«Hay un sentimiento en este disco de aspiración, desde luego. Un idea que consiste, más que en querer ser algo, en trabajar en ser algo»
/ por Pablo Moro /
El manager quería librarme del supuesto engorro de acercarme a Villaviciosa un día de semana para hacer esta entrevista. Pero pocas cosas hay más placenteras que aprovechar los escasos rayos de un sol esquivo últimamente, para alejarse de la ciudad y darse una vuelta por las bonitas calles de la villa sidrera. He quedado con Juanvi y Venti, la mitad maliaya de los Staytons (el resto vive en Gijón), la banda a la que ya podemos considerar revelación de la temporada. Acaban de publicar su primer disco, Singularity, resultado de haber vencido el concurso de maquetas de los 40 principales Asturias y el Instituto Asturiano de la Juventud, y les llueven los elogios superlativos de la crítica nacional. Han sido disco de la semana en el programa “Hoy empieza todo” de Radio 3 y Virginia Díaz del espacio “180 grados” de la misma emisora los pincha entusiasmada. Por si fuera poco, este verano se subirán al escenario del Festival Sonorama Ribera tras vencer en el concurso de bandas, Talento Ribera. Los cinco jovencísimos músicos, ayudados por su productor Igor Paskual, parecen haber encontrado la fórmula con canciones llenas de cruces de caminos, en las que la música negra más clásica se expande en sus distintas evoluciones, mezclando soul, aires de hip-hop, funky, incluso jazz, con las raíces más country and roots del rock and roll.
Hemos quedado en el Catorce, un reducto musical, ligeramente apartado y tranquilo, en el que, ahora mismo, a las 10:30 de la mañana suena buen rap. La terraza de sillas y mesas de madera está vacía. Grabando.
Pregunta.- Según la RAE, “Singularidad” significa “cualidad de lo que es singular”. Para “singular” hay tres acepciones: “Que expresa una sola unidad de los seres u objetos a los que se refiere”; “que es raro o extravagante” y por último “que es extraordinario o excepcionalmente bueno”. Me pregunto cuánto hay de cada definición en “Staytons” y en el disco.
Juanvi.- Creo que hay un poco de las tres.
Venti.- Vamos a pensar que, sobre todo, de la última. (Risas)
Juanvi.- Personalmente, lo de “Singularity”, en relación a la canción que da título al disco, me llamó la atención a raíz de la música. Cuando trajo Venti el riff y montamos la canción una mañana, esa misma tarde me vino el título. Tiene que llamarse así. Era sobretodo por el concepto físico, algo que tenía que ver con el espacio y el tiempo y que representaba la canción, la singularidad que yo veía en ella. Me parecía bastante fascinante en el sentido de que no acababa de entender del todo lo que provocaba en mí.
P.- Te pareció algo fuera de lo común, un riff que no habías escuchado.
Juanvi.- Algo así. Hubo una relación extraña. Me pasó también con otra de las canciones, “A good temper man”. Son dos títulos que vinieron dados por la música. Fue escuchar los riffs y surgirme esa asociación de ideas. Como por arte de magia.
P.- Así que todo el concepto del disco viene de un riff de guitarra tuyo, Venti.
Venti.- Eso parece.
P.- ¿Qué pensabas cuándo los componías?. ¿Querías encontrar algo que efectivamente se saliera de lo común, si no es eso lo que siempre se intenta hacer?.
Venti.- Yo siempre intento hacer cosas diferentes. Me “rallo” mucho con lo que escribo y lo dejo reposar para ver como funciona días después. Desde luego pensé que debía hacer algo distinto. Esa canción en concreto está compuesta con una guitarra acústica que ya es algo que parece no pegar mucho con lo que después resultó el tema.
P.- Fijémonos en la segunda acepción, esa que habla de ser raro o extravagante. Vosotros decís que vuestra música es una coctelera donde predomina el ingrediente de la música negra, de su evolución a lo largo de las décadas, referencias que no parece que la gente de vuestra generación tenga muy presentes. ¿Os sentís, por eso, unos bichos raros?. ¿Cuándo habláis con vuestros amigos de Curtis Mayfield saben de lo que les habláis?.
Venti.- No, normalmente no.
Juanvi.- Supongo que hay algo de extravagancia en eso, pero, desde luego, no por sentirte superior. Es una extravagancia en el sentido de que es un aspecto característico nuestro. Y, a veces, sólo nuestro.
P.- ¿Dónde os encontrasteis vosotros con esas referencias?.
Venti.- Viene de nuestras casas. Nuestros padres escuchan mucha música. Mucho rock y blues, funky, música negra… No empezamos escuchando eso, desde luego, pero siempre ha estado ahí. Yo empecé escuchando a Pink Floyd, Supertramp, cosas así. Pero cuando te metes un poco en ello quieres saber más, investigar e ir al origen. Y cuando vas al origen de todo esto siempre te acabas encontrando con la música negra. Cuando eres guitarrista mucho más. La escala pentatónica del blues ha sido y es utilizada hasta la saciedad.
