Música y danza

Entrevista a Desakato

La banda de rock acaba de publicar "Antártida", un EP de cinco canciones grabado en directo.

 /por Pablo Moro/

/Fotografías © Iris Benítez/

Desakato es uno de los grupos del momento dentro del rock español. Si se piensa bien, eso es algo que nunca podrán arrebatarles. Aunque su carrera se fuera a pique ahora mismo ya formarían parte de la breve nómina histórica de los grupos asturianos que han triunfado más allá de Pajares. Pero son un grupo de rock, incluso punk. Y eso hace que no salgan en las portadas. Somos así. Acaban de resultar ganadores del premio al mejor directo en los Iberian Festival Awards entregados en Lisboa, en una candidatura donde competían con nombres como Amaral o Love of Lesbian. Pero tampoco eso ha valido para que nadie les conceda un titular importante. Llenan allá donde van y los principales festivales de rock del país les reclaman. ¿Qué hace falta para alcanzar el seguimiento masivo? Habrá que concluir que sigue habiendo estilos de primera y estilos de segunda, utilizando una expresión muy común estos días.

Acaban de publicar Antártida, un EP de cinco canciones grabado en directo en los estudios OVNI de Bonielles, Llanera, propiedad de Pablo Martínez, cantante y guitarrista de la banda. El EP, publicado en CD y vinilo se completa con la grabación en video realizada por Titi Muñoz que puede verse íntegra en internet de forma gratuita. Allí, en el lugar de los hechos, nos reciben el propio Pablo y su hermano Pepo, la voz cavernosa del grupo. Como hace buen tiempo sacamos unas cervezas y uno de los sofás del estudio al patio exterior para poder disfrutar del sol cómodamente. Y charlar mucho más de lo que la grabadora poco fiable de un móvil antiguo recogerá. Iris Benítez empieza a sacar fotos. Y yo le doy al REC.


Pregunta.- Hablando de la conquista de la Antártida, es famoso el anuncio que Ernest Shackleton publicó en el “Times” londinense para buscar hombres que quisieran unirse a su expedición con la que pretendía ser el primer hombre en llegar al Polo Sur. Decía: “Se buscan hombres para viaje peligroso, sueldo escaso, frío extremo, largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Salvando las distancias, ¿hay algo de eso en montar una banda de rock?

Pablo Martínez.- ¡Mucho!

Pepo Martínez.- ¡Hay mucho de eso! (Risas).

Pablo Martínez.- Sobre todo en lo de poco dinero…

Pepo Martínez.-  Poco dinero y recompensa en caso de éxito dentro de diez, quince años, si todo va bien.

Pregunta.- Parece que a este anuncio respondieron unas cinco mil personas. ¿Habría tantos que se apuntaran al viaje que ha recorrido “Desakato” en todo este tiempo hasta la Antártida? ¿Vosotros os apuntaríais de nuevo?

Pablo Martínez.-  Yo creo que sí. De hecho muchas veces pienso que si no hubiéramos alcanzado lo que ahora tenemos tendría otra banda o seguiríamos como “Desakato” tocando en bares o lo que fuera. La música es algo vital para nosotros, imprescindible. No concibo mi vida sin tener una banda y tocar, hacer temas, crear… Sin eso no sabría qué hacer.

Pepo Martínez.- Lo que pasa es que, sin haber tenido ese crecimiento que logramos, hubiera sido muy difícil haber mantenido el ritmo de trabajo y haber tenido tiempo para investigar y tomar riesgos. Estaríamos más estancados. Seguiríamos tocando, desde luego, pero…

Pablo Martínez.-  …Pero igual de felices, quizá.

Pepo Martínez.-  Desde luego. Enfocado de otra manera. Pero tocando igual de felices.

