Los cuadernos pálidos (35)
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago a dos jóvenes que charlan, las voces de la tierra o el trasiego de la loza chascando por la mañana en la cocina.
cuaderno digital de cultura
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago a dos jóvenes que charlan, las voces de la tierra o el trasiego de la loza chascando por la mañana en la cocina.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un cielo enfermizo en el que pareciera haberse exprimido una gran naranja sucia o la inquietante familiaridad de las imágenes del horror ucraniano.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un cartel de publicidad enigmática e infame o los brillos insolentes en la noche inofensiva de Kiev.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago la morfología eufórica de una escarola, los nombres repentinos que la memoria trae o un entrañable letrero portugués.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago su desconfianza hacia las casas impecables, el encanto invernal de cruzar el parque bajo el frío nocturno o una ventaja de las mascarillas.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago la aparición de un caballo blanco, la hipocresía de una cumbre contra el cambio climático o la emergencia de una Internacional de la Insensatez.
Del murmullo del mundo registra Tomás Sánchez Santiago en esta ocasión el misterio de una «Taberna Humana», un hueso de vaca sobre un banco o la luz limonera de octubre.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago una carrasca corpulenta de Soria, un muchacho que arrastra un violonchelo o el pavor de los habitantes de La Palma ante la erupción de un volcán.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un armario entreabierto, el entusiasmo de un pescadero o una planta de romero en el camino de un río.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago el escándalo blanco de la luna llena entre las barbas nocturnas del agua, una cola en el banco o los vendedores ambulantes en la playa.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un hombre que pasea un ramo de rosas por la calle, el sabor acre de la recriminación o el arte de ser discreto (cultivar todos los modos de no comparecer).
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago un encuentro en Correos, la escultura de Coomonte, la impudicia de las flores o el fallecimiento de Battiato.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago los dimes y diretes sobre vacunas en una cola en el mercado, la desolación de tirar un bolígrafo ya agotado o un caracol sobre el empavesado.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago una mujer que canta absorta y desmandada por la calle, un hayedo rojizo y espectral o la partida de Zagajewski.
Del murmullo del mundo registra en esta ocasión Tomás Sánchez Santiago la melodía despiadada e imperturbable del afilador, unas cortinas colgando de una casa demolida o el funambulismo de una comba de nieve de ventana a ventana.