P.- Es cierto que está la música negra, pero también hay canciones en el disco, los adelantos que habéis ido sacando, principalmente, que recuerdan a la última nueva ola del rock británico, aquella de grupos como Artic Monkeys o Franz Ferdinand. Aunque me da la sensación de que no os veis reflejados en esa comparación.
Juanvi.– Yo poco, la verdad. A mí ese tipo de música me venía más por Venti. Hablas de los singles: es cierto que una vez grabado el disco, al escucharlo nos dimos cuenta de que teníamos ese tipo de orden, esa división del disco en una primera parte más funky británica que iba llevando a otras canciones más, diría, acústicas, más “roots”.
P.- La división en tres partes parece clara: los hits al principio, que enlazan con ese sonido más británico; un segundo tercio con un fuerte componente soul y un tramo final más de raíces. Parece un viaje hacia atrás en el tiempo.
Venti.- También está ahí la singularidad de cada canción.
Juanvi.– Es un viaje que nosotros también vemos pero que es completamente casual. No se trata de un disco conceptual. El disco es una colección de trozos de nuestras vidas.
Venti.- Es nuestro primer disco y contiene canciones de los dos últimos años. Canciones que llevan dos años con nosotros y otras más recientes, por lo que, en el mismo disco, conviven temas de distintas épocas, compuestas con distintas sensibilidades y distintas influencias. Hacía falta ponerle un orden que otorgara coherencia al disco.
P.- Dice el estribillo de “Singularity” algo así como que “cantando la misma canción (…) vivimos en la singularidad”. ¿El rock siguen siendo “los tres mismos acordes y la verdad”, que hay que tratar de modernizar y traer a nuestro tiempo?.
Juanvi.- Especialmente con “Singularity” ese tipo de lógica sí que existe. Algo que hicimos con esa canción y, en general, con el resto, fue darles muchas vueltas hasta sacar su esencia y obtener el resultado más completo. Somos inconformistas. De eso habla precisamente la canción “Singularity”, de cómo somos nosotros en ese sentido. Siempre digo que es una letra casi metafísica: no es una canción que habla de algo sino que es una canción que habla de nosotros hablando de algo.
P.- Me gustó mucho una frase vuestra en la entrevista que os hizo Jorge Alonso para el Ruta 66. Decíais “nuestras canciones hablan de lo que somos y de lo que queremos llegar a ser”. El rock como forma de aspiración vital, como vía del conocimiento.
Juanvi.- Hay que ser honesto. Siendo un grupo tan joven no es fácil contar nuestras experiencias y nuestras vidas y que éstas tengan el suficiente jugo para resultar interesantes. Se trata de cambiar el punto de vista y mirar hacia adelante en lugar de hacia atrás. Hay algunas canciones que son muy claras en ese sentido. “A good temper man” es un ejemplo evidente de esa aspiración.
Venti.- Hay un sentimiento en este disco de aspiración, desde luego. Un idea que consiste, más que en querer ser algo, en trabajar en ser algo. Es un matiz distinto.
P.- Estáis recibiendo muy buenas críticas y muchos elogios. ¿Cómo se gestiona ese éxito tan inmediato? ¿Hay algo a lo que haya que renunciar?.
Juanvi.- Yo intento no pensar mucho en ello porque si no sé que me va a nublar la vista y no voy a seguir haciendo las cosas como debo hacerlas. No creo que se trate de renunciar a nada pero sí que empiezas a pensar que las cosas van en serio, que debemos mejorar el sonido, concretar algunos aspectos y definirnos como banda.
Venti.- A la hora de seguir componiendo esa situación provoca que la obsesión por diferenciarse y encontrar una voz personal sea cada vez mayor, huyendo de los ejercicios de estilo para definir el sonido “Staytons”.
P.- Todos los primeros discos suelen tener algo de coctelera, pero ahora que lo mencionáis, ¿hasta qué punto estáis llevando ese trabajo de concreción para definir por dónde irá el futuro?.
Juanvi.- Es algo que estamos haciendo bastante conscientemente. No se trata de renunciar a hacer canciones de diferentes estilos pero sí de afinar la esencia de las canciones más cohesivas y hacer que esté presente en el resto y que se reconozca en lo que hagamos.
Venti.- El plan no es pensar en hacer rock, soul o indie. El plan es crear nuestro estilo. En 2018 es muy complicado diferenciarse, porque casi todo está inventado, pero se trata de intentarlo.
P.- Algo que me llama la atención en el disco es que detrás de una aparente luminosidad, con canciones de mucho groove y buen rollo, bailables y rítmicas, las letras y, en general, el aroma que desprende el disco, esconden una tenue oscuridad, mezclada con cierta rebeldía. Tal vez tenga que ver con eso de las aspiraciones, con que la vida no acabe de encajar.