Pregunta.- La expedición de Shackleton no logró llegar la primera al Polo Sur (les adelantó la comandada por Admundsen) y transcurrieron varios años en los que se les dio por muertos. Sin embargo, el irlandés logró devolver a todos sus hombres a sus hogares sanos y salvos. En todo este tiempo ha habido gente que se ha salido del grupo, pero que os ha seguido acompañando. De alguna forma, tampoco habéis abandonado a nadie en el camino. Eso es todo un logro.

Pablo Martínez.- Cuando empezamos, éramos un grupo de amigos del barrio, de Posada. Así que cuando algún miembro se fue quedando fuera del barco, como Falu por ejemplo, que hoy en día sigue escribiendo para “Desakato”, lo hizo por motivos estilísticos. Falu es tío al que le gusta otro tipo de música. Pero seguimos siendo hermanos. Y de hecho sigue participando en todos los discos y prácticamente en todas las canciones. Me gusta mucho escribir con él. Es un obrero de la poesía. A partir de una idea que le des, tiene una capacidad acojonante para hacer versos molones sobre algo que no es suyo. Dices, “¿pero cómo puede ser que te metas en mi cabeza, en mi idea, de una manera tan certera?”. Llega, se toma una cerveza y empieza a escribir con una naturalidad increíble. Con la naturalidad de un albañil haciendo una pared. Acojonante. Tenemos muy buena relación. Incluso hace poco vino con nosotros para hacerse cargo del merchandising de la banda en los conciertos. Eso dice mucho de él. Yo no podría estar vendiendo las camisetas del grupo al que pertenecí mientras ellos están tocando. Me daría una envidia tremenda. Pero él lo ve como algo natural.

Pregunta.- Hablando del disco, hay imágenes, metáforas, que se repiten insistentemente. Como la del rompehielos. ¿Sentís que estáis abriendo caminos, que antes no existían, por donde otros vienen detrás navegando?

Pablo Martínez.- Sinceramente, creo que sí. No voy a pecar de falsa modestia en esto. Sé que hay muchos grupos, amigos nuestros, que se esfuerzan tanto como nosotros, que sienten orgullo de que nosotros estemos creciendo y mejorando, y creo que ese crecimiento puede beneficiar también a esos grupos. Había un estancamiento brutal en el rock estatal en la última década y con grupos como Berri Txarrak o…bueno, no hay muchos ejemplos…por eso hablo de estancamiento. Nosotros conseguimos romper esa barrera y espero que haya un relevo real.

Pepo Martínez.- Detrás nuestro sí que vienen bandas jóvenes haciendo cosas diferentes, que están entrando en el circuito del rock estatal.

Pablo Martínez.- Estamos hablando siempre de rock estatal, porque en el underground hay grandes bandas brutales en todas partes. Lo que pasa es que, tristemente, en este país o entras en un circuito, tipo rock estatal, o metalero, o en el circuito indie o es difícil salirte un poco de ahí.

Pregunta.- Vosotros, lo que estáis haciendo es saltar un poco esos límites. Disco a disco, se ve la evolución hacia la madurez que termina por arrancar las etiquetas.

Pepo Martínez.– Es normal que una banda evolucione. Es algo que tiene que ver con tu edad, con tu madurez intelectual, con la música que escuchas… No escuchamos lo mismo con dieciséis años que con treinta. Eso te influye a la hora de componer. Tienes otro fondo y eso debería de notarse. Y se nota.

Pregunta.- El rock es por definición transgresor pero, como ya mencionábais antes, parece que en los últimos años ha estado muy encerrado en sí mismo. Llegando incluso a cuestionar a aquellos que tratan de hacer un rock más vanguardista o más adaptado a su tiempo. Estoy pensando por ejemplo en Jack White, al que se le suele mirar con lupa.

Pablo Martínez.- Parece que hay que ser muy técnico para que se te valore. Yo comparo un “solo” de Jack White con uno de Yngwie Malmsteen y, joder, técnicamente no tienen nada que ver pero el de White tiene mucha más alma. Es puro rock.

