Carlos Alcorta reseña un poemario de Ariadna G. García sobre el adiestramiento íntimo y sus fluctuaciones, la inevitable desorientación y el pertrecho del amor, savia de toda existencia.
Existen diferentes manera de abordar el yo desde la literatura y en concreto, desde la poesía, y algunas de ellas lo hacen, no desde el confesionalismo más exacerbado, sino desde un enmascaramiento que deja visible sólo una parte mínima de su biografía. Ariadna G. García forma parte de esta corriente, y Carlos Alcorta reseña aquí su último poemario.