Escuchar y no callar

Manual personal para realizar preguntas

Miguel de la Guardia escribe sobre la necesidad, dice, de que la oposición al Gobierno formule preguntas más concretas, que pongan a aquel en verdaderos aprietos, en lugar de ofrecerle valoraciones previas y descalificaciones que puedan utilizarse para desviar la atención de lo presentado.

/ Escuchar y no callar / Miguel de la Guardia /

En mi actividad profesional, me he visto en muchas ocasiones en la necesidad de formular preguntas a candidatos a doctor o aspirantes a una plaza de profesor titular o catedrático de universidad y lo que más me extraña de estas situaciones es la frecuente falta de técnica de muchos compañeros que repiten una estrategia de preguntas en tres movimientos: 1) Elogio del propio currículum de quien pregunta con el consiguiente despliegue de sus conocimientos, 2) Análisis superficial y un tanto despectivo de lo presentado por el candidato y 3) Solicitud de la aquiescencia del candidato a todo lo anteriormente presentado. Como podrán apreciar, ese despliegue de autobiografía del preguntador no ofrece en lo absoluto un marco razonable para disipar dudas o ahondar en la calidad de lo presentado y el resultado, amén de tedioso, no aporta nada al proceso de clarificación y evaluación de lo presentado ante la comisión. La cosa aún puede complicarse más si quien pregunta tiene una excelente opinión de sí mismo y no está urgido por ningún plan en el medio plazo.

Las malas experiencias escuchando preguntas que nada aportaban y consumían un tiempo precioso me han llevado a limitar la duración de las intervenciones de los miembros de las comisiones cuando tengo que detentar la presidencia de las mismas y, sin limitar los derechos de nadie, abrir tantos turnos de palabra como fueran necesarios para aclarar dudas, pero evitando los fraseos farragosos y sin valor práctico.

Una estructura simple de sujeto, verbo y predicado, sin frases subordinadas, sin consideraciones apriorísticas sobre lo que se pueda contestar y centrado en la documentación o la presentación oral se ha evidenciado como la mejor forma de avanzar en el conocimiento y con ello se evita que el preguntado se vaya por las ramas evitando dar una respuesta clara a lo que se preguntaba.

Todo lo anterior, en mi opinión, tendría valor para cualquier ocasión, desde las juntas de vecinos o de accionistas hasta la interpelación al Gobierno, y con ello se evitaría la decepción de no obtener la información requerida e incluso provocar situaciones lamentables que dañan la imagen pública de intervinientes e instituciones.

En el caso de las interpelaciones al Gobierno, la oposición debería ser consciente de su valor como herramienta de control y hacer esfuerzos para que sus preguntas estuvieran enfocadas a requerir la información pertinente sin adornarlas de valoraciones previas ni descalificaciones que pudieran utilizarse para desviar la atención de lo preguntado. Estoy seguro de que la pregunta directa y clara quitaría brillantez al discurso parlamentario, pero colocaría al Gobierno y a la presidencia de la cámara ante la inexcusable necesidad de responder y, caso de que no se hiciera, repetir la misma pregunta en las sucesivas sesiones hasta poner en evidencia la falta de seriedad de unos y otros si no se responde.

Si los miembros de un gobierno no responden a las preguntas de la oposición y de los diferentes grupos de las cámaras, puede ser porque los preguntados tienen algo que ocultar o por errores de bulto en la formulación de las preguntas. Y así, no acabo de entender que si el actual presidente del gobierno ha modificado unilateralmente su posición sobre Marruecos y el Sáhara, realizado numerosos viajes en aviones oficiales a la República Dominicana o autorizado ayudas millonarias a empresas vinculadas a parientes, amigos o conocidos, los contribuyentes no tengamos a fecha de hoy una información pormenorizada de todos y cada uno de dichos aspectos. Si no la tenemos, la oposición debería hacer autocrítica y el Gobierno prepararse para una auditoría sin excusarse en  razones de falsedad y lodo, que quedan bien pero no responden las preguntas.

Una tercera variable a tener en cuenta en lo que se refiere a preguntas formuladas en sede parlamentaria es el arbitraje que deberían establecer las mesas de Congreso y Senado y, en particular, sus presidencias. Aquí de nuevo nos encontramos con la falta de personalidad y equidad de algunas presidencias y su falta de autoridad para reconducir las cuestiones a los términos correctos en cuanto a educación y claridad de preguntas y respuestas, pero ese es un tema que exigiría un alto grado de independencia de los presidentes de las cámaras frente a los partidos, incluso respecto de aquellos a los que pertenecen y que los propusieron para el cargo.

En resumen, preguntar es una actividad orientada al conocimiento, no a la autogratificación de quien formula las cuestiones y, probablemente, el modelo practicado en las vistas orales de los juicios sea la mejor alternativa para una buena gestión de preguntas y respuestas al exigirse, por parte del juez o de la presidencia de la sala, respuestas claras y contundentes a preguntas claras, aunque puedan matizarse a posteriori las intervenciones.


Miguel de la Guardia es catedrático de Química Analítica de la Universitat de València desde 1991. Tiene un índice H de 88 según Google Scholar y ha publicado más de 900 trabajos en revistas del Science Citation Index con más de 34.600 citas,5 patentes españolas, 4 libros sobre Green Analytical Chemistry (Elsevier, RSC y Wiley), un libro sobre Calidad del Aire (Elsevier), 2 libros sobre Análisis de Alimentos (Elsevier and Wiley) y un libro en dos volúmenes sobre Smart materials en Química Analítica (Wiley). En la actualidad está preparando un libro sobre Nuevas sustancias sicoactivas con un contrato con Elsevier. Además ha publicado 12 capítulos de libros. Ha dirigido 35 tesis doctorales y es Editor jefe de Microchemical Journal (Elsevier), miembro del consejo editorial de varias revistas y fue condecorado como Chevallier dans l’Ordre des Palmes Académiques por el Consejo de Ministros de Francia y Premio de la RSEQ (España). Entre 2008 y 2018 publicó más de 300 columnas de opinión en el diario Levante EMV y colabora con El Cuaderno desde mayo de 2021.

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2 comments on “Manual personal para realizar preguntas

  1. José L. Cebrià

    Una vez más aplicando el sentido común, que es sin duda el menos común de todos los sentidos.
    Un placer leerte de nuevo.

  2. guillermoquintsalonso

    La pregunta ha dejado de poner de relieve la voluntad de acceder al núcleo de un problema; en el contexto político la pregunta está desprestigiada, aunque se les llena la boca con la palabra «diálogo». Lo que no entiendo es que, por ejemplo, la Presidencia no inste a que la pregunta sea pregunta y la respuesta sea respuesta a la pregunta formulada. Habrá que reivindicar en escritos como este, la necesidad de recuperar la voluntad que guiaba la formulación de una pregunta. Tantas tareas pendientes !!!!!!! A seguir!!!!!!!!! Guillermo

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