Arte

Sol Pérez: alquimia creativa

La ceramista Sol Pérez (Elche, 1940) expone "A-Mar" en Novelda (Alicante) y participará próximamente en la Art Fair International de Lisboa 2018.

Sol Pérez: una escultora ceramista del siglo XXI

/ por María Jesús Soler Ferrández /

Cuando hace unos días me dirigía hacia Elche (Alicante), decidí cambiar mi habitual trayecto por otro que me haría recalar en Novelda. Esto no fue azaroso, quería visitar la exposición de la ceramista Sol Pérez (Elche, 1940), que el pasado mes de  septiembre expuso Marítimus en la Sala Juana Francés de la Sede de la Universidad de Alicante. Me dirigí entonces al Centro Cultural Gómez Tortosa (Novelda), donde la artista exponía A-Mar.

El tema de la exposición es un mar en metamorfosis, un mar que se despliega en cantidad de formas orgánicas con las que la artista se deja llevar hasta las profundidades del elemento marino, allí donde habitan corales, anémonas, erizos, pulpos, algas y demás criaturas a partir de las cuales construye un discurso simbólico.

La sala es un amplio espacio angular en forma de L, lo que permite pasear entre las piezas, arropadas en pared por fotografías y grabados sobre cerámica, técnica esta última utilizada por franceses e ingleses en el siglo pasado con una finalidad diferente.

En el catálogo, dice la propia artista:

Dicen que los olores de la infancia nos acompañan escondidos en nuestro cerebro y despiertan emociones que jamás olvidamos y que reviven de nuevo. La influencia de mi padre fue decisiva; adoraba el mar y de niña le acompañaba en sus aventuras submarinas. Observaba cómo se sumergía en lo oscuro con el corazón temeroso de que no saliese de aquellas misteriosas cavernas, que era lo que me parecían entonces las pequeñas grietas. Con el tiempo aprendí a bucear y descubrí la belleza que escondía lo oscuro. Las algas que tanto me asustaban, me parecían entonces que bailaban al ritmo del agua, me fascinaba el movimiento de las olas en las calmas de septiembre. Esto es lo que intento transmitir con mi obra. 

Sol Pérez logra transmitirlo en unas obras de signo orgánico, más que formal. Una obra en que la masa cerámica se retuerce y arquea, formando volutas, grietas, hendiduras que conectan con el imaginario de la artista. Piezas como las dedicadas a los corales son una buena muestra.

Estas piezas están realizadas en porcelana, algo que no es casual, porque la porcelana, llamada también biscuit, es caolín puro, tierra que da un blanco impecable y diferente al del  gres. Esto se debe a la composición de ambos, ya que el gres, a diferencia de la porcelana, está compuesto por caolín, feldespatos, sílice… lo cual  hace que el resultado sea menos delicado que el de la porcelana. El lenguaje de la porcelana se manifiesta a lo largo de la exposición  diferente al del gres, según la intención de la artista en cada caso, para lo que aplica a las piezas técnicas diversas cuyo resultado transmite al espectador el carácter experimental que se puede observar en cada obra por separado y en el global de la exposición.

Gruta (Gres con esmalte metálico)
Algas naciendo (Gres con óxidos)
La estrella de mar (Gres refractario y porcelana)
Tres discos (Biscuit)
Espinas (Gres blanco)

En las imágenes superiores, se puede observar la clara diferencia entre el blanco de la porcelana y el del gres. En la inferior, un interesante y espectacular mural de vegetación marina.

Mural (porcelana, 150X60cm)

Un lenguaje de doble sentido aparece en la pieza “Nadando contra corriente”: ¿Son barcos con sus velas o peces contra el viento? El carácter minimalista de sus 25 cm de ancho respecto a una altura de 180 cm genera una sensación sutil y aérea de fragilidad, al mismo tiempo que los materiales utilizados nos llevan a un mundo de resistencia ante lo que pueda sobrevenir. Es una obra que tiene la belleza de la paradoja. El símbolo, lo material, la idea se funden para mostrarnos una suerte de permanencia ante lo efímero.

Nadando contra corriente (Gres blanco con esmalte y peces en gres negro). Montado sobre hierro (180X25cm)

En una obra de arte, no solo existe el tándem artista-obra, también la mirada de quien contempla y la interpretación de una subjetividad en relación dialógica con la obra. En este sentido, Sol Pérez parece  hace suyo el pensamiento de Auguste Rodin; “El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que ésta también tiene alma”.

Una vez vista la muestra, tuve la posibilidad de ponerme en contacto con su autora para visitar su estudio en Elche y realizar esta breve entrevista.








Sol Pérez: “Ser ceramista hoy en día es algo así como estar fuera de órbita”

/ por María Jesús Soler Ferrández /

Pregunta:- ¿Cuál es la relación de A-Mar con Marítimus, tu anterior exposición en la Sala Juana Francés de la Sede de la Universidad de Alicante el pasado septiembre?

Respuesta.- La exposición Maritimus tenía unas características muy determinadas. También trataba del mar y elementos marinos, mi gran pasión; pero predominaba  la   porcelana. La Sala Juana Francés es circular, lo cual me sugería una sensación envolvente en la que el espectador se convierte casi en una pieza más de la muestra. Supone una unión “inmediata” con el todo expositivo y la mirada queda atrapada por ello. Sin embargo, el angular espacio de Novelda es una amplia ele que nos invita a un ir y venir en diferentes trayectos, lo cual me ha llevado a presentar una obra de diferentes características y técnicas a partir, desde luego, del gres y la porcelana. El tema es el mismo; pero el tratamiento diferente sin que ello pervierta mi línea expositiva.

P.- ¿Desde cuándo este interés por la cerámica como material artístico?

