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La guerra, la cocina y el tenis

José Manuel Ferrández Verdú comenta la crítica del chef José Andrés a los tenistas que, como Nadal, Djokovic o Murray, defienden a los jugadores de tenis rusos del veto para participar en el campeonato de Wimbledon.

/ por José Manuel Ferrández Verdú /

Fotografía de portada de David Quinalty

El chef José Andrés, en adelante CJA, es un famoso cocinero que ha organizado una ONG, en adelante ONG, para llevar comida, alimentos, agua y bebidas a los ucranianos acorralados en Ucrania por los rusos, a su vez acorralados en Rusia por la OTAN, en adelante San José, en adelante SJ.

Este conocido chef ha demostrado no solo ser una gran persona y un gran cocinero sino estar dispuesto a jugarse la vida por el prójimo, lo mismo da que viva en Ucrania que en el quinto pino, y a llevar hasta donde haga falta toneladas de comida y otros alimentos así como a decirle a todo aquél que se ponga por enmedio que lo hace por amor a sus semejantes y por puro afán de ayudar en los momentos críticos y terribles a la gente, sea la que sea, y que todos sepan que le da igual que esto se sepa o que no, ya que su motivación es totalmente cristiana, desinteresada y caritativa. Pero no contento con eso quiere además obligar a que los tenistas de todo el mundo dejen de apoyar a los tenistas rusos, en adelante TR, repudiados por el club de tenis de Wimbledon, ya que, durante la invasión rusa de Ucrania, en adelante IRU, los jugadores de tenis rusos, en adelante JTR, apoyaron explícita y claramente la guerra lanzando fuertes golpes con la pelota a los militares ucranianos que defendían su país. Y además quiere que las grandes figuras del tenis, en adelante GFT, se dediquen a criticar al gobierno ruso, jugando de manera que todas las bolas vayan a dar a la persona de Putin, en adelante Putin, con lo cual se vea obligado a dar la orden de retirada y a vender gratis el petróleo y el gas que le quede a todos los países del mundo civilizado, en adelante San Francisco de Asis, en adelante SFA. Desea que todo el mundo sea igual de héroe y de buena persona como él, y que a nadie se le ocurra hacer nada distinto a lo que él hace, porque está convencido de ser la mejor persona que ha nacido desde el siglo quince o dieciséis para acá.

¡Cuánto bien hace no solo a los ucranianos perdidos entre los escombros ocasionados por las bombas rusas, sino en general a la humanidad con su bondad interminable, bondad que pretende inocular en las clases acomodadas, y que estas dejen por fin de comer porquerías y acudan a sus restaurantes donde podrán degustar manjares tan exquisitos como los argumentos que maneja en contra de los tenistas que defienden a los tenistas rusos, en adelante TQDTR! CJA intenta convencer a Nadal, Djokovic y Murray, en adelante NDM, de que sean igual de valientes como él mismo y de que se vayan, como él, al sur de Ucrania a repartir comida entre los ucranianos acorralados por los rusos, a su vez acorralados por los europeos y los americanos, en adelante los Santos Inocentes, en adelante SI, a quienes les gustaría que los rusos dejaran de existir para poder inventarlos otra vez.

 Está de moda eso de acorralar a la gente.

Según la prensa escrita, Wimbledon, en adelante El Santo Sepulcro Blanqueado, en adelante SSB, había vetado a los tenistas rusos, en adelante TR, para asistir al torneo de tenis que lleva su nombre, a lo que Nadal comentó no entender tal postura, por creer que aquellos tenistas no tenían nada que ver con la guerra, y  el chef José Andrés, en adelante CJA, respondió que lo que Nadal debería hacer es criticar al gobierno ruso y no a Wimbledon. Todo parece indicar que los tenistas rusos acompañaron a los tanques que invadieron Ucrania, y fueron lanzando boleas y pelotas de saque fortísimas contra los soldados ucranianos, los cuales se vieron derrotados en el primer set, en el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto, por lo que Wimbledon, famosa por su hierba y por sus ovejas, se vio obligada a rechazar su participación en el famoso torneo por temor a que fueran acompañados por tanques y todo, invadiendo y ocupando de este modo lo que no pudieron invadir ni ocupar Felipe II, Napoleón ni Hitler.

