Los cuadernos pálidos (24)
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un encuentro en Correos, la escultura de Coomonte, la impudicia de las flores o el fallecimiento de Battiato.
cuaderno digital de cultura
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un encuentro en Correos, la escultura de Coomonte, la impudicia de las flores o el fallecimiento de Battiato.
Pablo Batalla Cueto inicia un dietario de notas de longitud variable, con pensamientos, subrayados de libros, recuerdos e impresiones de cosas vistas o noticias leídas.
Pablo Luque Pinilla dedica una nueva página de su ‘cuaderno de espiral’ al «dato de la naturaleza» de que «estamos hechos para estar acompañados» y el «inexcusable deseo que todos albergamos de contar con una compañía humana prometedora para arriesgar con ella la aventura de la propia vida».
Tres microrrelatos de ‘El nombre de las cosas’, de Ricardo Martínez-Conde, titulados «Alta política», «Pizarrín» y «Quietud, pudor».
«El periódico dormía sobre la barra del bar abierto por la página de anuncios. Uno de los anuncios estaba subrayado: «Se necesita a alguien para trabajar. Buena presencia. Salario interesante. Hablar con Pura». Un relato de Josemanuel Ferrández Verdú.
«Somos ocho. Estoy desde hace tres años. Y tenemos una sesión individual con alguno de los dos terapeutas. Ella es médica y él es psicólogo». Un relato de Rolando Revagliatti.
Pablo Luque Pinilla comenta dos títulos «ebrios»: el poemario de Claudio Rodríguez que da título al artículo y ‘Otra ronda’, la última película de Thomas Vinterberg.
Nuevas páginas de un diario de Avelino Fierro, que escribe la muerte de un viejo amigo o un paso por Urgencias.
«En Rumanía vivió un agrimensor que tenía una guitarra de seis cuerdas y detrás de las cuerdas, como casi todas las guitarras, esta tenía un agujero negro». Un cuento de Josemanuel Ferrández Verdú.
Mario Pérez Antolín ofrece una serie de apotegmas sobre música.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago los dimes y diretes sobre vacunas en una cola en el mercado, la desolación de tirar un bolígrafo ya agotado o un caracol sobre el empavesado.
Josemanuel Ferrández Verdú escribe su propia versión del cuento de Caperucita.
«Existen docenas de fotografías de Ruperto Bandeiras y en todas ellas el ilustre profesor está riendo o sonriendo. ¿Por qué?». Un relato de José Manuel Vilabella.
El libro —afirma Pablo Luque Pinilla en este artículo— merece algo más que una juerguecita una vez al año.
«Cada vez se le hacía más gravoso todo eso. No hacia mucho había comprobado que, después de todo, la fama y el éxito no sabían tanto a gloria. Además, tenían una forma de hastiarlo, que ya hasta lo habían hecho pensar en buscar alguna forma de espiritualidad». Un relato de Rodolfo Elías.