Escenario

“En attendant les barbares” de Eugêne Green se lleva el Premio al Mejor Largometraje en el FICX

Las seis películas francesas presentes en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón

ÊEl Festival Internacional de Cine de Gijón echó a rodar esta semana su 55 edición con una notable presencia del cine francés en su sección oficial. Alejandro Díaz Castaño se estrena como director del certamen con una selección que viene avalada por el reconocimiento en festivales como Cannes, Berlín, Locarno, Tribeca o Sundance. Seis de las diecisiete películas programadas en esta sección oficial proceden del país vecino y se podrán ver en el Teatro Jovellanos de Gijón a lo largo de la semana hasta el próximo sábado.

Una de las presencias más destacadas será la de Eugêne Green, que ha elegido el marco del FICX para el estreno mundial de En attendant les barbares, su última película.

Eugêne Green (Nueva York, 1947)

Afincado en París desde los veinte años, Green sigue en esta cinta los pasos de anteriores películas como Le fils de Joseph o La sapienza.  En La Sapienza, los personajes hablan directamente a la cámara sin romper la llamada cuarta pared. Esto significa que todavía hablan a la cámara como si estuvieran hablando con otro personaje en la película y no al espectador. El resultado es algo inquietante, especialmente porque romper la cuarta pared genera una sensación de intimidad entre actor y espectador, mientras que usarla supone lo contrario, los distancia. Pensando ya en su nuevo proyecto, Eugène Green llevó a cabo la pasada primavera un taller con doce intérpretes en el marco de las llamadas Chantiers Nomades. Fruto de esta experiencia formativa nace En attendant les barbares, rodada con un equipo mínimo y actores no profesionales. Como en el resto de sus films, los protagonistas afrontan un proceso para buscar la luz a través de las tinieblas que tiene como vehículo el arte barroco, aquí a través de las pinturas de Nicolas Tournier y de Jaufré, el único texto del ciclo artúrico escrito en occitano. No por casualidad nos situamos en la capital histórica del Lenguadoc, Toulouse. Al final resulta evidente que la propia misión del taller consistía en preparar a los alumnos, a través de su método de interpretación antipsicologista, para su reencuentro con esa barbarie que Green identifica con la cultura hegemónica estadounidenense.

En attendant les barbares (Francia, 2017) dirigida por Eugêne Green

Su presencia en esta sección oficial también supondrá el estreno en España del último trabajo de Bruno Dumont Jeanette, L´enfance de Jeanne D´Arc, un alocado musical contemporáneo sobre la infancia de la heroína francesa. Con banda sonora original de Gauthier Serre, cifrada en clave de ópera-rock y electro-pop, la cinta promete no parecerse a nada visto hasta la fecha en el tratamiento de un mito tan nacionalista como lo es Juana de Arco en Francia. El guión propone una adaptación muy fiel de la obra Jeanne d’Arc (1897) del poeta francés Charles Péguy.  La historia se inicia en 1425, cuando Jeannette es una niña de ocho años que pretende expulsar de Francia a los invasores ingleses, aunque la leyenda original sitúa este hecho unos años más tarde. La secuencia temporal avanza hasta los catorce años de la protagonista, momento en que Juana de Arco acude para pedir una escolta y convencer al futuro rey de la necesidad de plantar batalla a los ingleses para expulsarlos del país. La carga ideológica que Dumont le imprime a este mito nacionalista y su característico atrevimiento formal generó cierta controversia en su reciente estreno en el festival de Cannes.

Jeanette, L´enfance de Jeanne D´Arc (Francia, 2017), dirigida por Bruno Dumont (Francia, 1958)

Les fantômes d’ Ismaël del cineasta Arnaud Desplechin es una comedia sofisticada muy al estilo francés que cuenta la historia entre un director de cine y dos mujeres, una que le ata a la realidad y otra desaparecida a la que se le dio por muerta en su día y resucita. La película abrió el pasado festival de Cannes y la crítica francesa ha subrayado enfáticamente que la primera media hora de Les fantômes d’Ismaël se ubican entre lo mejor de la espléndida carrera de Arnaud Desplechin y la última media hora, entre lo peor de su filmografía. Así de desconcertante e irregular, pero nunca intrascendente, se presenta este nuevo largometraje del talentoso director de El primer día del resto de nuestras vidas (2008). La película tiene un poco de todo: un triángulo romántico, drama familiar, humor absurdo, aspectos de thriller de espías y hasta fantasmas incluídos. Puede que sea una cinta de ambiciones y pretensiones por momentos desmedidas, desbordantes, con ramificaciones y personajes que van y vienen en el tiempo, escenas que transcurren no sólo en Francia, sino también en lugares como Tayikistán, Tel Aviv o Praga, y escenas tan bellas como voyeuristas de Marion Cotillard. La propia Cotillard y Charlotte Gainsbourg  encarnan los dos vértices del triángulo que incluye también a Ismaël Vuillard, un atribulado director que no logra avanzar con un guión sobre su hermano entre anfetaminas, alcohol, cigarrillos e insomnios que combaten las pesadillas que lo acosan. El protagonista ha sufrido hace algo más de 21 años la desaparición de su esposa Carlotta (Cotillard) e intenta rearmar su vida afectiva con una astrofísica llamada Sylvia (Gainsbourg), pero la aparición fantasmal de la primera generán no solo una absoluta sorpresa sino también incomodidad, celos y miserias varias. Resulta desconcertante el hecho de que en Cannes se estrenara una versión “más sentimental”, según admitió el propio Arnaud Desplechin, con una duración de 114 minutos, mientras que el montaje original, un corte de 134 minutos y “mucho más intelectual”, en palabras también del propio director, sólo se exhibió en el Cinéma du Panthéon de París.