Juanvi.- En cuanto a lo que dices de la música y el baile, es así. Yo siempre me preocupo mucho de que la música se pueda traducir en movimiento. Siendo yo un bailarín pésimo me parece que el baile es la máxima expresión de la música. Puedes escuchar música y apreciarla sentado en tu sofá con unos cascos pero como realmente la sientes, como realmente la llevas a la práctica, podríamos decir, es levantándote, moviendo los pies. Eso siempre lo busco. Esa oscuridad, o abstracción de algunas canciones de la que hablas creo que tiene que ver con que uno escribe desde la experiencia y son las experiencias más oscuras las que inspiran para hacer canciones. También es cierto que yo como letrista trato de huir de lo evidente y eso ayuda a esconder algunas cosas o a crear esa sensación que tu llamas oscuridad. Siempre me gustó mucho la manera de trabajar, en ese sentido, por ejemplo, de Gilmour y Waters. De repente Waters traía letras muy duras, políticas y oscuras, y Gilmour las llevaba al cielo de la ensoñación. Siempre me encantó ese contraste.
P.- El disco lo ha producido Igor Paskual, ya un referente del rock español. Una persona muy culta, muy inteligente, muy apasionada y muy vehemente a la hora de defender sus ideas, generalmente brillantes y muy reflexionadas. No sé si es fácil decirle a algo que no, sobre todo siendo vuestro primer disco.
Venti.- Es una persona muy comprensiva, que efectivamente habla mucho pero que también escucha mucho. En esas largas conversaciones con él es fácil llegar a acuerdos. Sabe meterse muy bien en la mente de su interlocutor y comprender los pensamientos de los demás.
Juanvi.- Él emplea mucha fuerza en hacerte comprender la idea que tiene e insiste hasta que ves lo que él ve. Pero una vez que eso ocurre, si tú tienes otra cosa en la cabeza, es posible hacerle trabajar en ese aspecto. Hay canciones que es verdad que cambiaron mucho pero otras prácticamente nada. En el estudio siempre tiene los oídos atentos para saber dónde hay que excavar y dónde no.
P.- ¿Estáis hartos de que os digan que sois muy jóvenes o sois capaces de entenderlo?
Juanvi.- Yo puedo entenderlo. Hombre, si haces tres entrevistas el mismo día y en las tres te dicen lo mismo pues puede cansar un poco. Pero no le damos más importancia porque no es algo en lo que nosotros insistamos. No nos promocionamos como un grupo joven. Tenemos la edad que tenemos y hacemos música. Nada más. No nos sienta mal.
Venti.- Nos sentaría peor que nos dijeran que somos más mayores de lo que somos.
P.- Bueno, en realidad lo que se dice es que el disco desprende una madurez que choca con vuestra corta edad.
Juanvi.- Ya, bueno, ¿y cómo debería ser a esta edad entonces?. Tampoco es una cuestión generacional, que también nos lo dicen mucho. “Vuestra generación pasa de los locales de ensayo y del rock” y tal. No es así. Hay gente para todo en cada momento pero a veces se presta más atención o se pone el foco en otras cosas. Mucha gente que conocemos sigue en este rollo y sigue habiendo demanda, que también es importante.
P.- Considero que el lugar de donde uno es, o, mejor, donde pace, influye mucho a la hora de hacer canciones. Tu familia, Juanvi, vive en Stayton, un pueblo del estado de Oregon en Estados Unidos que además da nombre a la banda y que linda con otra comunidad, “Sublimity”, cuyo nombre os sirvió para titular vuestra primera maqueta. Un largo viaje desde allí hasta Villaviciosa con un equipaje variopinto.
Juanvi.- Yo creo que, efectivamente, lo que inhalas tiene que ver mucho con lo que después exhalas. Nuestra música tiene que ver con ese sonido americano también porque nos gusta. Tenemos a Andrés con raíces rusas y no hacemos canciones rusas. Además suena muy exótico pero no son tan diferentes los lugares. Oregon se parece a España y Stayton es una pequeña comunidad, como lo puede ser Villaviciosa, donde la gente vive de manera muy similar.
P.- Hablando de Villaviciosa, no es éste un lugar del que hayan salido muchos grupos.
Venti.- Hay grupos funcionando ahora, Carolina Durante por ejemplo. Es un pueblo muy pequeño, de carácter más bien rural, y como en cualquier proceso de normalización social la gente tiende a normalizar sus opiniones y sus actitudes hacia el mismo lugar. En un pueblo como este, con poca tradición, digamos, rockera, es más difícil que salgan grupos. Sin embargo la banda de gaitas o el folklore en general tienen mucha más repercusión.
P.- ¿Hay algún grupo ahora a nivel nacional con el que os veáis en sintonía, con el que tengáis cosas en común?
Juanvi.- Seguro que lo hay. Pero ahora mismo no me viene, la verdad.
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