Sobre luchas de toros y etimologías moriscas
Escribe Cristobo de Milio que «la herencia celta y, más en general, prehistórica, todos esos rituales y leyendas y técnicas, son nuestros. No fueron promovidos por los reyes ni fueron planificados desde un despacho para servir a los intereses del Estado. Esas historias y esas creencias no las escribió ningún gordo intelectual cortesano. No fueron divulgadas por la Iglesia. Nadie las aprendió bajo los reglazos de un maestro o los gritos de un sargento de instrucción. La herencia celta representa, bueno o malo, lo que nadie pudo quitarnos y lo que nos llegó sin imposición: representa la libertad».