Mirar al retrovisor
La próxima crisis, los algoritmos y Maquiavelo
/por Joan Santacana/
Los profetas lo han anunciado: «El crash de 2008 es sólo un pequeño sobresalto comparado con la próxima crisis que se nos viene encima». Lo ha dicho al parecer el viejo visionario de J.P. Morgan, Marko Kolanovic. La razón de ello es —según él— que el mercado está controlado por una serie de algoritmos que actúan de forma automática, y que por ello las acciones se desplomarán de forma brusca y violenta. Además, los bancos centrales tendrán que comprar acciones de las empresas que se consideren claves. Es decir, se prevé un derrumbe en cadena que arrastrará a toda la economía global.
¡Y la culpa de todo ello la tienen los algoritmos! Como si detrás de los algoritmos no hubiera hombres y mujeres que los diseñan, que los controlan, que los programan y los sostienen. No sabemos qué hay detrás de estas apocalípticas noticias; JP Morgan no es precisamente una oenegé que mira por el bien común. Tampoco se les puede comparar con las Hermanitas de Los Pobres. Ellos representan la esencia del Homo oeconomicus, ¡son en realidad el Homo oeconomicus! Hay que recordar aquí aquella anécdota, totalmente cierta, que nos cuenta que durante la guerra civil norteamericana John Pierpont Morgan (1837-1913) compró al gobierno viejos fusiles por 3,50 dólares cada uno, uno de sus socios los arregló y los revendió al mismo ejército que se los había proporcionado por 22 dólares.
La crisis pasada (¿pasada?) se cerró con un brutal aumento de la desigualdad en el mundo; las clases medias se empobrecieron mientras el numero de multimillonarios aumentó. La operación salió bien a los muy ricos, que acumularon capital y beneficios. Las clases trabajadoras sufrieron en sus carnes la precarización, el miedo a quedarse sin trabajo, la reducción de salarios hasta el límite del hambre y la pérdida de su ya castigado poder adquisitivo. Millones de personas se asustaron y se afligieron buscando salida a una situación que no la tenía, mientras unos cuantos miles de multimillonarios se hastiaron de tanto poder acumulado. Nunca en el pasado tan pocos habían tenido tanto. ¡Hartos y hastiados de tanto poder! Por ello se atrevieron a decir y a hacer lo que llevaban tiempo reprimiendo: lanzaron a sus perros contra los emigrantes que huían del hambre; desafiaron las doctrinas del medio ambiente; resucitaron fascismos que creíamos enterrados; propagaron el descrédito de la verdad y se instalaron de forma sistemática en la mentira, despreciando la historia y la ética. Estos impulsores del mal no luchan por necesidad como la mayoría de los humanos; luchan simplemente por ambición, para cumplir aquella ley del capital que dice que tiende siempre a acumular y crecer infinitamente.
Todo ello me ha recordado casi al pie de la letra el análisis que Maquiavelo hizo del hombre, diciendo aquellas frases que hoy, quinientos años después, siguen resonando:
Sentencia es de antiguos escritores que los hombres se afligen en el mal y se hastían en el bien, y que ambas pasiones surten los mismos efectos. Los hombres, cuando no combaten por necesidad, luchan por ambición […] La causa de todo ello esta en que la naturaleza creó a los hombres de modo que deseen cualquier cosa y no lo consigan todo, y así, siendo constantemente mayor el deseo que el poder de adquirir, resultan el descontento de lo que se tiene y la insatisfacción. Por esto varia su fortuna, porque los hombres temen perder lo ganado, codician acrecentar sus posesiones y surgen la enemistad y la guerra, de la cual nace la ruina de una nación y el encumbramiento de otra (Discursos sobre la primera década de Tito Livio, 1513).
Sí: lean a Maquiavelo. Él pareciera haber dictado los algoritmos. ¿O fue JP Morgan?
Joan Santacana Mestre (Calafell, 1948) es arqueólogo, especialista en museografía y patrimonio y una referencia fundamental en el campo de la museografía didáctica e interactiva. Fue miembro fundador del grupo Historia 13-16 de investigación sobre didáctica de la historia, y su obra científica y divulgativa comprende más de seiscientas publicaciones. Entre sus trabajos como arqueólogo destacan los llevados a cabo en el yacimiento fenicio de Aldovesta y la ciudadela ibérica y el castillo de la Santa Cruz de Calafell. En el campo de la museología, es responsable de numerosos proyectos de intervención a museos, centros de interpretación, conjuntos patrimoniales y yacimientos arqueológicos. Entre ellos destaca el proyecto museológico del Museo de Historia de Cataluña, que fue considerado un ejemplo paradigmático de museología didáctica.
Se puede decir más alto, pero no más claro. Lo malo de esto es que si se estira mucho la goma de esa evidente desigualdad que va creciendo, quizás rompa con irreparables daños.