Da la impresión de que el chef José Andrés, en adelante CJA, no se da cuenta de que todo el mundo no puede ser tan valiente y generoso como él, que es casi un santo y un Premio Nobel de la Paz, que se lo darán quiera o no quiera, porque contra esa gente no hay quien pueda ya que tienen en su poder casi toda la dinamita del mundo.

Así como el chef José Andrés, en adelante CJA, se dedica a ayudar a los ucranianos sitiados en el sur, llevándoles comida y toda clase de alimentos, otras personas como Nadal, Djokovic o Murray, en adelante NDM, deben dedicarse a defender a los pobres tenistas rusos, en adelante PTR, que fueron obligados a ir a la guerra contra su voluntad y bolear de una manera imbatible y excomunista a los defensores de Ucrania, ya que fueron derrotados en cinco sets al principio, pero posteriormente un árbitro imparcial invalidó el partido por haberse jugado en medio del campo, sin ningún tipo de rayas y en presencia de unos tanques feísimos y que eran pura chatarra, en adelante PUCHA.


José Manuel Ferrández Verdú (Orihuela, 1953) es escritor y dibujante. Ha trabajado como escribiente durante treinta años y ha ganado un premio de cuentos  cortísimos acerca de las costumbres secretas de los irlandeses, titulado O’Connor y publicado en esta misma revista. Así mismo, ha publicado relatos en las revistas La Lucerna y Empireuma, es colaborador habitual de la revista El Murmullo, que dirige Manuel Susarte, y ha escrito la novela La Torre de los Músicos, publicada en formato digital en Scribd, así como el libro Doce novelas imposibles, inédito, siguiendo el modelo de las novelas ejemplares de Cervantes,  admirable poeta español de los siglos XVI-XVII.

4 comments on “La guerra, la cocina y el tenis

  1. Tal frivolización respecto de los temas tratados, mezclados en una coctelera y agitados sin método hasta su deconstrucción posmoderno, me produce, cuando menos, un cierto grado de repulsa o desencanto. Me imagino que al autor mis sentimientos le producirán indiferencia. No es para más.

  2. ¿Yo frívolo, postmoderno, amante de los cócteles, deconstructivo, carente de método?

    Válgame la Inmaculada Concepción de María, es decir, su nacimiento sin pecado original

    ¿Pero cómo es posible, hombre de dios, o mujer de la virgen, que me diga usted todas esas cosas y se quede tan tranquilo o tranquila?

    Claro que entiendo sus sentimientos, ¿o es que piensa que soy una mala persona además de posmoderno y caótico?

    Según Borges nadie se toma la molestia en demostrar algo en lo que no cree

    ¿De verdad cree usted que los PTR (pobres tenistas rusos) deben pagar las consecuencias de la guerra simplemente porque lo haya dictado un santo varón cuya labor es admirable y todos deberíamos imitar?

    Pues si lo cree debería tomarse la molestia de demostrarlo, porque para mí una cosa no se desprende de la otra, salvo por desprendimiento de retina

    Puede que yo sea frívolo, se lo concedo, pero es que en el sur hace mucho calor y se te quitan las ganas de ser serio en exceso, si no quieres sudar demasiado

  3. Estaba claro que los rusos iban a estar vetados en ese torneo, dado que quienes están en guerra no son Rusia contra Ucrania sino Rusia contra la anglosfera y sus satélites.

  4. Estoy de acuerdo, señor Afrendes

    Anglosfera es un término de describe muy bien al Occidente actual

    Ese veto es un poco tonto, por no decir muy tonto

    ¿Van a prohibir que los fontaneros, o los albañiles o los cocineros o los toreros rusos trabajen también fuera de su país?

    ¿Y si algún ruso quiere venir a lidiar a La Maestranza? ¿Le diremos que no tenemos trajes de luces para él?

    O si otro ruso quiere bañarse en una playa ¿le diremos que está llena?

    Esa guerra camuflada de la que habla usted ha hecho perder los papeles a los jefes de Wimbledon, se han puesto nerviosos quizá por el temor de que los miren con cara de pocos (pero buenos) amigos

    Y el famoso Chef creo que se ha envalentonado y se ha pasado varios pueblos al darse cuenta del éxito que tiene, del cual me alegro en cuanto pueda remediar los males de las víctimas inocentes de la guerra, pero ello no lo convierte en oráculo para todas las demás cuestiones de la vida, o tal vez sí

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