Pepo Martínez.- Yo creo que eso se plantea aquí, en España. Somos muy cerrados de mente. Pero en el resto del mundo hay oferta de todos los tipos. Clásicos y modernos. Y hay cabida para todos.

Pregunta.- Pero el rock ha perdido los primeros puestos de las listas de ventas en favor de otros estilos. Se impone eso que ahora llaman “música urbana”.

Pablo Martínez.- Es algo natural. No lo voy a criticar. Algunos dicen que el trap es el nuevo punk. Tal vez tenga sentido. Es algo extraño que los músicos no entendemos y con lo que los chavales flipan. Pues hay que adaptarse y no ser hater. Ellos hacen su historia. Lo hacen en su casa y llegan a millones de personas. Hay que reconocerles el mérito.

Pepo Martínez.- El símil con el punk es bueno. Imagínate a un músico de conservatorio que, de repente, ve a los Clash o a Eskorbuto. Se preguntará qué hace la gente yendo a ver eso. Pero esa actitud tuvo una impronta en una generación y de ahí se desarrolló una música y una serie de grupos muy importantes. ¿Que el trap es el nuevo punk? Puede ser.

 Pablo Martínez.- ¡Ojalá no! (Risas)

 Pepo Martínez.- ¡Yo no lo entiendo, pero puede ser!.

Pregunta.- Una de las razones por las que el disco se titula “Antártida” es porque decís que os atraía la idea de que el continente presenta una aparente calma en la superficie, pero está llena de volcanes y actividad en su interior. ¿Los años sumergen también la energía de los inicios? ¿Os preocupa?

Pepo Martínez.- Siempre procuramos que la reivindicación esté presente y que en nuestros discos haya “caña” tanto en las letras como en la música. Yo escucho mucho hardcore y música con mucha “tralla”. Puede que algunos en la banda estén escuchando cosas más tranquilas, pero siempre vamos a estar otros para hacer contrapeso. Creo que eso es lo que funciona en “Desakato”. Hay variedad. Aunque el disco pueda tener una tónica más tranquila, todo aquel al que le mole la parte más potente del grupo va a encontrar su dosis. Podemos terminar el disco con una balada porque tenemos la “conciencia tranquila” de haber tocado todos los palos que nos representan en el disco.

Pregunta.- ¿Es importante tener en la cabeza lo que el público espera de ti? ¿Es el éxito no tener que pensar eso?

Pablo Martínez.- Yo creo que es todo lo contrario. El éxito es saber entender no sólo al público que llegas sino también al que podrías llegar. Yo llevo bastante carga compositiva en la banda y me di cuenta, a partir de nuestro disco Buen viaje especialmente, que estaba contaminando al grupo con una serie de influencias que a la gente que nos seguía tal vez no le llegaban tanto. Entonces monté un grupo paralelo, Senador, que tira más al stoner, que sirvió como punto de inflexión para saber distinguir qué encajaba en “Desakato” y qué no. Nos fuimos quitando el metal, el stoner… ahora tendré que montar un grupo indie para oxigenar otra vez (risas). Hay que darse cuenta de que te diriges a un sector de público. Yo me pongo en su lugar y tampoco querría que un grupo al que admiro se convirtiera en algo muy diferente. Hay que respetarles un poco. Pero no aburrir tampoco.

Pepo Martínez.- Sí, pero también hay que añadir que yo, por ejemplo, si un grupo que me gusta y al que respeto profundamente de repente cambia y hacen algo que ya no me gusta no les voy a perder el respeto. Hay grupos que para mi gusto hicieron discos de cabecera y después han hecho discos que no trago. Pero no les pierdo el respeto en absoluto. Siguen teniendo algo especial, porque hicieron aquellos discos y no les echo a los leones. Es cierto que la gente es la que te soporta, la que va a tus conciertos, espera por el disco, etcétera, pero también gracias a grupos que cambiaron e hicieron otro estilo yo fui conociendo música que ahora me gusta. Eso te abre la mente, te cuestionas ese cambio, te preguntas por qué lo hacen,  qué influencias nuevas tienen. Es importante no ser cerrado de mente.

