Poéticas

La jaula

Carlos Alcorta reseña 'La jaula', libro de aforismos de Javier Sánchez Menéndez, perseguidor de la meta del autoconocimiento y dejar a la vista las incertidumbres vitales.

/ una reseña de Carlos Alcorta /

Aunque ha publicado recientemente un libro de poemas, las últimas entregas de Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, 1964) están consagradas al aforismo, género en el que parece encontrar la mejor manera de aprehender la realidad y sobre el cual ha escrito una especie de manual, Para una teoría del aforismo (Trea, 2020). El propio autor confirma esta idea cuando afirma fue la lectura de aforismos ajenos la que le proporcionó un juicio crítico. «El sentido de banalidad de nuestro entorno, de nuestra vida, de mucha de la literatura que nos rodea, gracias a los aforismos, se convirtió en múltiples escenas invisibles». Unas grandes dosis de hermetismo encontramos, en consonancia con los libros anteriores dedicados al género, en La jaula.

Dividido en seis secciones, en la primera de ellas hace un elogio del silencio: «No necesitamos consejos, ni limosnas, ni siquiera palabras. Precisamos silencio, puro silencio», escribe Sánchez Menéndez, que encuentra la esencia de la verdad en el recogimiento, en lo contrario de la banalidad. En el «Arte de la dulzura», cifra en esta cualidad, muy asociada en estas reflexiones, a la bondad y a lo mejor del ser humano, el alimento para crecer espiritualmente, algo acaso inesperado si tenemos en cuenta que «el hombre es el peor animal de compañía», una afirmación que roza la misantropía y que, probablemente, se sustente en la defensa del silencio inicial. El aforismo debe provocar en el lector la reflexión personal, la complicidad con lo leído o el desacuerdo. La ambigüedad, la paradoja refuerzan el pensamiento crítico, como vemos en estos ejemplos: «El perdón puede cambiar el pasado, pero nunca el futuro», «Todo arde menos el fuego» o «Un aforismo es todo lo contrario de lo que escribimos como aforismo».

Sánchez recurre de nuevo al «concepto», título de uno de sus libros, publicado en 2019, un concepto cuya esencia recae en la palabra, pero la palabra es escurridiza, quizá por eso, en ocasiones, se desboque y subvierta el sentido de lo queremos decir, haciéndolo casi ilegible, constatando así que no es fácil saber decir lo que se quiere decir y es que «tan solo somos un concepto, un simple o complejo concepto. Nuestra comunicación será electrónica, será una frecuencia en la que todos podamos establecer mensajes. Pero no todos recibirán mensajes».

En La jaula, la última entrega dedicada al aforismo, Javier Sánchez Menéndez profundiza en la disección sentimental e ideológica que el autor lleva años realizando con metódica perseverancia. Podemos, como lectores, compartir o no sus puntos de vista, sus opiniones, pues eso encierran muchos de estos aforismo (más evidente en los dedicados a la libertad o a la política), pero lo mejor de todo es que dejan a la vista las incertidumbres vitales de un hombre que lucha por mantener un ritmo acorde con sus propios intereses, un ritmo que le permite analizar la distancia que existe entre el propósito y el logro de una meta; meta que no es otra, en su caso ―en el de todos me atrevo a decir―, que el autoconocimiento.


Selección de aforismos

EL hombre no adquiere experiencias ya que no sabe articularlas, tan solo las percibe.

NUESTRO interior se compone de ideas y de espuma. Lo primero se alimenta y lo segundo se escupe.

¿HAY algo más desventurado que una religión sin desahogos? Posiblemente una religión con usufructos.

EL placer debe ser el deseo de conocimiento.

NO conoceremos lo que ocurra dentro de un puñado de años, intentemos descubrir todo aquello que está ahora a nuestro alrededor.

ADMIRAMOS aquello que no conocemos, defendemos todo cuanto ignoramos. Somos un tumulto que siempre está estallando.

QUEMAMOS las casas, arrasamos allá donde acudimos, deseamos ser aquello que no somos. Es la confianza en la falsedad.

TODOS los seres civilizados acaban alabando a la ignorancia.

DESCRIBIR nuestros éxitos nos acerca a la insignificancia.

EL hombre virtuoso debe saber valorar los éxitos ajenos.

LO verdadero y lo falso caminan por la misma senda, uno lo hace con fortaleza, otro con cinismo.

LA ciencia también se ha puesto al servicio de los insensatos, y lo ha hecho sin razonamientos.

POCAS veces somos tan felices como en un sueño.

ELOGIAMOS la mediocridad porque somos tan solo aceptables.

NO podemos confundir la locura con la ridiculez. Ridículo es el insignificante.

UNA guerra es un conjunto de estrellas que han dejado de sujetarse en el cielo.


La jaula [aforismos]
Javier Sánchez Menéndez
La Isla de Siltolá, 2023
140 páginas
14 €

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Carlos Alcorta (Torrelavega [Cantabria], 1959) es poeta y crítico. Ha publicado, entre otros, los libros Condiciones de vida (1992), Cuestiones personales (1997), Compás de espera (2001), Trama (2003), Corriente subterránea (2003), Sutura (2007), Sol de resurrección (2009), Vistas y panoramas (2013) y la antología Ejes cardinales: poemas escogidos, 1997-2012 (2014). Ha sido galardonado con premios como el Ángel González o Hermanos Argensola, así como el accésit del premio Fray Luis de León o el del premio Ciudad de Salamanca. Ejerce la crítica literaria y artística en diferentes revistas, como ClarínArte y ParteTuriaParaíso o Vallejo&Co. Ha colaborado con textos para catálogos de artistas como Juan Manuel PuenteMarcelo FuentesRafael Cidoncha o Chema Madoz. Actualmente es corresponsable de las actividades del Aula Poética José Luis Hidalgo y de las Veladas Poéticas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Mantiene un blog de traducción y crítica: carlosalcorta.wordpress.com.

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