R.-  A lo largo de mi trayectoria he recibido influencias de diferentes maestros, pero  fue Miguel Durán Loriga quien me contagió el virus de la cerámica. Soy ceramista desde hace más de cuarenta años, a lo largo de mi andadura he practicado todas las técnicas, tanto la alta como la baja temperatura, el torno, los moldes, barnices mil,  hasta que un día tropecé con el maestro ceramista Enrique Mestres, que me dijo; ‘vale, vale , todo eso está muy bien, ¿pero tú qué haces?’ Ese comentario me hizo cambiar por completo mi percepción sobre la cerámica, dejé de lado mi diseminación por las técnicas y me dediqué a buscar un camino propio. Es así como pasé del barro al gres y posteriormente a la porcelana. De manera que el gres, como la porcelana, forman en mí un tándem indisociable. Cuarenta años después, sigo en ello.

P.- Sé que tu currículum es extenso, pero, además de la cerámica, has incursionado en otros campos plásticos. ¿Podrías hablarme de ello?

R.-  Además de la cerámica y el modelado, aprendí la técnica del grabado y la fotografía, que me han proporcionado muchas horas de satisfacción. Desde hace un tiempo, estoy aunando las tres disciplinas. He hecho grabado usando como plancha la cerámica húmeda. La fotografía me ha servido de inspiración para mis actuales esculturas, de hecho son parte de mi trabajo.

Monumento Homenaje al  Mediterráneo. (5 columnas en Gres con esmalte. 5 metros de alto cada una). Imagen derecha: Detalle. Playa de los locos. Torrevieja (Alicante) 1991.
Playa de Los Locos, Torrevieja (Alicante), 1991

P.- En el panorama artístico actual, ¿consideras la cerámica un “arte menor”?

R.-  Es cierto que a lo largo de la historia han primado la escultura, la pintura, el grabado… pero esto no ocurre desde las vanguardias y menos  hoy en día en que el concepto “arte” se ha expandido y diversificado. La cerámica tiene un lugar propio en el arte, yo diría que desde sus orígenes. Piensa en la cantidad de objetos de la Prehistoria que nos dan muestras de ello y posteriormente, piensa en las cráteras, vasijas y objetos procedentes de la cultura griega o del arte ibérico, del que este entorno tiene una buena muestra en el Yacimiento de la Alcudia en Elche. En la actualidad, me considero una escultora ceramista por mi mirada a los materiales, las dimensiones con las que trabajo, las diferentes temperaturas que aplico… lo cual no implica que excluya objetos más reducidos. Por ejemplo, para la Airt Fair International de Lisboa 2018, en la que próximamente participo, además de unas piezas grandes, llevaré unos colgantes de alta fantasía.

P.- ¿Qué supone para ti personalmente ser ceramista?

R.- Ser ceramista hoy en día es algo así como estar fuera de órbita. El barro ha sido sustituido en el mundo actual por materiales más modernos y prácticos y, a excepción de figuras decorativas o vajillas, la verdad es que no sirve para mucho mas, a no ser que descubras su magia, su historia, la alquimia necesaria para saber manejarlo… Es cierto que como material artístico tiene muchas limitaciones, sobre todo su fragilidad, pero en compensación tiene unas cualidades plásticas inmejorables. La calidez resultante de las tierras al pasar por el horno, si ha sido bien manejado, es algo que para mí compensa todos los inconvenientes. Nada me produce mayor satisfacción estética, que cuando, al abrir la puerta del horno, la pieza sale tal cual la soñé. Lo cierto es que, trabajando el gres con técnicas mixtas, pues me gusta mucho investigar y experimentar, tengo sensaciones muy gratificantes al igual que las tenía con mis barros iniciales. El gres es otro mundo y yo estoy en él.


 

Sol Pérez
(Elche, 1940)

Ceramista, fotógrafa y grabadora. Comienza en el año 1978 su aprendizaje cerámico en la alfarería de José Martínez de Agost. Continúa sus estudios asistiendo a cursos monográficos, entre otros, con Fernández Chiti, Nino Carusso y  Emigdio Galassi.

Expone en 1981 individualmente en la CAM de Orihuela; en 1983 en la Galería Gaudí, Barcelona, en 1987 en la Galería 11, Alicante; 1989 en el Centro de Cultura San José, Elche; 1994  Galería Vittorio, Alicante; 1995 Sala exposiciones de la C.A.M, Elche; 2014  Exposición de grabado y serigrafía sala Paseo Vintage Elche y en  2017 en el Museo del Mar, Castillo de Santa Pola. También en 2017 le dedican un “Descubre una obra de arte” en el Museo de Bellas Artes de Alicante.

Participa en varias exposiciones colectivas como la realizada en 1979 en la sala de la CAPA de Alicante, que itinera en  Alcoy, Villena, Denia, Elche, Altea  Valencia. En 1982 en la Galería 0, de Murcia. En 1987 en la Lonja de Zaragoza. Con la  Galería 11 expone en ARCO 1988. En 1989 Casa de Cultura de Altea y en la Biblioteca Municipal de Toulouse. En 1990 en el Palacio Gravina, Alicante con la Instalación Espai de llum. En  1992 Campus Universidad Alicante Visions de la Festa, Elche y en  1994 Feria internacional de Gijón.

Tiene esculturas seriadas, murales y monumentos en espacios privados y públicos como la de 1991, Homenaje al mediterráneo, Playa de los Locos Torrevieja. Asimismo, en las colecciones artísticas del Museo de  Arte contemporáneo de Elche, de la Diputación Provincial de Alicante, en el Museo Mané, Fuerteventura, Casa de la Festa, Elche y Universidad de Alicante. Entre sus publicaciones hay que destacar el libro de fotografía   La Palmera descubrimiento y asombro, publicado por la Diputación de Alicante, 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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