/ una reseña de Fabio Zarroli /
La obra lírica de Vittorio Sereni (Luino, 1913, Milán, 1983), considerada en su conjunto representa sin duda una de las experiencias poéticas más fascinantes y sugestivas del panorama literario italiano de la segunda mitad del siglo XX. Desde el primer libro Frontiera (que tuvo una primera edición en 1941) a Stella variabile (1981), pasando por el testimonio de su encarcelamiento en tiempos de guerra que nos ofrece el Diario d’Algeria (1947), y su regreso a la vida civil con Gli strumenti umani (1965) —considerado por muchos críticos su libro más importante—, el cuadro que se dibuja es el de una obra muy consistente y estructurada, extendida a lo largo de más de cuatro décadas. Una obra de la que sin embargo es posible distinguir con bastante claridad las distintas fases de composición, y esto gracias a las innovaciones estilísticas y temáticas que pueden determinarse con sustancial claridad, y que conforman un experimentalismo poético fascinante, del que van a poder disfrutar a partir de ahora también los lectores de lengua española.

Si de hecho en Frontiera el paisaje de su Luino natal domina sobre una poesía adornada con colores fríos, atmosferas alpinas, truenos, lagos y fragmentos de vida aldeana, las siguientes estaciones poéticas recurren a distintos escenarios, empezando por el Ática, el oeste de Sicilia, y las arenas del Magreb en el Diario d’Algeria, y terminando por la metrópolis milanesa en Gli strumenti umani, y el escenario predominantemente doméstico de Stella variabile.
En la poesía de Sereni, desde el punto de vista estético-estilístico, a partir de su segundo libro, se perfila un alejamiento gradual y progresivo de una escritura claramente deudora de la corriente hermética (en el poeta luinés siempre conflictiva), dominante en Italia desde principios de los años treinta, hacia una progresiva cesión al uso de la prosa y del verso largo, dentro de un planteamiento de poética cada vez más abierto y desde muchos puntos de vista petrarquista. Una evolución, sin embargo, que desembocará finalmente en un enfoque narrativo, que prevalecerá en el «poema en siete tiempos» titulado por Sereni «Un posto di vacanza» (incluido en su último libro Stella variabile), que se considera el verdadero testamento poético del autor.
El profesor de filología italiana de la Universidad de Extremadura José Muñoz Rivas, que ha afrontado a otros autores italianos en ediciones anotadas, como Alfredo Giuliani, Cesare Pavese y Guido Gozzano, pone al alcance de los lectores españoles los dos primeros libros de Vittorio Sereni con la reciente publicación del volumen Frontera. Diario de Argelia (2021), publicado por la editorial Calambur de Barcelona.
El texto que Muñoz Rivas toma como referencia para su traducción, como él mismo especifica en la informada introducción, está tomado de la edición crítica más prestigiosa y fiable de la poesía de Sereni, a saber, la que Dante Isella realizó para la colección «I Meridiani» de la editorial Mondadori en 1995. Esta edición presenta además un amplio aparato crítico de Isella gracias al cual es posible reconstruir las distintas etapas de redacción de cada uno de los textos de los cuatro libros de poesía del poeta, y obtener así importantes informaciones de carácter filológico, muchas de la cuales el traductor y crítico incluye en la cuidada edición española, junto con importantes aclaraciones sobre la poesía de Sereni.
La límpida traducción de los libros de Sereni que hace Muñoz Rivas se ve reforzada, además, de las páginas introductivas, que no solo comenta en profundidad los dos poemarios originales, tomando en consideración además las aportaciones críticas más autorizadas disponibles sobre el tema (de Pier Vincenzo Mengaldo a Franco Fortini pasando por Giansiro Ferrata, y otros), sino que, a través de una redacción clara e inmediata, permite al lector conocer los aspectos más complejos del mundo intelectual de Sereni, que tuvo una importante formación filosófica en su juventud.
De hecho, Muñoz Rivas da noticias fundamentales de la etapa de estudiante del poeta en la Universidad de Milán, y alude especialmente a la influencia en Sereni y en otros condiscípulos, como Luciano Anceschi y la poeta Antonia Pozzi, de la filosofía de la cultura del profesor Antonio Banfi, en fuerte polémica durante aquellos años con la filosofía idealista de Benedetto Croce, mostrando cuánto el poeta se mantenga siempre fiel a esta corriente de pensamiento. Es más, de la influencia de la intervención en la realidad y la ética del compromiso histórico de Banfi, una formación estético-filosófica que subyace plenamente ya en su poesía de estos años. Un estudio introductorio por lo demás preparatorio a la lectura de lírica sereniana, a menudo compleja y misteriosa, pero que es también una reconstrucción del ambiente educativo que gravitaba en torno al autor en los años de composición de sus primeros dos libros.
