra por un lado de la opacidad por la que transcurre el sistema regional de enseñanza musical y por otro de la total ausencia de criterios de competencia: a la controvertida asimilación y equiparación administrativa de buena parte de la plantilla de profesorado del Conservatorio de Oviedo se une, más a escala regional, otro factor determinante, ya que al tratarse de especialidades con poca nómina de profesores por instrumento se sospechan mecanismos de vasallaje entre profesores titulares e interinos (en los tribunales de oposiciones de algunas de las especialidades siempre evalúan los mismos profesores). Ello deviene a medio plazo en rencillas personales y/o profesionales que convierten a los conservatorios asturianos en centros de enfrentamiento político o frenopáticos con un nivel de toxicidad personal elevado, más allá de lo digerible para sensibilidades estándar.

Capítulo aparte merece la gestión de la Consejería de Educación, que aprovecha la precariedad y los índices bajos de inserción laboral entre el colectivo pagando los sueldos más bajos prácticamente de todo el territorio nacional y burocratizando y asfixiando al máximo los centros sin ninguna justificación técnica al respecto que resista un mínimo de racionalidad. Su estalinismo cultural se evidencia entre otras muchas cosas en la aplicación rígida de la ley de Compatibilidad, que anula o limita la actividad concertística de los músicos asturianos, cuando en la mayor parte de las comunidades autónomas se han establecido mecanismos de diálogo y normativización jurídica para flexibilizar las condiciones en aras de un provecho formativo común. Llama la atención también la estrechez de miras y el nulo interés de la consejería por la presencia de las músicas modernas (jazz y rock) en el currículo oficial musical ofertado en la región, lo que supone un fraude a la sociedad ya que el noventa por ciento de la música que se comercializa a nivel estatal no tiene nada que ver con la música clásica. A este respecto, es muy posible que a los funcionarios de esta administración no les quede demasiado tiempo para establecer mecanismos de innovación educativa y escuchar las demandas culturales de la sociedad, ya que gran parte de su tiempo lo dedican a incoar sanciones a los docentes del Conservatorio de Oviedo por la friolera de siete minutos de retraso al trabajo en horario complementario no lectivo.

Lo más triste es que, tras más de diez años como profesional de la docencia musical en Asturias y haber trabajado en conservatorios de otras comunidades autónomas y centros de educación musical fuera de España, me quedo bastante corto en la crítica; y la comparación asusta en cuanto a criterios de excelencia, innovación y trato a los profesionales. Si no fuera por la gravedad de la situación, sería como disfrutar de una película de los Hermanos Marx, pero desgraciadamente ésta es la realidad que estamos viviendo en el ámbito de las enseñanzas artísticas musicales en el Principado de Asturias.

Y mientras tanto el silencio. El silencio del miedo en el cortijo del pueblo.

 

3 comments on “Radiografía de la enseñanza pública musical en Asturias, o el silencio del miedo

  1. guillermoquintasalonsogmailcom

    Todos conocemos a alguien que ha sentido un deseo especial de formarse en algún campo del arte y, por tanto, hemos sabido de primera mano la entrega con la que, desde la infancia, persiguió dar satisfacción a ese deseo. Esa dedicación conllevaba en ocasiones una verdadera extenuación, pues quien alentaba la aspiración de dedicarse a la danza o a la música debía cumplir con unos horarios y una organización del curriculum que no había sido pensada en función de hacer de la dedicación a la actividad artística el hilo conductor de su formación. Por ello, hace tiempo que me he referido al trato dado al conocimiento de las artes por el sistema educativo con esta afirmación: “Olvido hasta la hostilidad”. Esa hostilidad sigue vigente. La prueba la ha facilitado Dn. Miguel Soler: en el próximo curso los alumnos de artes no cursarán filosofía “por la complejidad y especialización de esta modalidad”. ¿El nuevo decreto no debería diseñar una reorganización de la dedicación a las artes que no requiera doblar horas de dedicación? ¿No sería el momento en el que la filosofía podría aportar elementos claves para esa reorganización? Si a la relación con el arte se piensa dedicar una vida y si “nada referente al arte es evidente: ni en él mismo, ni en su relación con la totalidad, ni siquiera en su derechp a la existencia” (Adorno), ¿no sería razonable recuperar para la educación artística la teoría estética que nuestra cultura ha asociado al mismo desarrollo del arte?
    El mal no es exclusivo de Asturias.

  2. ¿No será que por desinterés no les importaría cerrar el Conservatorio Superior de Asturias?

