Arte

Franco Fontana

Una amplia retrospectiva del fotógrafo italiano Franco Fontana (Módena, 1933) en el Centro Internacional Niemeyer de Avilés.

La exposición Franco Fontana. Fotografía muestra más de 60 imágenes del autor italiano que abarcan toda su extensa trayectoria artística. Su obra, completamente analógica, se centra en el color, la geometría de la naturaleza o de la ciudad y la búsqueda de nuevos significados para los signos y señales domesticados por el uso. La inauguración oficial tuvo lugar ayer viernes 13 de abril y se podrá visitar hasta el 17 de junio.


Franco Fontana  (Módena, Italia, 1933) asegura que la creatividad en la fotografía no debe reproducir, sino interpretar, es decir, debe hacer visible lo invisible. Con esta idea en mente, la mirada de Fontana sobre los espacios naturales abiertos o sobre los detalles urbanos logra activar en el espectador resortes adocenados por una mirada colectiva. Lo hace, fundamentalmente, a través del color, ya que éste “exalta al objeto tal cual es pero, por encima de todo, lo transforma en un sujeto que puede vivir con su propia luz”.

Los paisajes fotografiados por Fontana se ubican en un singular espacio fronterizo entre la representación y la abstracción. A través de esa premeditada intensidad cromática, fruto de una medición de la luz verdaderamente magistral, y una capacidad compositiva atenta siempre a la armonía geométrica de la naturaleza, Fontana realiza una estudiada composición de la escena para captar ese instante sin manipiulación ni artificios. Todas sus imágenes surgen de un proceso analógico, lo que supone un alto control técnico del oficio. El artista italiano reiventó en los años sesenta el uso del color como medio de expresión a través de un nuevo análisis del paisaje natural que no elude la provocación al estructurarlo en busca de nuevas superficies cromáticas que estimulen su imaginación creativa.

Como advierte el fotógrafo Carlos Sánchez Pereyra, discípulo suyo declarado, es probable que hoy en día algunas de las composiciones de Fontana puedan resultar obvias, pero es necesario remontarse a la década de los años sesenta para calibrar el alcance innovador de su trabajo. Su apuesta por un manejo casi obsesivo de la composición y un uso tan intenso del color no era habitual en un arte de la fotografía dominado por el prestigio cultural del blanco y negro.

Franco Fontana realiza su primera exposición individual en 1965 en la ciudad de Turín. Tres años después, su segunda exposición, realizada en Módena, muestra uan serie de fotografías realizadas con película Ektachrome, lo que le permite alcanzar la saturación deseada y subrayar la rebeldía del color. La  línea artística de Fontana iba por entonces de la mano con la vanguardia estadounidense, que dominaba la escena fotográfica norteamericana en su apuesta por el uso rabioso del color. Fred Herzog, William Eggleston, Stephen Shore, Joel Sternfeld o Joel Meyerowitz pudieron ser los referentes de inicio para el joven fotógrafo italiano.

A partir de entonces, Franco Fontana deja asentados públicamente los matices de una mirada singular cuyo andamiaje conceptual se basará repetidamente, a lo largo de su trayectoria, en la saturación de color, el estudio de la forma y la utilización de dos dimensiones. No hay lugar para el volumen, el desorden o la imprecisión del color, tanto en sus enfoques naturales como en los urbanos. Para entendernos y de paso establecer correspondencias análogas de exploración en el espacio y en el tiempo, un correlato musical de su forma de proceder podría ser el compositor Michael Nyman.

En los años setenta, Fontana publica la serie fotográfica Modena, una città, en la que amplía su mundo visual descansando la mirada de los amplios horizontes naturales en detalles urbanos que adquieren otro sentido despojados de su utilidad y el automatismo que les asignamos en el tránsito diario. Será a lo largo de esta década cuando Franco Fontana, de formación autodidacta y tardía, comenzó a interesarse por lo fotografía a partir de los treinta años, alcance un reconocimiento internacional gracias a esa expresividad abstracta alejada de lo figurativo. Minimalismo, color y abstracción llevado a la fotografía. Se ha dicho que Fontana es el inventor del concepto fotográfico de la línea.

En plena madurez creativa, comienza a finales de la década de los setenta a trabajar fotográficamente la figura humana y lo hace desde una perspectiva que sigue conectada a la vanguardia estadounidense, esta vez con cierto tono pop en una atmósfera en la que sigue sin estar presente el volumen, solamente sombras perfiladas geométricamente o partes del cuerpo humano encuadradas sectorialmente en el plano, sobre todos los pies. La figura humana comienza a frecuentar sus encuadres, pero como un elemento más que se suma al conjunto de la composición. Más adelante, sobre todo en la serie “Piscina”, aborda el desnudo femenino de forma repetitiva, evitando siempre la expresividad del rostro humano y generando de nuevo poses geométricas.

Franco Fontana sigue activo a sus 82 años con exposiciones individuales por medio mundo y una amplia trayectoria en el ámbito publicitario. En esta muestra que se inaugura hoy en el Centro Internacional Niemeyer de Avilés (Asturias), se podrá contemplar una selección de fotografías de cuatro de sus series más conocidas: Paisaje, Paisaje urbano, Serie asfalto y Fragmentos. Además, se incluyen trece imágenes  tomadas al inicio de su carrera que permiten seguir de cerca la evolución del proceso creativo que ha llevado a cabo este singular artista de la imagen.


 

Franco Fontana (Módena, 1933), es uno de los protagonistas absolutos de la fotografía italiana de la posguerra y uno de los nombres clave en la fotografía europea. Ha realizado multitud de campañas publicitarias para firmas como Fiat, Volkswagen, Versace, Canon, Kodak, etc. Su trabajo se ha publicado en TIME, LIFE, Vogue France, Sette del Corriere della Sera, Frankfurten Allgemeine Zeitung, The New York Times y una larga lista de prestigiosas cabeceras. Por otra parte, el Instituto de Tecnología de Tokio, la Academia de Bruselas o las universidades de Toronto, Roma, Arles, Barcelona, Taipei y muchas otras ciudades han contado con él como invitado de diversos cursos o conferencias.

Sus obras figuran hoy día en los principales museos de todo el mundo, incluyendo el Museo Metropolitano de Tokio, la George Eastman House en Rochester, el Museo Ludwig de Colonia, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Museo de Bellas Artes Boston, el Museo Pushkin de Bellas Artes de Moscú, la Galería Nacional de Australia en Melbourne, el Stedelijk Museum de Amsterdam, el GAM en Turín, el Museo de Arte Moderno de París, el Museo Kunsthaus de Zurich, el Victoria Albert Victoria Museum de Londres, etc.

 

1 comment on “Franco Fontana

  1. Pingback: 1.000 Posts x 400 fotografías. Miradas Cómplices regala un libro - MIRADAS CÓMPLICES - blog de fotografía / Marcelo Caballero

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: