Mirar al retrovisor

Los neoconversos antiindianos y la historia

Joan Santacana escribe sobre el pasado esclavista de la Cataluña indiana y el debate que ha generado allá el pase reciente de un documental sobre la cuestión.

/ Mirar al retrovisor / Joan Santacana /

Desde hace unos años estoy trabajando en una investigación sobre el pasado esclavista de algunos indianos nacidos en Cataluña. El motivo de este interés no es otro que descubrir si entre mis antepasados lejanos hay algún indiano que tuviera un ingenio azucarero movido a base de esclavos. He de suponer que la mayoría de quienes en el siglo XIX emigraban a las Antillas se beneficiaban de algún modo del trabajo esclavo, ya que era la lógica del sistema colonial. La especial relación que tuvo Cuba con los catalanes hace más que probable que la hipótesis de antepasados que hicieran una cierta fortuna en Cuba sea cierta. La mayoría de los catalanes emigrantes se establecían en Oriente, especialmente en Santiago, en donde desarrollaron oficios diversos, relacionados con el comercio. En la Habana hubo también un importante lobby catalán y algunos de ellos alcanzaron unas cotas de poder y de riqueza insultantes gracias al comercio o la trata de esclavos, con redes comerciales desde Barcelona, costa occidental africana, costa de la actual Colombia y Cuba. Estos enormes capitales, cuando en ocasión de la guerra de los Diez Años fueron repatriados a la Península, hicieron posible en parte la segunda industrialización del país, con grandes complejos fabriles, en donde se construían puentes de hierro, máquinas de vapor, buques y toda clase de manufacturas.

Sí, es cierto que la llamada segunda revolución industrial española, radicada sobre todo en Cataluña, fue en gran parte financiada por capitales amasados en Cuba gracias al trafico de esclavos. Esta situación es aplicable también a la gran fase industrial británica, que sin el Imperio no hubiera sido posible, como demostró ya hace años Eric Hobsbawm, el más grande historiador británico del siglo XX, nacido precisamente en Egipto. El Imperio de la reina Victoria fue realmente mundial, y deja en ridículo nuestro pequeño imperio antillano. También es el caso de Holanda, Bélgica y de la mayoría de los territorios industriales de Europa. Y es que todo desarrollo capitalista tiene siempre dos caras: una opulenta y otra miserable.

Esta historia, que aparece desarrollada en casi todos los manuales de historia y no supone ninguna novedad para una persona medianamente culta, fue objeto hace un mes de un reportaje que se emitió por la televisión pública catalana. El fondo del documental era de una terrible demagogia, propia de quienes cada mañana descubren la sopa de ajo. Fue tal el impacto que incluso una joven dedicada a la política se rasgó las vestiduras y pidió suprimir las fiestas de gigantes y cabezudos, en las cuales a veces aparecen indianos, y cargó contra las llamadas ferias de indianos, muy populares en algunas ciudades. Un buen amigo mío cuya familia, como la mía, tuvo intereses en Cuba hacia 1850 se asustó y me pidió que en el trabajo de investigación que estoy haciendo no le nombrara.

Toda esta historia me convence de que el desconocimiento del pasado al que nos estamos acostumbrando lleva aparejado el surgimiento de un pensamiento primitivo, incapaz de comprender el mundo actual. Cuando se ignora que los hechos históricos no es posible comprenderlos si se los aísla de su contexto, el resultado puede ser monstruoso. Hay realidades del pasado más o menos lejanas que no podemos ni debemos ignorar, pero que estamos obligados a comprender y asumir. Los elementos que componen una cultura se integran todos y no se pueden analizar separadamente.

Lo terrible del comercio de esclavos no reside en el pasado; reside en que, en el presente, haya una parte importante de la población que sea visceralmente racista; que no comprenda que la emigración es una necesidad de los países pobres o mal administrados. Lo grave es que las ideas sobre la superioridad e inferioridad de las razas humanas, propias del siglo XIX, todavía estén alojadas en la mente de muchos de nuestros conciudadanos. Nuestros indianos, que por cierto aprendieron el oficio de la trata de esclavos de sus maestros británicos, fueron a la vez intrépidos y alocados; generosos y tacaños, benefactores y crueles, ángeles y demonios, como cualquier humano. La peor herencia nuestra no son los indianos, sino el racismo que arrastramos como sociedad en pleno siglo XXI.


Joan Santacana Mestre (Calafell, 1948) es arqueólogo, especialista en museografía y patrimonio y una referencia fundamental en el campo de la museografía didáctica e interactiva. Fue miembro fundador del grupo Historia 13-16 de investigación sobre didáctica de la historia, y su obra científica y divulgativa comprende más de seiscientas publicaciones. Entre sus trabajos como arqueólogo destacan los llevados a cabo en el yacimiento fenicio de Aldovesta y la ciudadela ibérica y el castillo de la Santa Cruz de Calafell. En el campo de la museología, es responsable de numerosos proyectos de intervención a museos, centros de interpretación, conjuntos patrimoniales y yacimientos arqueológicos. Entre ellos destaca el proyecto museológico del Museo de Historia de Cataluña, que fue considerado un ejemplo paradigmático de museología didáctica.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

3 comments on “Los neoconversos antiindianos y la historia

  1. Gracias por un comentario tan luminoso para una época oscura.

  2. Núria Rajadell-Puiggròs

    Moltes gràcies Joan, com sempre, per compartir la teva saviesa…
    Em ve al cap el Museu del Mar, de Lloret, on hi ha unes sales dedicades als indians -o americanos- molt didàctiques i a partir de les que vaig començar a introduïr-me en aquest tema, per mi molt desconegut… I és tot un món !!

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: