Los poetas infrarrealistas llegan esta semana a Barcelona para participar en dos actos culturales en los que serán protagonistas. El martes 30 de mayo se presenta en Casa América Catalunya la antología Perros habitados por las voces del desierto. Poesía infrarrealista entre dos siglos (Aldvs Editorial, México, 2017). Leerán poemas y charlarán con el público sobre la ética y estética del movimiento los poetas Rubén Medina, José Peguero, Jorge Hernández, Bruno Montané y José Rosas Ribeyro. Presenta el acto el crítico literario Ignacio Echevarría. La segunda cita infrarrealista tendrá lugar el jueves 01 de junio en el local de França Xica, 13, sede habitual de las presentaciones de esta editorial, donde Bruno Montané y José Peguero, acompañados por Rubén Medina y Jorge Hernández, presentarán Uso y abuso y Peso Neto (Ediciones Sin Fin, 2017) de Cuauhtémoc Méndez, reunidos en un solo volumen con prólogo de Pedro Damián Bautista. El Cuaderno ofrece en exclusiva una selección de los poemas que se leerán en ambos actos.
El Infrarrealismo surgió como movimiento poético en Ciudad de México en 1975 fundado por un grupo de poetas chilenos y mexicanos, entre los que se encontraban Roberto Bolaño, Mario Santiago Papasquiaro, Rubén Medina, Guadalupe Ochoa, Mara Larrosa, José Peguero, los hermanos Ramón y Cuauhtémoc Méndez, Jorge Hernández, Juan Esteban Harrington y Bruno Montané, entre otros.
Para marcar territorio, tomaron como consigna la frase del pintor Roberto Matta «volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial». Más que por un estilo definido, el movimiento se caracterizó por la búsqueda de una poesía libre y personal, que representara una forma de entender la vida al margen de las convenciones sociales.
Los estridentistas mexicanos, los dadaístas, la generación beat estadounidense y el movimiento Hora Zero de Perú, son algunas de las vanguardias con influencia en el movimiento infrarrealista.
Sean naturales
/ por Mario Raúl Guzmán /

Cuauhtémoc Méndez (México, 1956-2004) logró con holgura lo que otros se propusieron en vano muchas veces: aclimatar el epigrama en México, darle carta de naturalización al breve jugueteo cadencioso de su espíritu sarcástico, nacionalizar la rítmica andadura de su ánimo burlesco. La insania del déspota, la vesania de su despotismo; pero también la hipocresía del demócrata, la impostura democrática. Contra gemela podredumbre no cejó el Cuate. Ahí, en esa escala en la que estaban destinados al versito fraudulento el poeta funcionario, el júnior, el multipremiado, el arribista, el poeta diplomático, él ensayó con gracia su repulsa del poder y de los mecanismos de su legitimación. Con talante popular, justo lo que en aquéllos inexiste. Recibió en el hangar de la ironía a Catulo y a Marcial, sus camaradas de otros siglos, y anduvo con ellos por cantinas, reventones, asambleas, escuelas y mercados del país adolorido, educando a papá con el recurso de la risotada. Casi no leía en público: se sabía de memoria sus poemas y los paladeaba tanto como en su lengua el áspid letal de los epigramatistas. Un día la Antología griega vibró en su voz y alternadamente en la de Orlando Guillén y en la mía. Clara dicción como aprendizaje de poesía que es en la amistad destino. Con Uso y abuso y Peso neto, más juvenil el primero que el segundo de atardecer sin remedio, Cuauhtémoc aspiraba a que unas cuantas baladas quedasen sonando en el aire de la época. El más simpático de los infrarrealistas, acaso el único verdaderamente simpático. No sé de quién tomó esta consigna o si era suya, es igual: «Sean naturales/ No hagan aspavientos/ Hablen como en la vida».
Selección de poemas
[De Uso y abuso]
Contracanción
Cuando pasen mis años
y casi no haya pelo en mi cabeza,
no tendré energía para satisfacerte, nena,
pero seguiré siendo brillante por mi inteligencia.
La vida habrá cambiado los vellitos de la historia
y aún, pese al agotamiento, encontraré calor en tus axilas.
Cuando pase mi tiempo
y los hijos que tengamos rebasen mi pensamiento,
no seré yo el escarabajo imbécil
que te dé una cajita con listón amarillo para San Valentín
–el beato Agustín y sus secuaces serán pura prehistoria–.
Cuando caiga mi pelo
y lo que reste quede blanco,
saldrán mariposas fosforescentes de mi boca,
seré aún más cabrón para contar historias
y a través de mis ojos sentirás a las noches más calientes.
Cuando sea viejo
y tú ya no recuerdes mis poemas,
sabrás que es lo mejor,
que el hombre es el que crece
y que los buenos versos
pasan ensalivando nuestros cuerpos.
•
Confieso:
Las condiciones que padezco
propician el canto de los pueblos.
Pero a estas alturas,
cuando la Bestia manipula y confunde,
cuando a los débiles les hacen creer
que entre el materialismo histórico y el mariguanismo histérico
no hay diferencia alguna,
cuando nos mutilan,
cuando a nuestras relaciones las esfuman
o bien cuando las usan al servicio de sus fines,
tengo el atrevimiento de cantarle a una muchacha,
pues me propongo demostrar
que aparte de las luchas sociales
existen vidas íntimas.
[De Peso neto]
Mi familia
en este país,
es de las pocas
que no viven del gobierno.
Nuestras demoras en los pagos
de los servicios públicos
son los únicos negocios
que tenemos con él.
•
Fe de ratas
Bernal Díaz del Castillo lo confesó:
los españoles vinieron por el oro,
por la tierra
y dizque a poblar…
Lo de los esclavos ya fue ganancia,
robada incluso
a la adversidad de la viruela.
•
Hojeando una revista pornográfica
miré una página de anuncios
y encontré que decía:
«Corazón: 15 mil o 20 mil dólares
Hígado: arriba de 150 mil por rebanada
Córneas: 4 mil cada una
Leche: 10 dólares el medio litro
Huevos: 2 mil por cosecha
Pulmón: 20 mil (entero o alvéolo)
Riñón: 10 mil-50 mil por rebanada
Tejido fetal: mil 200 por libra
Médula de hueso: 10 mil por taza
Piel: 50 por pedazo
Cuerpo entero muerto:
50 mil si murió hace menos de 15 horas
mil si tiene más de 15 horas muerto»,
y quedé estupefacto.

En el camino de los perros
/ por Rubén Medina /

La opción del infrarrealismo siempre fue y ha sido vivir el tiempo que nos toca vivir (con sus innegables circunstancias) o el tiempo que escogemos como opuesto a la homogeneización del tiempo. Apenas dos o tres años antes de la aparición del movimiento infrarrealista, Deleuze y Guattari llamarían esquizofrenia a esta condición de la sociedad capitalista, un conflicto cotidiano al interior de los individuos entre el deseo de autonomía y el impulso compulsivo de consumismo. A veces estos dos tiempos todavía discuten, se agarran a madrazos, uno de ellos abandona temporalmente la casa o el camino, pero terminan viviendo juntos, y asumiendo los agujeros negros (el lado oscuro de la modernidad y la más cabrona espacialización del tiempo). El tiempo, como indica Durkheim, es el ritmo de la vida social, y nosotros optamos por circular simultáneamente entre las grandes avenidas del mundo local-global y el callejón sin salida, entre el centro, la periferia y los márgenes, buscando la unión entre la vida y el arte en una sola temporalidad.
Selección de poemas
En el camino de los perros, allí donde no quiere ir nadie.
Un camino que sólo recorren los poetas.
(Roberto Bolaño, epígrafe que abre el libro)
MARIO SANTIAGO PAPASQUIARO
(México DF, 1953-1998)
—
Mariana Larrosa aparece
reciensalidita de 1 duchazo de aguamiel & canela
las banquetas sonríen/ entre la excitación y la alarma
& se oye clarito clarito cómo se desbocan
multitudes de bocinas cardiacas
Mariana Larrosa aparece
& no son sus dedos/ herederos de los dedos
que a diario tan malamente nos tocan
gajos de sandía son sus ojos
frescuras envueltas en sangre
si viene de la muerte o de 1 patiovecino
si viene de dormir en la nuca de 1 árbol
o de masturbarle las antenas a 1 caracol submarino
ella nos lo va a pintar-transmitir
con manzanas con juegos
Ella que se habla de tú
con las luces fantasmas/ las luces traviesas
ella que sabe de splits en do agudo
& entrechats encerrados en clósets de vidrio
ella que ahora camina & se arquea
ronronea maúlla sacude sus pliegues multiplica sus vellos
electriza zaguanes pone a volar azoteas
1 rama de dátiles
cuelga entre su boca & la mía
1 columpio de gises/ listos
a colorear 1000 gargantas
administraciones de hoteles
nuestros taparrabos de espuma
ORNITORRINCA MÁS BELLA NON HABÍAMOS VISTO
los antisiquiatras le chiflan
le regalan almendras le regalan huevos de boa
a ella que es la reina de los erizos salvajes
la abejarreina de las comunas anarkas
(el naipe-túnel: la apuesta-riesgo en las brasas
quemadora de posturas & reglas que sofocan a esta especie-silladerruedas
croupier paranoica de los antecomedores del póker)
¡Pagamos por ver!
Mariana Larrosa aparece/ ya lo dije: lo digo: está dicho/
con este movimiento este sudor este gesto
que tiembla se emociona sonríe / cada que sé que la veo
cada que sé que la he visto & que me niego lluviosa espermática
atlántidamente a dejar de mirarla
& hola & quiúbole & qué jáis (entre barandales macetas techumbres
de calor muerdeláminas)
& hola & quiúbole/ & jamás ella y yo
vamos a andar por ahí borrando 1 grito
chorreando veneno desviando a otra esquina
al vagabundo chancito de matar nuestros viejos pellejos
respirar meteoritos —ocasionales incendios—
desnudarnos en sartenes de silencios calientes
citar a esta fiesta/ al tiro al toque
que venga quien sepa
con su itacate de nervios su cantimplora de films o de sueños
para pasársela rico
existan o no existan los consabidos espejos los esperados aromas
las lunasdemiel o de chicle o de calabacitas rellenas
que dicen que brotan & se vuelven presencia
lamarada colchón conversación importante
apenas cruzas de 1 brinco apenas te acercas gateando
a la espinosa frontera cercada de flechas letreros
que indican los más cercanos hoteles para después de morir
Mariana Larrosa aparece
baterista de su propio baile
cuerda-yerbacrecida de su único e inimitable swing
[De Jeta de santo, 2008]
RUBÉN MEDINA
(México DF, 1955)
—
El mundo al instante*
Una mujer
de apenas
veintitrés años
salía de un cine
barato
en la ciudad
de los palacios
y caminaba
bajo la lluvia
nocturna
del último viernes
de agosto.
Tenía prisa
por atravesar
la ciudad
y llegar a su destino.
Parecía
que buscaba
el mar.
A esa misma hora
en Manhattan
Miles Davis y Juliette Greco
entraban por el lobby
del Waldorf-Astoria
en la avenida Park
llamando la atención
de todos los presentes,
sorprendidos de ver a un negro
que no era un sirviente
en el hotel
mirando hacia el otro lado
del mundo;
en otra ciudad
igualmente
tendida al mar atlántico
un joven delgado
y alto como un edificio
caminaba
por la Avenida 9 de julio
y pensaba
en escribir una novela
que se leyera
hacia atrás & adelante
igual como recorren
las ciudades
los niños
y los nómadas;
en un café de Bucareli
Fidel sostenía su primera
conversación con el Che,
y tuvo la certeza
momentánea
de que la realidad
se repetía dos veces
pero que a él
no le tocaría
la parte de la tragedia;
en un apartamentito
en San Francisco
el ciudadano K. llevaba
76 horas escribiendo
sin parar
y apenas tomaba un par
de minutos para abrir
otra botella de mezcal
y llenar el vasito
de plástico;
en una casa de seguridad
en Johannesburgo,
un grupo de sombras
llegaba a la conclusión
que no era factible
la teoría de un
partido único;
En la Ciudad de México
la mujer que había
salido del cine
llegaba,
empapada por la lluvia
de agosto,
a un sanatorio en la calle
Gabriel Mancera.
Esa mujer, dos horas
después,
sería mi madre.
[De Nomadic Nation / Nación Nómada, 2010]
* Título de un noticiario que se pasaba entre películas en México durante los años cincuenta y sesenta.