Pregunta.- Eso tiene que ver con el concepto de “autenticidad”. El cambio significa riesgo de que te critiquen. El público tiende a la suspicacia.

Pablo Martínez.- Todo el mundo supone que cuando cambias estás pensando en llegar a más gente, en endulzar tu música para llegar a más gente. Pero no todo el que cambia lo hace en esa dirección. En nuestro caso, yo creo que hubo un cambio importante en el disco anterior, pero precisamente a mucho más cañero. Ahora, este nuevo disco tiene un par de temas más tranquilos y la percepción es que nos hemos vuelto más tranquis. Son fases. No nos planteamos hacer canciones menos cañeras. Con la voz gutural de Pepo, sería complicado, además. Nos quedamos con las mejores canciones que tenemos en ese momento.

Pepo Martínez.- A mí me gustaría cantar en todas, pero escuchando las opciones que hay, tengo que ser objetivo y elegir las mejores canciones que podamos ofrecer en ese momento. No vamos a sacrificar una buena canción por otra en la que yo cante simplemente por eso, o, como nos tiene pasado, por meter una con gaita porque teníamos la gaita y la metíamos a calzador. Desde hace dos o tres discos, estamos todos orgullosos de publicar en cada momento lo mejor que tenemos en ese momento.

Pregunta.- Un EP suele plantearse como un período de transición. Pero todo el concepto de este disco, el hilo conductor de la Antártida, la grabación en directo, la publicación en video, hacen olvidar esa idea aunque “sólo” sean cinco canciones.

Pablo Martínez.- Nos llevó tanto esfuerzo como si fuera un LP. Trabajamos mucho el concepto. En realidad queríamos hacer un disco, porque nos gusta mucho el formato, pero a pesar de que teníamos unas cuantas canciones no llegábamos con todo preparado al día que nos habíamos fijado para la grabación. Había muchos detalles: la decoración y preparación para la grabación de video, los ensayos para un directo donde los arreglos tienen que ir mucho más milimetrados que para el estudio… Además, estábamos en plena gira. Decidimos resumirlo en cinco canciones, pero prestar mucha atención al concepto, a los textos, y poder ofrecer a la gente el complemento visual.

Pregunta.- Sois una de las bandas que más se preocupa de tener atadas todas las partes del oficio o, como algunos dirían, de “este negocio”. Desde la parte musical, evidentemente, pero cuidando todos los detalles que circulan alrededor de lo que ofrecéis.

Pablo Martínez.- No somos conscientes de eso. Disfrutamos mucho del proceso y nos gusta implicarnos, pero no nos damos cuenta de eso.

Pepo Martínez.- De hecho, al contrario, solemos decirnos: “Chavales, somos unos vagos, hay que mover las redes, hay que hacer fotos al salir de tocar para subirlas…”. Tratamos de exigirnos bastante para estar al nivel de lo que la gente espera y merece.

Pablo Martínez.- A la hora de componer y preparar los temas yo soy muy exigente. Me gusta meterme en ello hasta el punto de pasarlo mal y obsesionarme.

Pepo Martínez.- Somos todos bastante exigentes. Cuando escuchas una parte de un disco que no quedó como a ti te hubiera gustado, parece que te duele en el alma. Es esa pequeña ambición de hacerlo lo mejor que puedas la que te ayuda a crecer.

Pregunta.- Hace poco que todos los miembros del grupo os dedicáis exclusivamente a la música. Hay un relato que todavía no se ha contado que tiene que ver con eso. Es probable que una buena parte de vuestro público creyera que vivís en exclusiva de la banda desde hace tiempo. En el documental Pacto de sangre, Mario, vuestro bajista, habla en el taller en el que trabaja vestido con el mono. ¿Cómo se maneja la magia del escenario con tener que volver al “curro” el lunes por la mañana?

