Pablo Batalla Cueto reseña el último libro del filósofo navarro, una vindicación culta, compleja y elegante de la tradición política conservadora de la que la izquierda puede obtener, dice, no pocas enseñanzas útiles en lo que respecta a relacionarse con su propia tradición.
En el contexto de la reclamación del partido de Santiago Abascal de que la plaza Pedro Zerolo de Madrid recupere el nombre del histórico carlista, Xabier de Bradomín señala su sorpresa por el interés en Vázquez de Mella de la formación, toda vez que aquel se distinguió en su tiempo por la defensa de las reivindicaciones autonomistas del primer catalanismo.