MARA LARROSA
(México, 1955)
—
Espaldas negras
A Roberto Bolaño
He visto tu cuerpo mujer, hombre, en la ciudad
He estado solamente viéndote los ojos humanos
He estado junto a tantas mujeres que tienen los labios pintados
En la tierra nacemos con la piel limpiecita y hay tantas mujeres
que siguen usando sus pañoletas desde la adolescencia, la sal les sale
de los sobacos y de los dedos.
Después de haber comido el musgo de las grandes paredes,
de chillar en los baños de la primaria, de besar el pene de Juan Pablo
a los 10 años, tengo miedo de mover las piernas y los brazos.
Ni mi voz ni mi cuerpo han desordenado el espacio y así creemos
florecer sobre el invierno urbano.
Es la luz lo que tiene que entrar en la oscuridad, por eso me
han crecido los árboles en las orejas, por eso se ha extendido mi
esencia femenina hasta ti, tan cercano tu sexo, tu vientre plano,
hermoso. Hasta ti temblando, para ti derramando: me he dado cuenta
que somos semejantes. Amo tus piernas blancas, tus brazos blancos.
Por otros es por quien amo, para los otros.
Soy feliz de oler a tanta gente.
Ahora, en Ecuador, el agua se llena de garzas; ahora, mientras se
desarrollan nuestros ojos y F pide que le sirvan con vaso de vidrio
en los cafés, he sentido TODO lo que nos falta para ser humanos precisos.
F adolescente parte a una mina de sal: le crecerán los brazos, y
a otros muchachos también les crecerán despachando farmacias,
fabricando telas, los zapatos, y todos son como el agua que está
oculta en la Tierra, y todos somos los que hacemos el ruido
en las banquetas, en las camas.
Amo a F porque está hecho de agua y de hombres.
Gauguin: ¿a dónde vamos? ¿ganaremos las formas humanas?
¿qué es esta larga germinación que se mueve desde antes que tú
conocieras las espaldas negras con el pelo lacio? ¿esto que se mueve
es acaso el amor largo para que nunca más hayan Charlotts
en las ciudades?
[De Pájaro de calor,1976}
JOSÉ PEGUERO
(México DF, 1955)
—
Otra vez en el camino
(A la manera de Neal Cassady)
Para Daniel Goldin & Allen Ginsberg
Cuando las copas de los árboles
Se van comiendo a las nubes
Y aparecen las raíces que crecen a orillas de los barrancos
Me acuerdo de ti
Y veo lo que has visto, lo que todo mundo ve:
Vel. / máxima 110 kph
Y tu velocidad en la carretera aumentando y disminuyendo
Y firme en el camino
Respetando las señales parpadeantes
De la libido y el deseo
Y yo me apeo al estribo de un Estrella de Oro
Con la uñas verdes y tu chamarra verde de soldado americano
Buena para robar libros de Sanborns
Con el arquetipo de vagabundo desatador
de sonrisas
Aflojando la angustia de quien te ve pasar y los bolsillos
(de cualquier modo)
1º en fe en la poesía y yo no sé en qué (siempre la poesía)
1º en poesía / en dejarse matar por poesía
2º en bondad / aunque fuiste el 3º ó el 4º
del 4º que se dejó matar por bondad en este planeta
[De Sonaban como un huracán. Inédito]
BRUNO MONTANÉ KREBS
(Valparaíso, Chile, 1957)
—
Todo eso
Un buen verso es como una tabla
bien pulida, o como la perfecta correa
con que atamos al perro del poema.
Una buena palabra es la aparición
en tu sueño, una palabra que primero
tirita y que más tarde se convierte
en un trueno, la palabra buena.
Una buena línea puede ser como la tabla
perfectamente bien trabajada,
pero después de todo
puede ser que una línea no sea más
que un deshilachado hilo que flota
en una trama perfecta. Pero ¿cómo
es un párrafo?, ¿se parece a un pueblo
o a un solitario grupo de árboles
en el centro de un intachable paisaje?
En fin, quizá la página sea un pozo oscuro,
un rincón húmedo en un patio reseco,
un latido en el imperceptible ondeo
de la luz que respira en nuestra mente.
(Inédito)

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