Estudios literarios

Quijotesco y cervantino

«Hoy lo cervantino y lo quijotesco está en la renovación con sólidos fundamentos preceptivos, en la experimentación bien justificada, en el ingenio al servicio de la sabiduría, en el meollo con suficiente aderezo». Un artículo de Mario Pérez Antolín sobre la obra cumbre de la literatura española.

/ por Mario Pérez Antolín /

No conviene, por merecidos que sean sus méritos, tratar el Quijote como una singularidad o hito extraordinario sin raíces profundas ni retoños postreros.

Ciertamente, esta obra es heredera, aunque no deudora, de una acendrada tradición literaria medieval, convirtiéndose en su broche de oro y, al mismo tiempo, en un referente generativo y fundacional que inaugura la modernidad como genealogía donde el sujeto se libera de las cadenas del artificio escolástico.

Abrió, por tanto, una senda por la que han transitado exegetas, imitadores, continuadores, renovadores y toda una suerte de proyectos, más o menos formalizados, que construyeron un armazón hermenéutico de interpretación o acontecer lingüístico de la tradición.

Su aventura, como señala Foucault en Las palabras y las cosas, será un desciframiento del mundo que pretende transformar la realidad en signo.

Don Quijote lee el mundo para demostrar los libros. La ficción frustrada de las epopeyas se ha convertido en el poder representativo del lenguaje. Las palabras se encierran de nuevo en su naturaleza semiótica. Es la primera de las obras literarias modernas, ya que se ve en ella cómo la razón cruel de las identidades y de las diferencias juguetea, ad infinitum, con los símbolos y las similitudes. Crea, por lo tanto, toda una tradición literaria que, a mi modo de entender, se puede rastrear hasta nuestros días y que discurre en paralelo al subjetivismo autorreferencial del hecho creativo.

Cervantes establece el paradigma del género novelístico con los elementos que todavía hoy lo conforman y, para ello, tuvo, por un lado, que deshacerse definitivamente de la gesta y la crónica fabulosa y desbancar, por otro, a los libros de caballerías como alternativa. Este ajuste de cuentas con los precedentes para alumbrar esa nueva fórmula literaria le permite, a través del recurso de la ironía y la parodia, un enfoque plural y universal donde no faltan pasajes realistas, bucólicos, épicos, fabulosos, sentimentales, picarescos y morales perfectamente ligados y trabados con un estilo que, al decir de Menéndez y Pelayo, arranca no del capricho individual, no de la excéntrica y errabunda imaginación, no de la sutil agudeza, sino de las entrañas mismas de la realidad que habla por su boca.

Parece evidente, pues, que los rasgos más característicos de la lengua de Cervantes deben atribuirse no tanto a una gramática o a un léxico específicos cuanto a la recreación literaria y retórica de los materiales lingüísticos que manejaba, por lo que la utilización, como modelo de corrección idiomática, de la norma cervantina, si se aleja de su contexto histórico, puede incurrir en excesos que, lejos de permitir una interpretación cabal de la obra de Cervantes con todas sus ambigüedades, sutilezas, perspectivas y voces, salvaguarden un artefacto fosilizado y acartonado, muy distante del propósito del autor.

Hoy lo cervantino y lo quijotesco está en la renovación con sólidos fundamentos preceptivos, en la experimentación bien justificada, en el ingenio al servicio de la sabiduría, en el meollo con suficiente aderezo.

[EN PORTADA: Don Quijote, por Adrien Louis Demont (1893)]


Mario Pérez Antolín (Stuttgart, 1964) es uno de los aforistas más importantes de nuestro país. Sus libros en este género (Profanación del poder, La más cruel de las certezas, Oscura lucidez y Crudeza) han recibido elogios de pensadores tan eminentes como Eugenio Trías, Victoria Camps, Joan Subirats o Vicente Verdú y se han convertido, por méritos propios, en lectura obligatoria para aquellos que prefieran la fusión de la buena literatura con una filosofía disidente. Antólogo del libro titulado Concisos, que agrupa a algunos de los mejores aforistas españoles contemporáneos. Mención Especial en la 6ª edición del premio «Torino in Sintesi» de La Associazione Italiana per L’Aforisma. Su poesía, publicada en cuatro libros (Semántica secreta, Yo eres tú, De nadie y Esta ínfima parte de infinito), destaca por la fuerza expresiva de las imágenes y por la profundidad reflexiva de las ideas, dando forma a un estilo muy innovador que tiene el reconocimiento de la crítica especializada dentro y fuera de España. José Luis Puerto y Juan Carlos Mestre han prologado algunos de sus poemarios. Su obra se conoce bien en Hispanoamérica: cuenta con un libro publicado recientemente en México.

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