Para concluir, es necesario mencionar también el extenso aparato de notas situado al final del libro, sin duda un contenido a tener en cuenta a la hora de abordar la lectura del texto poético, por la cantidad de informaciones que el crítico y traductor recoge. Y efectivamente, el propio Muñoz Rivas menciona la importancia del aparato en el breve pero imprescindible apartado «Sobre esta edición», donde explica la articulación del trabajo de edición de los dos primeros libros de Sereni. La función de las notas, afirma, pueden resumirse en cuatro puntos esenciales que recojo aquí por el interés que me merecen para el lector español: 1) «aclaraciones de tipo textual que arrojan luz a la traducción española de un testo poético en ocasiones muy difícil»; 2) proporcionar «algunas paráfrasis explicativas del contenido de los poemas»; 3) explicitar «las fuentes del texto poético» (Eugenio Montale, Salvatore Quasimodo, Giosuè Carducci, Gabriele D’Annunzio, Guido Gozzano, Rainer María Rilke, y muchos otros); 4) «mostrar algunas de las muchas conexiones internas entre las composiciones que se establecen en Frontiera y Diario d’Algeria».
No quisiera concluir sin dar cuenta de dos excelentes poemas de Frontera y Diario de Argelia, obviamente con sus traducciones, en los que podemos apreciar con claridad los principales recursos estilísticos del lenguaje poético de Sereni en estos años, claramente in fieri, que abordan la temática predominante de ambos libros. Unos textos que muestran además la profundidad lírica de su poesía durante los años terribles de la segunda guerra mundial, en la que el poeta tuvo que participar como oficial del ejército italiano y permanecer preso durante dos años en el norte de África, fuera de la historia, como no se cansó de repetir el poeta luinés durante décadas.
Selección de poemas
*
De Frontera
Nebbia
Qui il traffico oscilla
sospeso alla luce
dei semafori quieti.
Io vengo in parte
ove s’infolta la città
E un fiato d’alti forni la trafuga.
Chiedo al cuore una voce, mi sovrasta
un assiduo rumore
Di fabbriche fonde, di magli.
E il tempo piega all’inverno.
Io batto le strade
che ai giorni delle volpi gentili
autunno di feltri verdi fioriva,
i viali celesti al dopopioggia.
Al segno di luce si libera il passo
e indugia l’anno, su queste contrade.
S’illumina a uno svolto un effimero sole,
un cespo di mimose
nella bianchissima nebbia.
Niebla
Aquí el tráfico oscila
suspendido en la luz
de los semáforos quietos.
Yo voy a la parte
donde se espesa la ciudad
y un aliento de altos hornos la substrae.
Pido al corazón una voz, me domina
un asiduo ruido
de fábricas densas, de mazos.
Y el tiempo dobla al invierno.
Yo pateo las calles
que en los días de los zorros amables
otoño de fieltros verdes florecía,
las avenidas celestes al escampar.
A la señal de la luz se libera el paso
y titubea el año, en estos parajes.
Se ilumina en un recodo un efímero sol,
un cogollo de mimosas
en la blanquísima niebla.
De Diario d’Algeria
Non sanno d’essere morti
i morti come noi,
non hanno pace.
Ostinati ripetono la vita
si dicono parole di bontà
rileggono nel cielo i vecchi segni.
Corre un girone grigio in Algeria
nello schermo dei mesi
ma immoto è il perno a un caldo nome: ORAN.
Saint-Cloud, agosto 1944
No saben que están muertos
los muertos como nosotros,
no tienen paz.
Obstinados repiten la vida
se dicen palabras de bondad
releen en el cielo las viejas señales.
Corre un cerco gris en Argelia
en el escarnio de los meses
pero inmóvil es el eje de un caliente nombre: ORAN.
Saint-Cloud, agosto de 1944

Vittorio Sereni
Calambur, 2022
354 páginas
20,90 €

Fabio Zarroli (Giulianova, 1997), es actualmente profesor lector de lengua italiana en la Universidad de Extremadura, en Cáceres. Ha realizado sus estudios de Literatura italiana moderna y contemporánea en la Universidad de Macerata, donde se graduó con una tesis sobre la relación intelectual entre Benedetto Croce y Gabriele D’Annunzio, y en la Universidad de Turín, donde realizó una tesis sobre la poesía de Vittorio Sereni. Colabora con algunas revistas especializadas, y ha publicado parte de su poesía en la colección Isole de la editorial Dantebus de Roma. Como traductor trabaja en la poesía española de posguerra, concretamente la de la generación del 50.
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