/ por Esther Abellán /
«Los autores de un país consultaban diariamente su última publicación y, antes de visitarla, rezaban para que no hubiera escrito una reseña de sus libros. Recibir reseñas, depende de quién sea el redactor, también implica desprestigio».
Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es autor de los poemarios Motivos (1983), El violín mojado (1991 y 2013), Instrucción y detalles (1991), Última cordura (1993), La muerte oculta (1996 y 2014), Una aproximación al desconcierto (2011) y El baile del diablo (2017). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Como ensayista destaca su proyecto Fábula, un conjunto de diez libros sobre la vida en la poesía de los que ya han sido publicados La vida alrededor (2010), Teoría de las inclinaciones (2012), Libre de la tormenta (2013), Mediodía en Kensington Park (2015), Confuso laberinto (2016) y De cuna y sepultura (2018). Además, es autor de El libro de los indolentes (2016).
Sobre aforismo es autor de la obra Para una teoría del aforismo (2020) y ha publicado los libros Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (2017), Concepto (2019) y Ética para mediocres (2020).
Resulta muy complejo establecer fronteras en la obra de Javier Sánchez Menéndez. Los géneros se conjugan y conviven para mantenerse en una continua reflexión que abarca todos los temas clásicos de la literatura y la filosofía. Su amor a los libros hace que, con gran humildad y respeto, se sienta siempre en proceso de aprendizaje. Al margen de ser un poeta que se considera más lector que escritor, ya desde sus inicios las preguntas sobre el porqué del amor, de la vida, de la muerte y, en resumen, de la existencia, fundamentan su escritura. Así, muy lejos de las etiquetas y cualquier tipo de agrupación generacional, su voz se mantiene libre de clasificaciones y está marcada por una visión muy propia.
Ética para mediocres es su último libro de aforismos; una muestra que nos aproxima a la esencia, al concepto, a la intelectualización de todo aquello que nos resulta trascendente y que se aleja de la obviedad, aunque no de lo cotidiano. Página a página, la lectura se hace silencio para dar espacio a lo conciso y dejarnos traspasar un territorio fronterizo entre la idea y el lenguaje.
«La mejor forma de estar en el mundo es pasar por él sin hacer ruido, pero escuchando».
A pesar de no plantearse escribir este género literario, si nos paseamos por los distintos libros de Javier Sánchez nos daremos cuenta de que en todos aparecen aforismos. En sus poemarios y en el proyecto ensayístico Fábula, nos encontramos con un gran número de ellos integrados en diversos textos. Así ocurre, por ejemplo, en este fragmento de Constancia, incluido en De cuna y sepultura:
«He cedido un espacio, una órbita sin diversión, he vendido mi mundo sin las fantasías. No me apetece nada, vuelvo a no hablar con nadie, ni a responder correos. He apagado el teléfono de los miércoles, el de abril lo he dejado en el cajón de marzo. Pido que vuelvas y tengo frío. Es la contradicción.
»En poesía, como en el riesgo, la verdad siempre es constancia».
Fruto de la revisión de los libros de Fábula se publicaron Teoría de lo imperfecto y Artilugio. Su tercer título aforístico, Concepto, ya fue concebido como tal, al igual que el que ahora nos ocupa.
«El aforismo nace sin pretensiones».
Desde el punto de vista del autor, sin filosofía y sin poesía el aforismo no existe. Un aforismo es muy complicado. Tal y como él mismo redacta en su estudio Para una teoría del aforismo, el 99% de los aforismos que se escriben en castellano no lo son, sino que son ocurrencias. En sus palabras, «el aforismo es un género literario de madurez y el género de la brevedad por excelencia»: no debemos confundirnos.
«La poesía que se aleja de la razón filosófica se aleja de la literatura».
«La auténtica poesía no es literatura, es algo que va más allá, hacia el origen, hacia la esencia».
Siempre el fondo es el camino, la fuerza que mueve su pulsión creadora. La reflexividad y la filosofía alimentan cada uno de sus textos. Toda su producción tiende a la expresión mínima que se llena de contenidos y significados. El pensamiento transita sus palabras para dejarnos en el éxtasis del silencio y la abstracción, para ser fundamental y concluyente.
«¿TRASCENDENTE? ¿Buscas lo trascendente? La imagen y la semejanza de tu mirada deben acercarse a la verdad, solo a la verdad, y nada más que a la verdad. Todo lo demás es falacia, hipocresía».
Sin quedarse lejos del mundo y la vida, el lenguaje es símbolo de lo que va más allá de lo palpable e invita a un viaje por las ideas. Suscita y despierta el pensamiento crítico y selectivo, nos deja libres y nos agarra en esa continuidad que parece fraccionada. De esta manera, nos ofrece chasquidos que son capaces de removernos por dentro.
«TODO cuanto eliges acaba definiéndote. Pero aquello que no eliges también te define, y lo hace como el autobús que espera cada mañana a los niños para llevarlos al colegio».
El pensamiento, la reflexión, la meditación no están reñidos con la cercanía y la comunicación directa con el lector: sencilla en apariencia, pero con una gran profundidad. Sánchez Menéndez llega a lo simple y a lo sencillo para ser captado por cualquier persona, sea o no lector experimentado de poesía. Desde este punto de vista, la teoría de que el poeta escribe para sí queda desmitificada, desde Nicanor Parra, y también con la lectura de nuestro autor.
«El aforismo es un dibujo en un papel repleto de anhelos de sabiduría y de humildad».
«El aforismo nace cuando aparece la duda, la introspección».
