/ La jaula / Javier Sánchez Menéndez /
Seguimos siendo mirto, un mirto sin identidad, un mirto que desconoce las causas esenciales. Cambiamos por el deseo de nuestra propia naturaleza y le damos forma a lo largo de nuestra vida. Lo hacemos como el pájaro, como el gato, como la oruga, como la flor de los árboles que nace y muere en nuestra presencia. Pero seguimos siendo mirto.
La vida debería ser una combinación de verdades en libertad, debería ser la unión de Homero, de la Épica, de Píndaro, de la Poesía, de Cervantes, de Proust, de Joyce, de las tragedias de Sófocles, y en menor medida de las de Shakespeare. Se empeñan en incluir en la lista a Lou Andreas-Salomé, pero eso solo lo podía hacer Rilke.
La vida es como el mirto que tarda en florecer y cuando lo hace, deja entrever sus carencias temporales, su propia fragilidad, su deterioro.
Los pájaros se encierran en las jaulas para dialogar, para establecer juicios, para mostrar sus ideas, para ejercitar su pensamiento crítico, para seguir manifestando su libertad, y todos terminan frotando el pico en las ramas de la encina, como demostración de sus propias facultades.
Al menos entre ellos seguía existiendo esa licencia, algo prohibido en el entorno de los seres, algo evocado en estos tiempos.
Aún podemos pensar, aún debemos pensar. Usted piensa, ¿verdad? ¿Lo hace en libertad? Los pájaros se encierran en las jaulas para dialogar, para seguir siendo libres.

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es poeta y ensayista, su último poemario publicado es El baile del diablo (Renacimiento, 2017). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Autor de varios ensayos, destacamos El libro de los indolentes (Plaza y Valdés, 2016). Ha publicado cuatro libros de aforismos: Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (Trea, 2017), Concepto (2019) y Ética para mediocres (2020), y la obra Para una teoría del aforismo (Trea, 2020).
Pobre libertad!, arrastrada por la falacia por el fango de la demagogia.