/ La jaula / Javier Sánchez Menéndez /
Las palabras ejecutivas se convierten en palabras legislativas, y las comas y los puntos son añadidos por las palabras judiciales. Pero a fin de cuentas las palabras del poder otorgan el mal, el peligro, la división que causa miedo, las contradicciones internas que nos alejan del optimismo y nos acercan al temor.
La utilización partidista de las palabras acerca a su propia ideología a los demagogos, unos y otros venden que todo es bueno y hermoso. Los súbditos obedientes aplauden, se escupen en las manos y se las frotan agradeciendo algo sin obtener explicación alguna. Esto lo hacen los unos y lo hacen los otros.
Los ancianos, que en su edad tienen el recuerdo tierno, miran al cielo. Maldicen a los demagogos mientras los pájaros permanecen en sus jaulas palmoteando.
El alma precisa de demagogos, y los demagogos lo saben.
Hay anhelo de luz. Hay necesidad de luz. Sobran los demagogos como sobran los políticos, esos seres torpes que alimentan los calderos con leña de palabras falsas, manipuladas. Que buscan la división en una sociedad desmontada, cambiando la fisionomía de la verdad sin más panorama que la visión que se observa desde la jaula.
La muerte nunca es el final. La muerte es el inicio del alma en su origen.
La muerte de un político es el inicio de nuestra salvación.
Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es poeta y ensayista, sus últimos poemarios editados han sido El baile del diablo (Renacimiento, 2017) y Ese sabor antiguo de las obras (Chamán, 2022). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Autor de varios ensayos, destacamos la serie Fábulay El libro de los indolentes (Plaza y Valdés, 2016). Ha publicado además cinco libros de aforismos: Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (2017), Concepto (2019), Ética para mediocres (2020) y Mundo intermedio (2021), y la obra Para una teoría del aforismo (Trea, 2020).
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