/ La jaula / Javier Sánchez Menéndez /
Confundimos la dulzura con el deseo. Mientras que la dulzura es una de las más grandes manifestaciones de amor, el deseo es una obligación que no nos pertenece. Y aún así los confundimos, nos turbamos en la espesa niebla que frecuenta las noches de frío junto a la orilla, nos condenamos a dejar de ser principio, experimento, asociación.
La niebla permanece durante toda la madrugada. Aceptamos su esencia, pero no entendemos su simbolismo. La niebla es la religión que nos envuelve, que marca nuestra integridad como hombre, pero que limita la libertad, la capacidad de decisión. La niebla es el fragmento capaz de representar la falsa dulzura, el abatimiento, la humillación.
La libertad se alcanza cuando descubrimos que el racionalismo debemos dejarlo a un lado, y el horizonte es horizonte porque lo contemplamos, porque lo atendemos, porque lo entendemos.
El mundo finito proviene del mundo infinito, pero habitamos en el mundo intermedio. Somos fragmento, pero también somos ceremonia.
Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es poeta y ensayista, sus últimos poemarios editados han sido El baile del diablo (Renacimiento, 2017) y Ese sabor antiguo de las obras (Chamán, 2022). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Autor de varios ensayos, destacamos la serie Fábulay El libro de los indolentes (Plaza y Valdés, 2016). Ha publicado además cinco libros de aforismos: Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (2017), Concepto (2019), Ética para mediocres (2020) y Mundo intermedio (2021), y la obra Para una teoría del aforismo (2020).
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