Entrevistas

Bifo Berardi, el Gueto de Varsovia y la franja de Gaza

Una breve entrevista de Luca Rocca al intelectual italiano sobre los últimos acontecimientos en Israel, traducida al castellano por Lola Matamala.

/ una entrevista de Luca Rocca, traducida por Lola Matamala /

Franco Berardi (Bolonia, 1949) es activista y pensador. Es autor de El trabajo del alma: de la alienación a la autonomía (Cruce Casa Editora, Buenos Aires, 2016) o de Fenomenología del fin: sensibilidad y mutación conectiva (Caja Negra. Buenos Aires, 2017). Bifo fue el fundador de Radio Alice y colaborador de la revista Alfabeta2.Luca Rocca, de Adn kronos preguntó a Berardi algunas cuestiones en relación con su visión de lo que ha ocurrido en Gaza los últimos días.

Luca Rocca: En un post de Facebook escribiste: «¿qué diferencia hay entre Gaza y el gueto de Varsovia?». ¿No ves ninguna diferencia?

En Gaza viven casi dos millones de palestinos, más de la mitad refugiados. Desde la mitad de los años noventa, Israel impone un embargo más estricto que llega al punto de hacer problemático el suministro o abastecimiento de productos esenciales e incluso de medicamentos. Ciertamente, el gueto de Varsovia era diferente, pero por el hecho de que su confinamiento de personas era diez veces superior al de Gaza. Pedí en Facebook que alguien me explicara la diferencia entre Gaza y el Gueto de Varsovia. Recibí muchas respuestas y algunas de ellas, convincentes. Por ejemplo, Lorenzo Miglioli me hacía ver que los hebreos del Gueto de Varsovia nunca habían hablado sobre la destrucción del Estado alemán ni del polaco, mientras que los islamistas de Hamas declararon (patéticamente) querer destruir el Estado de Israel. Por otro lado, Fabio Masetti me dijo que desde el Gueto no habían lanzado misiles, pero aquí se equivoca. El 19 de abril de 1943 inició de hecho una revuelta armada de los habitantes del Gueto que eliminó a algunas decenas de nazis y que después, y como era de esperar, terminó con el asesinato de los dirigentes del ZOB (Organización Judía de Combate). Mark Edelman fue el único dirigente del ZOB que sobrevivió a ese hecho y a su represión y, cuando le preguntaron cuál era el objetivo de la revuelta, respondió que habían decidido rebelarse para poder decidir el momento y el lugar de su muerte.

Pero, ¿no le parece excesivo comparar a Israel con los nazis?

No lo he hecho. En todo caso, he comparado el gueto de Varsovia con Gaza. Pero sí que en los últimos años de la historia de Israel y después del asesinato de Yitzhak Rabin por parte del colono hebreo Yigal Amir, el cinismo provocador y nacionalista ha cogido ventaja y es una continua provocación con la finalidad de la limpieza étnica. La naturaleza racista del Estado de Israel está establecida, formalmente, a través de la deliberación de la Knesset en el 2018 en donde se declaró que Israel es el Estado de los hebreos. Avraham Burg, que en el pasado fue dirigente del partido laborista y presidente de la Knesset, ha declarado recientemente: «No dejaré de sentirme hebreo, pero no quiero dejar de formar parte de la colectividad hebrea en Israel, no quiero sentirme como un privilegiado respecto a los no hebreos, quiero ser un ciudadano israelí y ya». Burg es consciente del hecho de que la identificación de la ciudadanía con la pertenencia étnica o religiosa es el pilar de una concepción racista del Estado. Enrico Letta ha debido de aprenderlo. En cambio, no espero que Salvini pueda entender algo tan complejo.

¿La culpa de todo lo que está sucediendo en estos días en Jerusalén, Tel Aviv y Gaza, es de Israel?

Nunca he sido capaz de escribir sobre la cuestión israelí-palestina. No por ignorancia, porque he seguido la historia desde hace cincuenta años con extrema atención. Tal vez por miedo a tener que defenderme de la más infame de las acusaciones: la acusación de antisemita. Es una acusación que no sabría tolerar por la simple razón que me considero hebreo desde el momento en el que no atribuyo ninguna importancia a la sangre y mucha importancia a la lectura: mi formación cultural depende al 50% de autores hebreos. Como Matteo Salvini fue al Pórtico de Ottavia junto a su aliado Enrico Letta y cogió la palabra para expresar su solidaridad al Estado de Israel, he decidido superar el miedo, y espero de pie ser acusado de antisemitismo por el líder de los racistas italianos, que verdaderamente conoce mucho mejor que yo a Gershom Sholem, Daniel Lindenberg y Else Lasker-Schüler.

¿Qué debe hacer la Comunidad Internacional para poner fin a la violencia?

La comunidad internacional no existe. ¿A quienes nos referimos en realidad? ¿A Narendra Modi, a Jair Bolsonaro? ¿A Rodrigo Duterte, a Jarosław Kaczyński? ¿A Vladimir Putin, a Recep Erdogan?  ¿O nos referimos a las organizaciones de voluntarios que buscan la manera de salvar a cualquier naufragio y que son perseguidos como si fueran criminales? No hay escrúpulos contra la barbarie, esta es la verdad que estamos obligados a saber. Cuando no hay escrúpulos ,es inevitable que cualquiera decida que el suicidio es mejor que sufrir la miseria, la violencia y la humillación.

0 comments on “Bifo Berardi, el Gueto de Varsovia y la franja de Gaza

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: