‘Federico Sánchez se despide de Ustedes’: despedirse de la violencia de la única memoria
Juan Calvin reflexiona sobre el totalitarismo, la violencia o el neopuritanismo a partir de la lectura del famoso libro de Jorge Semprún.
cuaderno digital de cultura
Juan Calvin reflexiona sobre el totalitarismo, la violencia o el neopuritanismo a partir de la lectura del famoso libro de Jorge Semprún.
Alberto Aguilera publica ‘Paisajes benjaminianos’, una actualización de una serie de temas de Walter Benjamin para adaptarlos a la situación presente, de la que ofrecemos acá un extracto.
Álvaro Valverde reseña ‘La sombra del apostador’, último poemario de Igor Barreto, una de las voces más importantes de la fértil poesía venezolana contemporánea.
Antonio Gracia reseña ‘La poesía española de la II República a la Transición’, de Ángel Luis Prieto de Paula.
Tres microrrelatos de ‘El nombre de las cosas’, de Ricardo Martínez-Conde, titulados «Alta política», «Pizarrín» y «Quietud, pudor».
Un artículo de Antonio Costa.
Eduardo García hace una semblanza de Marlon Brando, repasando sus papeles en sus películas más emblemáticas.
Escribe Miguel de la Guardia que «se descalifica al contrario para esconder las propias debilidades y en lugar de asumir los errores de las propias filias se alude a las de otros partidos».
«El periódico dormía sobre la barra del bar abierto por la página de anuncios. Uno de los anuncios estaba subrayado: “Se necesita a alguien para trabajar. Buena presencia. Salario interesante. Hablar con Pura». Un relato de Josemanuel Ferrández Verdú.
Carlos Alcorta reseña ‘Noche fiel y virtuosa’, de Louise Glück, una de sus cimas poéticas, donde «asistimos al prodigio de la renovación personal, una especie de desafío a la muerte».
Ada Soriano entrevista a la autora de ‘Fragmento’, ‘28010’ e ‘Historial’, «escritora persistente y obstinada, poeta de tanto coraje y tanto vuelo», que ahora publica ‘Sacrificio’, un peomario que vuelve a dar cuenta de la existencia y sus adversidades, la enfermedad y el dolor.
Pedro Luis Ibáñez Lérida escribe sobre el autor chileno afincado en Blanes, del que dice que «la singular óptica con la que abordaba la literatura hacía de esta un arca donde embarcar las especies literarias de su sobresaliente imaginario».