Creación

Nana de la niña de añil

Un nuevo cuentín triste de Juana Mari San Millán.

Cuentinos tristes

Nana de la niña de añil

/por Juana Mari San Millán/

La escritora amiga cansó de tanto cuento. Me propuso cambiar de registro. Juana Mari (no confundir con una servidora, que hay muchas burras del mismo pelo) optó, a modo de ejemplo, por componer y regalarme una nana que mixturaba ecos quebradizos de algunos poemas de Miguel Hernández y Gloria Fuertes. El viraje literario no suponía iniciar una derrota opuesta, encarar un rumbo contrario.

Al fin y al cabo, todas las nanas bogan por rutas de tristeza —se justificaba la autora tocaya al entregarme su composición, a la vez que me autorizaba a publicarla como si fuera mía, de la otra Juana Mari, ésta de los cuentinos tristes.

Pasado el tiempo —la nana se musicalizó y obtuvo máxima difusión—, se supo que la niña cantora era su hija.

Y el añil… ¡ay!, el añil… dícese del color que ocupa el sexto lugar en el espectro luminoso… ¡ay!, el añil… aquellas pastillas de azulete evocaban huellas de la infancia que a nadie había desvelado aún la colega homónima: olores añejos, lavaderos, sabañones, ropa tendida, arrullos…

Confieso sin rebozo,
mi niña de añil,
miedo al dragón y al sapo,
y al príncipe vil;
a que te aturda
el rodar de una noria
rota o absurda.

Cuando tu voz de cristal
rezume llanto,
sea de puro fulgor,
brillo de asfalto
que siembre tu piel
de canela fina y luz,
placeres y miel.

Calandria de mi albero,
canta y no pares.
Es tu canto entre el lodo
brisa de mares.
Canta bien alto
que las nubes del cielo
caigan abajo.

Vuelen, niña, tus sones
portando besos
a gentes de guerra y paz,
malos y buenos.
Sientan, mortales,
que el fuego que te abrasa
cura los males.

Tus canciones, mi niña,
me visten alas;
tristezas, amarguras,
congojas matan,
iniquidades borran.
Un grito de libertad
surge en tu boca.

Alondra de mi acequia,
canta bien fuerte,
espanta sueños raros,
templa mis sienes.
Canta, mi niña,
que asaltamos la luna
que sabe a piña.

Canta, mi niña,
que asaltamos la luna
que sabe a piña.

Canta, mi niña,
y te escribo una nana
de caipiriña.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

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