Categoría: Desde la antesala

Desde la antesala

La soledad del caballero

Escribe José Manuel Vilabella a modo de estreno de su columna ‘Desde la antesala’ que para ser un gastrólogo es imprescindible haber viajado hasta la extenuación, tener el don de lenguas y haber comido tanto en tabernas como en palacios imperiales. El señorío se lleva en los genes pero el oficio de gastrónomo se adquiere olisqueando aquí y allí, probando allá y acullá.