    Estoy totalmente de acuerdo con que el miedo a hablar reina en la región Asturiana, ya que para hacer cualquier cambio en alguna institución artística( de las que se hacen en otros lugares de forma continua y natural), aquí hay que incubar el virus, sufrirlo, debilitarse y ya por fin encontrar el antibiótico, por supuesto con el sacrificio de algunas cabezas, las cuales lucharon de forma efectiva ya por fin por el cambio, impidiendo dentro de sus posibilidades que todo se fuera a pique.

    Con el Conservatorio de Asturias, más de lo mismo, en lugar de escuchar y hacer, la consejería se viste de traje gris marengo y le da al off. obviando lo el sangrante de los casos de los profesores reconocidos a nivel nacional, y que son la razón de que muchos estudiantes se trasladen a cursar sus estudios a Asturias, (parece ser que sobran estudiantes en la región, como hay un conservatorio cada 10km, (vease la ironía)).

    El caso de las incompatibilidades es demencial, si un clavecinista de renombre nacional, de los pocos que hay en España y además de la región, imparte clases de superior en Oviedo, como no puede estar «x» días a la semana por conciertos, se le prescinde el contrato.
    ¿Bolonia existe?, o en España se implantó para que las pago- universidades y los conservatorios inventados se forren. Si los estudiantes y trabajadores de la enseñanza pública no luchan, se quejan, llaman a los medios de comunicación, hacen «ruido»… por miedo a que algún gris marengo o línea ejecutiva les ponga de patitas en la Plaza de Castilla (Oviedo). Si no lo hiciéramos, más nos valía empezar a hacer la pelota a alguna universidad y grado inventado, que contrata a dedo, te dan un máster si lo pagas, un grado, incluso se puede inventar un doctorado hecho a medida para cada uno (por supuesto previo pago, pero como dan beca…).

    Que ocurra esto mismo en otras regiones de España no es excusa para que no se luche en Asturias

  3. Jorge Lobo

    Voy a hacer yo una radiografía de verdad de lo que es la enseñanza musical en Asturias.
    Empezando por los catetos sociatas de la Consejería, pasando por los pésimos profesores de los conservatorios de grado medio y superior, (los cuáles fueron puestos a dedo en su dia por el maestrucho de capilla), continuando con los torpes e ineficaces equipos directivos compuestos por enchufados, escolanitos y demás gandalla, continuando con los absolutos inútiles de alumnos que integran los dos centros, alumnos que NO QUIEREN EN OTROS SITIOS, porque tocan fatal, y desafinan con verdadero empeño, por eso tienen cabida en el basurero del Consmupa, continuando con profesores que dicen que un compositor como Eduard Toldrá es para “bolos mal tocados”, continuando con una retrasada mental que dice que “el acorde tríada mayor es machista, o que el tema A de la forma sonata es machista porque somete al tema B que es femenino, continuando con un departamento de composiciòn integrado por autenticos inexpertos, torpes y desconocedores de las materias de armonia, contrapunto y orquestaciòn, continúa la radiografía con un grupo de jilipollas psicòpatas llenos de problemas mentales, obsesionados por si llegas tarde 2, o 5 minutos, continúa nuestra radiografía con una interminable lista de estúpidas y absurdas asignaturas inventadas para inflar los horarios del profesorado enchufado y así justificar su jornada completa o media jornada. Continua la radiografía con un grupo de absurdos e ignorantes inspectores de educaciòn que no saben absolutamente NADA de música pero conocen todas las ilegalidades que ocurren en ambos centros, y mire usted, las permiten y no pasa nada.Continua la radiografía con otro grupo de jilipollas cuya única motivaciòn es llevar al conservatorio “la gaita y la asturianada”, como si Beethoven o Bartok hubiesen escrito algo para gaita o tonada, o la aberraciòn ocurrida recientemente de traducir al asturianu, arias de òpera famosas para hacerlo con dos cojones en concierto, y todo ello con la supervisiòn de la Consejería, ¿se imaginan la Walkiria de Wagner en asturianu? Nuestra radiografía podría continuar con muchas cosas más dignas de circo, por ejemplo, la aberraciòn absoluta de musicología de UNIOVI, donde los alumnos no saben LEER MUSICA, aparte de ser un centro de adoctrinamiento feminazi como el mencionado Consmupa. Podríamos seguir y seguir, dejémonos de tonterías, el nivel de la educaciòn musical de Asturias es DE PENA, es RIDICULO, DA VERGÜENZA AJENA, DA RISA.
    PUNTO.

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