/ por Guillermo Quintás /
No podemos evitar una denuncia cuando los ciudadanos y las instituciones parecen haber asimilado sin crisis alguna las muertes acaecidas en nuestra frontera de Melilla. No todos hemos guardado silencio; es más, he anticipado que pueden reiterarse tales desgracias y, por tanto, he llegado a plantear que la falta de previsión colinda con el delito. Si denuncio este silencio es porque, en la misma tarde en que oía al señor Grande-Marlaska lavarse las manos, leía unas declaraciones hechas en Fez por el señor Moratinos: todo el continente africano y la comunidad internacional están «satisfechos» de que «los comicios se hayan podido celebrar (el 20 de noviembre) de manera libre, democrática y favorable para los deseos de toda la ciudadanía ecuatoguineana». Esto es, Teodoro Obiang, después de cinco décadas en las que ha colocado en banca extranjera seiscientosmillones de dólares, según la revista Forbes, y que ha perseguido cualquier opinión que no sea la suya, ha obtenido el 98% de los votos. Y esto, según el señor Moratinos, satisface a un continente entero. No se precisa comentario alguno para destacar que estas palabras son un escarnio de la verdad.
Ahora bien, para quienes estamos viendo correr riesgos innecesarios al PSOE, sí que cabe invitar al señor Moratinos a abandonar cualquier conexión con el PSOE. El empujón se lo debía dar el señor Zapatero, o bien el señor Sánchez. Diga lo que quiera el señor Moratinos, pero aléjese del PSOE. La razón última viene recogida en la prensa nacional. Si estas declaraciones no fueran suficiente para lanzar al señor Moratinos del partido o de la vinculación que posea con el PSOE, leo, por ejemplo, en El País que Julio Obama, ciudadano español de 51 años, fue torturado y secuestrado por funcionarios de Guinea. Esta acusación está avalada por la investigación de la Audiencia Nacional. Este no es un incidente aislado. Tanto Amnistía Internacional como Human Rights Watch han denunciado la extinción de la oposición por parte de este aclamado presidente que tanto satisface a Moratinos.
No se puede mantener silencio ante hechos y conductas de este calado; conviene contribuir a dotarlas de la máxima difusión. Estos derroteros y estos guías sobran en el PSOE que debe recuperar el mejor de sus momentos en los que el valor de la palabra dada y el servicio a la comunidad primaban sobre la conservación del poder. Es un gran error el reducir la corrupción en un partido al intercambio de favores y dineros. El mayor de los fraudes reside en dotar de legitimidad a quien carece de ella. El señor Moratinos, con su juicio, ha contribuido a ello.

Guillermo Quintás Alonso (Gradefes, 1944), doctor en filosofía, obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado por la Universitat de València con una tesis dirigida por el Dr. Fernando Montero Moliner. Ha impartido clases de filosofía en enseñanza media y de filosofía moderna en la Universitat de València. En su faceta editorial, ha formado parte del equipo de lectura de prestigiosas editoriales y ha sido director de colecciones como «Leyendo… », «Filosofía. Las propuestas en sus textos» o «Educació. Materials». Autor de numerosos artículos y conferencias integradas en seminarios de distinto signo, siempre ha asociado sus reflexiones a la edición de textos clásicos.
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