/ La jaula / Javier Sánchez Menéndez /
MONTESQUIEU nos dejó escrito: «Hasta la libertad les ha parecido intolerable a pueblos no acostumbrados a ella, como el aire suele ser nocivo para los que han vivido en lugares pantanosos».
SOMOS el pueblo. Un pueblo soberano que ha perdido la soberanía, al que han hecho desaparecer nuestros derechos. Y no tomamos decisiones, las toman ellos en nuestro nombre y, siempre, son decisiones que nos perjudican.
LUCHAN por modificar los modelos sociales, haciéndonos creer que son lo mejor para nosotros, que todo avanza y que debemos aceptar las consecuencias de unos cambios que nunca entenderemos y nadie nos explica.
VIVIMOS en un espejismo, pero se trata de un espejismo que está inmerso en un problema muy complejo. La inflación está por las nubes, como la gasolina, los alimentos, y sobre todo los impuestos. Un proceso que llevaba ya muchos meses en ascenso. Un problema del nada tiene que ver la guerra de Ucrania. Pero seguimos viviendo en el espejismo. Y solo podremos salir de él si restablecemos nuestros derechos, si expulsamos a los políticos, si entendemos, razonadamente, la magnitud del problema.
EL mayor problema del hombre son las instituciones que nos gobiernan, sin ellas la humanidad sería humanidad.
LOS seres humanos caminan hacia la desesperación. Y si no lo admite es que continua dentro del espejismo.
LA política destruye la libertad de las personas, la elimina. Los políticos nunca serán seres honestos.
LA muerte de un político es un pequeño paso hacia la libertad.
ESTAMOS inmersos en una tormenta perfecta planificada y bien estudiada. Lo que ellos no saben (ni lo sabrán nunca) es que los bienaventurados somos nosotros.
MONTESQUIEU nos dejó escrito: «Los gobernantes, con un poder que se rehace cada día, que periódicamente se restaura, guardarían más consideraciones a los que le fuesen útiles que a los que les divierten; habría, pues, menos cortesanos y menos aduladores; habría pocos serviles de esos que hacen pagar a los grandes el vacío de su entendimiento».

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es poeta y ensayista, sus últimos poemarios editados han sido El baile del diablo (Renacimiento, 2017) y Ese sabor antiguo de las obras (Chamán, 2022). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Autor de varios ensayos, destacamos la serie Fábula y El libro de los indolentes (Plaza y Valdés, 2016). Ha publicado además cinco libros de aforismos: Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (2017), Concepto (2019), Ética para mediocres (2020) y Mundo intermedio (2021), y la obra Para una teoría del aforismo (Trea, 2020).
Quien garantiza que se respeten los derechos humanos es el estado, a no ser que cada uno se compre una ametralladora y se dedique a defender sus derechos individuales y privados
Pero da la casualidad de que los gobiernos y los partidos están llenos de personas que aman el poder o la buena vida o el no dar golpe (si no es al adversario)
De manera que sólo eligiendo a gente que no quiera dedicarse a la política se podría arreglar un poco el asunto
A buenas personas, trabajadoras y honradas
Pero eso es pedirle peras al olmo, porque con el sistema actual sólo se presentan los carotas, embusteros y malandrines, como ha anotado usted certeramente
Puede que en un futuro mediante la IA se pueda encontrar un algoritmo que seleccione a aquéllos que deben estar en los gobiernos y los partidos, no porque lo decidan ellos mismos, ni la gente, que sólo puede elegir entre los que se postulan, sino porque lo decida un algoritmo ético
Pero en todo caso el cambio de método debe contar con el consentimiento de los que tienen el poder, y eso no ocurrirá nunca, que yo sepa
Y aunque ocurriera, ya encontrarían la manera de pervertir el sistema, como ha pasado con la democracia parlamentaria, representativa e injuriante, donde parece que todo el mundo ha estudiado el Arte de Injuriar, de Borges con notas brillantes y matrícula de honor