Pablo Martínez.- Es nuestra personalidad, lo vemos como algo natural. En el documental queríamos ser sinceros, sin más. Y esa es la realidad.

Pepo Martínez.- Además, da igual. En el momento en que te subes al escenario eres una estrella del rock. Cuando suena el despertador el lunes a las ocho de la mañana, eres un puto obrero. No hay más. Eso es lo humano y lo natural.

Pablo Martínez.- Una cosa no quita a la otra. Encima del escenario no tengo un ápice de humildad. Somos humildes en nuestra vida cotidiana, pero a la hora de tocar yo me creo lo más.

Pepo Martínez.- Y así tiene que ser. Un piloto de Fórmula 1 no puede subirse en el coche pensando, bueno, a ver si termino la carrera bien. Se sube al coche pensando “me voy a follar a todos estos”. Y en el rock hay que tener esa actitud. En cuanto termina el concierto, ya eres tú. Pero en el escenario debes tener esa actitud. Las bandas que me gustan la tienen.

Pablo Martínez.- Ahora veo videos antiguos nuestros y me digo: “menudos pringaos, cómo nos lo creíamos”. Había sólo treinta personas, pero salíamos a muerte. Puede que alguien pensara que éramos unos “flipaos”, pero esa es la actitud. Si tu no te lo crees, ¿quién va a hacerlo?

Pregunta.- ¿Qué es lo peor de tener éxito? ¿Qué se siente cuando te colocan la etiqueta de ser una de las mejores bandas de rock del país?

Pablo Martínez.- Diría que no hay nada malo en tener éxito. Siento orgullo cuando dicen eso. Aunque tal vez es cierto que existe cierta presión.

Pepo  Martínez.- Hay orgullo y presión, es verdad. Te sientes más observado y juzgado, sobre todo en los conciertos. Yo, que no tengo una especial facilidad de palabra, me cae la responsabilidad de ser un poco anfitrión y presentar y me cuesta mucho.

Pablo Martínez.- Todos hemos tenido “pifiucas” presentando…(risas).

Pepo Martínez.- Yo procuro saludar en el idioma de donde estoy, hacer alguna referencia, cuidar la paridad, que las chicas se sientan también parte…

Pablo Martínez.- Eso es algo que antes no entendíamos y ahora intentamos corregir. Decíamos “el idioma es el que es, el plural es masculino”. Pero vas dándote cuenta de que las chicas quieren sentirse parte de todo esto e intentamos mejorar en eso.

Pepo Martínez.- Te esfuerzas en intentar hacer todo eso y es como natural. Pero si cometes un error, por pequeño que sea, te dan un palo.

Pregunta.- El público suele exigir mucho a los grupos y artistas. A lo mejor no estaría mal que los grupos también exigieran a su público.

Pepo Martínez.- Nosotros tenemos poco que exigir a nuestro público, la verdad. Es un público superfiel…

Pregunta.- Eso lo dices para quedar bien…

Pepo Martínez.- No, no, lo digo totalmente en serio y espero que si puedes, lo escribas. La gira pasada me aguantaron encima de ellos todos los conciertos, tirándome desde el escenario, etcétera. No puedo hacer eso y luego decir que son “tiquismiquis” con lo que diga. Es una apreciación del público en general. Nosotros estamos muy orgullosos y muy agradecidos a nuestro público.

Pablo Martínez.- Hay gente que viaja mucho para vernos. Hay un tío, Luis, que nos sigue con su mujer por muchos de los bolos que hacemos en distinta ciudades, gente que se lo toma como su escapada de fin de semana. Incluso matrimonios con hijos. Una pareja de Burgos que viene con su hija. Te traen regalos. El otro día nos trajeron veinticinco kilos de patatas. Ya están pensando qué es lo más raro que nos van a regalar. Eso mola mucho. Tenemos mucha relación y contacto directo con nuestros “fans”. Bueno, “fans” no, que me suena mal.

Pepo Martínez.- Todos los “desakatos”.