Desde una perspectiva muy diferente, el veterano director Paul Vecchiali presenta en el FICX la original historia que sustenta Les sept deserteurs ou La Guerre en Vrac (2017), un film antibélico que muestra la vida cotidiana de siete desertores refugiados en un paisaje idílico en torno a la guerra. Bombardeos y ráfagas constantes rodean el oasis de estos siete personajes retratados en siete jornadas que inapelablemente dejan a cada uno en su lugar. Los siete desertores de una guerra perpetua, que parece remontarse a las profundidades de sus recuerdos, conviven durante esas siete jornadas en un improvisado y ruinoso campamento idílico rodeado del estruendo de ráfagas de ametralladora y aviones bombarderos. Una puesta en escena, una escenografía y un vestuario que responden a un planteamiento con tendencia a una sugerente abstracción muy del gusto francés. La vida de los siete personajes está sometida al poder de la palabra pausada en diálogos y parlamentos planteados con una teatralidad antinaturalista que subraya su carácter de parábola. Una vez más, Paul Vecchiali, maestro libertario, juega con los hilos de sus personajes depurando lo superfluo y proponiendo retablos animados del colofón absurdo de unas vidas que muestran al espectador el desencantado destino de quien abraza voluntariamente la marginalidad.

Les sept deserteurs ou La Guerre en Vrac (Francia, 2017), dirigida por Paul Vecchiali (Francia, 1930)

Tres historias complementarias vertebran la interesante película de Karim Moussaoui titulada Until the Birds Return (2017). La cinta recorre la vida cotidiana de diversos personajes que coinciden y conviven actualmente en Argelia, un país que, entre otros males, arrastra dolorosos daños emocionales en su compleja relación con Francia. Inspirado retrato de una sociedad que no ha cerrado las heridas de su pasado reciente, la película mezcla orígenes sociales y geográficos para mostrar desde tres perspectivas diferentes la vida actual en Argelia. En primer lugar, la perspectiva de la capital  a través de Mourad, un promotor inmobiliario y divorciado que siente que todo se le escapa. A continuación, Aïcha, la perspectiva de las tradiciones a través de una joven que se dirige al pueblo donde tendrá lugar la ceremonia de su matrimonio y se cruza en el camino con Djalil, alguien que hará tambalearse su organizado y no discutido plan de vida. Finalmente, la perspectiva bélica a través del pasado de Dahman, un neurólogo que intervino en la guerra y que se enfrentará de nuevo a sus vivencias en la víspera de su boda, cuando el pasado vuelve de pronto a su vida. Una road-movie en la que tres giros inesperados pondrán a los tres personajes ante decisiones difíciles de tomar.

Until the Birds Return (Argelia, Francia, 2017) dirigida por Karim Moussaoui (Argelia, 1976)

“Nosotros, los directores callejeros, filmamos donde vivimos”, dijo el cineasta francés de culto Abel Ferrara. Prueba de ello es su reciente largometraje  Alive in France (2017), que completa, aunque fuera de competición, este sexteto de cine francés en la sección oficial del FICX. La cinta recorre la gira musical del propio Ferrara con Joe Delia y Paul Hipp, los amigos que pusieron banda sonora a sus últimos trabajos, como El funeral o El rey de New York. Un autorretrato cinematográfico desde una perspectiva más desconocida, basada en los videos que el director grabó durante su gira en 2016 entre las ciudades de París y Toulouse.  Hilando con música su perspectiva personal, la película supone un homenaje del propio Ferrara a las bandas sonoras de las películas a lo largo de su trayectoria, incluyendo también material de carácter más personal con su familia y sus amigos.


Enlace al programa completo del FICX  

http://www.gijonfilmfestival.com/

Sedes de proyección del FICX

Teatro Jovellanos

Centro Cultural Antiguo Instituto

Centro Gijón-Sur

Centro de Cultura Laboral

Yelmo Cines

 

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