Llugares: Barcelona
Eduardo Moga narra para la serie ‘Llugares’ un largo paseo por la capital catalana.
cuaderno digital de cultura
Eduardo Moga narra para la serie ‘Llugares’ un largo paseo por la capital catalana.
El hombre de la era digital ya no se viste: se cubre. Su único Dios es la comodidad, es decir, el conformismo. El arte de vestirse demanda tiempo y esfuerzo, estudio y observación, autoconocimiento y ensayo. No plegarse a la estética del rebaño, que algunos llaman discreción, exige la determinación de encontrar nuestra propia voz; nos librará, además, del ridículo de ser iguales que los demás hasta en la voluntad de ser diferentes (Borges).
Un cuentín triste de Juana Mari San Millán, dedicado en esta ocasión al fallecido sabio glocal.
«En pleno siglo XXI, muchas mujeres y hombres hemos comprendido que para disolver el patriarcado es imprescindible la construcción de nuevos valores y nuevos símbolos, de una ideología que nos ayude a desplegar también nuevos hábitos de vida. Esa revolución humana ha comenzado ya: ¡dejad que el patriarcado tiemble! Su miedo es síntoma de una sociedad en proceso de cura», escribe Susana Carro.
Manuel García Fonseca, ‘el Polesu’ reseña una recopilación de artículos de Boaventura da Sousa Santos, que llama a democratizar la revolución y revolucionar la democracia y trabar una nueva Internacional entendida no como programa único común, sino como lugar de encuentro y aportación mutua de las izquierdas diversas del mundo.
Idoia Salazar invita a dejar a un lado nuestros prejuicios para poder aprovechar al máximo las grandes e innumerables ventajas, dice, de las tecnologías asociadas a la inteligencia artificial.
Pedro Luis Menéndez ofrece a los lectores de EL CUADERNO un texto de creación inédito.
Camus, escribe Miguel Antón Moreno, rechazaba totalmente la posibilidad de que el suicidio fuera una solución ante el absurdo de la existencia, debido a que la aniquilación de la propia vida vendría a ser una forma de satisfacer al absurdo, y no de hacerlo desaparecer. Y aunque reconocía cierta valía en algunos tipos de suicidio, cuando éstos están destinados a satisfacer algún proyecto vital (como ocurre en los suicidios políticos), al mismo tiempo criticaba la postura de quienes idealizan al suicida como el paradigma del valeroso.
«”No abandones la senda de la rectitud por la escasez de sus caminantes”, reza un viejo proverbio hispanoárabe. Ésta era la consigna inquebrantable e inquebrantada de la casa. En la casa, enclavada en una pequeña capital del interior, vivían cinco hermanas, solteras naturalmente, muy unidas, muy deferentes unas con otras…». Un cuento de Francisco Abad.
Israel Llano Arnaldo dedica su crónica historia mensual al fenómeno del megalitismo prehistórico, testimoniado en monumentos como Stonehenge o Carnac, que nos siguen sobrecogiendo milenios después de haber sido levantados.
Pablo Batalla Cueto recuerda para la serie ‘Llugares’ el tiempo que vivió en Nicosia, la capital de Chipre.
Vicente Valero publica ‘Duelo de alfiles’, un original y casi detectivesco seguimiento por ciudades, islas, pueblos, cartas, diarios y libros, los pasos confluyentes de cinco grandes escritores: Nietzsche, Rilke, Kafka, Benjamin y Brecht, que Ricardo Baixeras reseña aquí.
Una nueva página del ‘Querido diario’ de Avelino Fierro: «Empezaron a suceder algunas cosas. Aquellas cortinas se descorrieron; el quitanieves comenzó a rascar el hielo en las carreteras de montaña; Orión se elevó en la noche por encima de los bosques de hayas; en la cafetería, una adolescente temblorosa que esperaba retocó el carmín de sus labios; unas decenas de pájaros nocturnos velaban… Alrededor de nosotros se movía otra vez la sintaxis entrecortada del invierno».
Libros del Asteroide reedita la ‘Operación Masacre’ de Rodolfo Walsh, de 1957, una arriesgada y obsesiva investigación sobre una operación contra opositores al régimen de Perón que desmentiría la versión oficial sobre los hechos y documentó un caso de terrorismo de Estado.
Elegido por la crítica como uno de los mejores libros de poesía publicados el pasado año, Garabateando la oscuridad es el último título —hasta ahora, porque, a pesar de tener ya ochenta años, la vitalidad creativa del autor sigue deslumbrándonos— publicado por Charles Simic.