/ una reseña de Emiliano Fernández Prado /
De la poesía de Enrique García Benedito (Gijón-Xixón, 1956) existían dos publicaciones anteriores, ambas ya inencontrables. La primera de ellas, Primer Libro de emblemas, es un libro de poemas visuales, irónico, muy divertido, publicado por la ya desaparecida editorial Llibros del Pexe en 1995. La segunda es la colección de poemas La distancia exacta, que publicó Trea en 2004, un libro del que apenas se ha hablado y que, sin embargo, ha ido circulando casi en secreto entre los lectores de buena poesía.
Suma recoge la totalidad de los poemas de La distancia exacta y los completa con 54 composiciones adicionales que su autor titula Ítem más. A ello se añade, como cierre, Inscripciones del lago Nemi, una notable fábula poética que había aparecido por primera vez en el número 53 de El Cuaderno. Para su autor, que defiende su carácter de «escritor discreto», constituye el conjunto completo de su obra en verso, a partir de una selección muy rigurosa de los poemas que ha escrito desde principios de los años noventa.
Se trata de una poesía extremadamente escueta y sostenida en un esfuerzo de reducción a lo esencial. Y lo esencial se compone con frecuencia, exclusivamente, de dos, tres versos…; solo a veces de unos pocos más. Poemas que no repiten, no amplifican ni describen, dejando que sea el lector quien reconstruya la emoción lírica que queda recogida como un apunte escueto. La ortografía se ha reducido a un eficaz uso de las letras mayúsculas, prescindiendo de los signos de puntuación. El léxico es claro y sencillo, y la sintaxis directa y natural («Dios un orden la sintaxis/ claro»). A la vez, un uso hábil de las pausas verbales multiplica, con una eficacia sorprendente, los significados de los poemas («amanece una luz/ de otoño nace»).
¿Poesía sencilla o complicada, fácil o difícil de entender? Emoción personal e ironía se entretejen a lo largo de todo el poemario. Produce una sensación de transparencia que, sin embargo, lleva detenerse, a volver la vista atrás para releer con la sensación de que hay algo más de lo que parece… Y efectivamente es así. Hay siempre algo más.
Con cierto humor su autor ha trazado la genealogía remota de su forma de escribir en la lectura de los primitivos líricos griegos tal como han llegado hasta nosotros, es decir, como fragmentos recogidos de testimonios posteriores que han reducido a un mínimo esencial su energía lírica. Hay, sin duda, otras fuentes más cercanas: E.E. Cummings, Ricardo Reis, Juan Eduardo Cirlot, los herméticos italianos…, pero el proceso de asimilación de esas influencias ha llevado a un estilo y una actitud creativa que tienen una marcada personalidad propia.
Es difícil que una poesía tan comprometida con una estética personal no tenga partidarios y detractores. Pero también lo es que quien aprecie el verso permanezca indiferente a su pureza rítmica y a su elegancia, a una propuesta ciertamente inhabitual y que constituye un verdadero estímulo para el lector.
Poemas de Suma
pasos de leve espuma
blanca en la mirada
perfecta de azul
dejarse llevar por los objetos que aparecen y esperar
la dorada luz que los inflame
tan de invierno La ventana
instaura un orden y tras ella miro
esta visión del Neckar Majestad
en primavera Este ir
poco a poco arrancando
las cuerdas de aquel piano y teclear
en él cesuras de un silencio que al fin quiere
alcanzarme Razones de que ahora
viva aquí humildemente suyo Scardanelli
parecían
poemas de Cézanne las manzanas
rojas allí sobre la mesa
azul la pared
amarilla
un pájaro comienza a describir su geografía
Quizás también nostálgica
el agua mansamente fluye
La hierba existe y los árboles
meciéndose
A qué esperarnos
de la calle más y más voces ascendiendo
al orgullo de por sí mismas
hacer visible aquello que proclaman
anaranjado como el mar
se yergue anaranjado
el cuerpo de mujer con niño
en el regazo
me acoge el suelo de pinaza
rojo hoy tras la lluvia el perro corre
bailando sobre el puente con las zapatillas
que ella te ha comprado al fin
tan cerca el agua
ver es pasado Por eso
sigo viéndote

Enrique García
Impedimenta, 2022
200 páginas
15 €

Emiliano Fernández Prado (Gijón-Xixón, 1956) es profesor y escritor, licenciado en filología española, en las especialidades de lengua y literatura, por la Universidad de Uviéu-Oviedo. Ha compaginado el ejercicio de la docencia con responsabilidades institucionales, entre las que destaca su etapa como director general de Cultura de Asturies. Especializado en la reflexión teórica sobre la intervención pública en el ámbito cultural, es autor de la obra La política cultural: qué es y para qué sirve (Trea, 1991) y coeditor, con Nieves Trabanco, de Hyle: ser sueño en España (Trea, 1997), de Raoul Hausmann. Ha sido editor literario de la obra poética de Basilio Fernández (Premio Nacional de Poesía, 1992), desde su primera edición, Poemas 1927-1987 (Llibros del Pexe, 1991) y sus Poesías completas (Impronta, 2015). También ha traducido, en colaboración con el profesor Faustino Álvarez, Brigflatts (Impronta, 2021), del poeta británico Basil Bunting. Es asimismo autor de una cuidada obra literaria integrada por los títulos Un ideal extraño, Escenas de la guerra contra Sertorio, Almas no del todo despiertas, Cuando pase este oscurecimiento, En clase y Purificación.
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