Pregunta.- Sergio C. Fanjul escribía el otro día en Facebook sobre la diferencia actual entre “tener éxito” y “petarlo”. Antes, el éxito podías alcanzarlo de diversas formas y no tenía que ser un término absoluto. Sin embargo “petarlo” es global, totalitario, sin término medio. ¿Sois ya tan mayores como para seguir teniendo esa percepción antigua del éxito? Podría decirse que “Desakato” lo peta.

Pablo Martínez.- Poder seguir haciendo discos es el éxito. Yo soy más ambicioso y me encantaría llegar más arriba, pero si me quedo como estoy me doy con un canto en los dientes. Ahora mismo podemos vivir de la música de una forma digna y disfrutamos del camino. Cuando eras adolescente, sí tenías unas metas de éxito con mayúsculas, pero a medida que pasa el tiempo te das cuenta de que hay que disfrutar del viaje, de estar haciendo lo que te gusta, viajando con tus amigos, con un público que te sigue; disfrutar de crear y de hacer canciones y discos. Si te obsesionas con una meta, te pierdes el camino, que es lo bonito. Llegar no tiene ningún aliciente. Lo que mola es cómo llegas.

Pepo Martínez.- Ir teniendo pequeñas metas y superando pequeños retos es lo importante. Que tu público crezca en cada ciudad, año a año, una sala más grande, mejores condiciones, son pequeños éxitos. Vas creciendo. Si nos hubiera cogido una gran productora yanki y de tocar en La Calleja la Ciega de Oviedo te ponen a tocar en Palacio Vistalegre, lo petas, pero lo petas una vez. Nosotros cada fin de semana que salimos de casa lo petamos un poco. Y eso mola más.

Pablo Martínez.- La música cambió mucho, también. Antes un grupo con proyección por el que apostaba una discográfica lo tenía más fácil. Pero estaba en manos de elementos externos. Hoy en día hay medios para que todo el mundo pueda llegar. Es un proceso más lento, pero más satisfactorio.

Pepo Martínez.- Hay mucha más oferta, también. Y hay que destacar entre todo eso.

Pregunta.- Y es complicado porque el nivel es muy alto. Y mucho de ello tiene que ver con la gran escuela que ha sido y es Internet.

Pablo Martínez.- Culturiza muchísimo. En todos los ámbitos. Desde aprender trucos de skate hasta tutoriales de ingeniería de sonido. Universalizar el saber es lo mejor de internet.

Pepo Martínez.- Aunque pagamos un precio muy alto por eso. Yo estoy bastante en contra de las redes, Google y el planteamiento actual de la tecnología. Te lo ofrecen todo sin explicarte bien el precio que pagas. Tengo que ir descubriéndolo yo. Enciendo el teléfono, pero tengo que desactivar la localización para que no me tengan controlado. Te doy esta aplicación gratis, pero tú me das tus contactos, tus datos, etcétera. Está muy bien la difusión de la cultura. Pero cuidado con el precio que pagamos.

Pregunta.- Para ir acabando. ¿Se podrá separar “Desakato” de los OVNI Estudios? Debe ser muy cómodo poder grabar tranquilamente en casa.

Pablo Martínez.- Es algo que nos gustaría hacer.

Pepo Martínez.- Tenemos ganas de mezclar. Es probable que grabemos siempre aquí.

Pablo Martínez.- Ahora mismo, el equipo que tenemos es muy bueno, a la altura de cualquier estudio. Pero luego está el toque humano y ponerte en manos de alguien con mucho talento y una visión externa de la banda.

Pregunta.- Shackleton no se rindió y continuó su vida en busca de nuevos retos. ¿Qué hay después de la Antártida?

Pepo Martínez.- Aún tenemos que descubrir América. Lo tenemos pendiente. Hay contactos y sabemos que nos están esperando. Pero queremos hacerlo bien y con garantías. No tenemos prisa. Queremos hacerlo bien. Ya sabes que somos exigentes. (Risas).


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