Sánchez Menéndez intenta y procura que su poesía sea desnuda. Todo es autobiográfico, auténticamente real. Intenta y procura manifestar en qué consiste la propia vida, no justificar. Desde ese punto de vista, toda su obra se construye con una unidad muy consistente. Como suele decir, siempre escribe el mismo poema. Es una necesidad de encontrar el mensaje y trasladarlo al lector de diferentes maneras. Incluso algunos de los poemas aparecen en distintas obras modificados, siempre manteniendo el mensaje.
Provocado por una convicción firme de que el creador se debe fundamentar en el silencio y la soledad, nuestro autor se apartó durante una temporada de toda actividad literaria, recitales, publicaciones… Tanto es así que estuvo quince años al margen de la publicación, entre La muerte oculta (1996) y Una aproximación al desconcierto (2011).
«La política roba tiempo, las redes roban tiempo, la actualidad roba tiempo. El pasado, el presente, el futuro son un todo, si sabemos interpretar el presente. Hay que seguir leyendo a los clásicos».
En Ética para mediocres de nuevo nos adentramos en una búsqueda existencial, donde la propia poesía, el acto de creación, se funden con la actualidad, con una sociedad llena de mediocridad y sumisión. De una manera concisa, Javier Sánchez nos adentra en sus propias revelaciones y nos ata a la realidad. Críticos y punzantes, cada aforismo de este libro retrata nuestro día a día con el ruido de fondo de la invasión mediática, de la adicción a las redes sociales y, en conjunto, del estar por encima del ser.
«Perdió a su familia, a sus hijos, a sus amigos. Todo lo hizo por su literatura. Confiaba tanto en los me gusta de Facebook que acabó enamorado de su literatura. Pero su literatura no era literatura».
En un juego de espejos, la apariencia y la realidad se enfrentan y dan forma a un laberinto de emociones e ideas sobre el reflejo, la verdad y la mentira, lo sensitivo y lo imperceptible. El teatro del mundo nos abre el telón para, a través de la palabra, entrar en ese juego de contrarios, también presente a lo largo de toda su obra.
«CONTEMPLAR lo sobrenatural otorga poder al arte».
«NUNCA te reconoces. Atraviesas las barreras del alma en tus limitaciones. ¿Eres hombre o idea?».
Ya en el último capítulo del libro, Sánchez Menéndez juega en busca del lector crítico y lo reta, ofreciendo varias opciones para indicar el título, llenas de genialidad, que son muy definitorias del poso de esta Ética para mediocres:
«Existen varias opciones para indicar el título de este capítulo. Cada lector puede tomar como suya la que más le convenza: / LA TEMPERATURA DEL COLOR / LA GENERACIÓN DEL HUMO / EL EXPERIMENTO LITERARIO / EL HOMBRE QUE QUERÍA SER PÁJARO / VANIDADES TERCERAS».
Javier Sánchez Menéndez es un poeta cuya lectura es siempre un desafío; un momento de autocrítica, de aprendizaje. La ética, la metafísica, el asombro, la lógica y el arte que traspasa los símbolos del lenguaje son una invitación, una provocación y, por qué no decirlo, un desconcierto. Por usar sus propias palabras, «tu canon es tu criterio, y tu criterio nace de las lecturas mediante tu sentido común y tu capacidad».Leamos a los clásicos. Sigamos descubriendo.
Selección de aforismos y textos
«CREER es algo tan imposible como intentar coger un pájaro al vuelo. Solo se atrapa lo efímero».
LO EFÍMERO
(del quinto libro de Fábula, CONFUSO LABERINTO)
«La diferencia entre tenerlo todo y la indagación es el fundamento».
EL FUNDAMENTO
(del sexto libro de Fábula, DE CUNA Y SEPULTURA)
«Todo queda en nada porque nada es suficiente».
de LA ALEGRÍA DE LO IMPERFECTO
«La sabiduría siempre nos remite a la infancia. Será porque en la infancia nunca dejamos de aprender».
de CONCEPTO
«AFORISMO es misterio y es silencio, pero también es tributo».
de ÉTICA PARA MEDIOCRES
[EN PORTADA: Javier Sánchez Menéndez]

Javier Sánchez Menéndez
La Isla de Siltolá, 2020
104 páginas
9,50€

Esther Abellán (Villena, 1971) es poeta y actriz. Estudió en la Universidad de Alicante. Es fundadora de El Mundo de Calíope, asociación cultural dedicada al teatro, recitales de poesía, performances y talleres para público infantil y adulto. Ha sido codirectora, guionista y presentadora del programa radiofónico de poesía Conectados en la noche de Radio Aspe, y redactora de la revista cultural LOBLANC. Desde 2019 forma parte del equipo de Matuska Project, compañía profesional dedicada a la creación, producción y realización de espectáculos que fusionan música, poesía, artes escénicas y visuales. Sus poemarios publicados hasta la fecha son: Recordando lo que fui (2013), En la alcoba de Venus (2014), Llantos entre caricias (2015), con fotografías de Francis Morell, y Amor encadenado (2016), junto al poeta Octavio Jover. También en 2016 recibió el tercer Premio de Poesía Ciudad de Aspe por su poemario Alianzas con el aire. Su última publicación en este género es la plaquette 4º sin ascensor (2018). En relato ha publicado su conjunto de cuentos Cinco fronteras (2018) y ha participado en diversas antologías. En 2019 gana el Primer Premio de Relatos Urbanos de la ciudad de Alicante con Aquel día. Además, es autora de textos teatrales, así como adaptaciones y dramaturgias propias y de otros autores. Ha colaborado con artistas plásticos en organización de exposiciones y proyectos de libro arte como Pandemonium o Maremagnum con Roberto Cabezas y Aware Kana con F. Morell.
0 comments on “Ética para mediocres”