Últimas flores para Laura

La balada del libro robado (prosa automática)

«Era mediodía en Abilene y el asalto al Banco iba a comenzar». Un texto de Agustín Vidaller.

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Era mediodía en Abilene y el asalto al Banco iba a comenzar. El polvo entre los cascos de los caballos, el whisky para envalentonarse. Toda la calle para siete hombres poco habladores. Un piano sonaba y todos descabalgaron con sus nuevos Colt frente a la oficina de Wells Fargo. El sherif estaba borracho, así que no hubo tiroteo. Créanme: los asaltantes dejaron el dinero. Su botín era un libro sin tapas.

A miles de millas, James (Don Santiago) Kirker aguardaba noticias en su rancho de California. Había pagado bien a la banda de los Dillon. Don Santiago había nacido en Irlanda antes de hacerse desertor y corsario. Más tarde, en México, se había labrado un nombre y una fortuna al frente de una partida que cortaba cabelleras apaches (100 pesos por la de un varón, 50 por la de una mujer, 25 por la de un niño). Ahora se limitaba a coleccionar libros raros en su mansión junto al Pacífico. Alguien muy entendido le había asegurado que algunos libros predicen el futuro.

Últimamente el hacendado dormía mal y estaba desmejorado. Esa noche hubo algo que lo despertó en medio de la oscuridad. Descolgó su escopeta de dos tiros y recorrió la casa en silencio. Por fin salió al porche, donde se apilaban los cadáveres de los criados chicanos. Apenas pudo ver las caras pintadas a la luz de la Luna. Los indios empezaron a aullar. Lo de menos fue cuando le arrancaron la cabellera. Durante horas, lo tuvieron atado a la rueda de un carro, mientras empleaban los tizones de una hoguera. Mr. Kirker suplicando.

Al amanecer despertó aliviado, como siempre. Todo había sido una pesadilla más. Su asistenta entró en la habitación con el whisky de cada mañana y le anunció que los Dillon, cabalgando de noche, acababan de llegar. Una saca de 10000 dólares como segunda mitad del pago, todo por un simple libro sin tapas. Antes de marcharse canturreando sobre sus monturas, la banda aseguró haber tenido problemas para cruzar Arizona con los apaches en pie de guerra. Don Santiago se recostó en su butaca para inspeccionar su adquisición y empezó a leer, esperando poner un poco de calma en su mente. Más o menos pudo entender el castellano del volumen, cuya fecha de edición alguien había borrado deliberadamente:

Imprenta Moreno
Madrid
Año 1???
Marcial Lafuente Estefanía
La venganza de los chiricauas

Era mediodía en Abilene y…


Agustín Vidaller (Pomar de Cinca [Aragón], 1967) es escritor, autor, hasta la fecha, de tres libros publicados por Trea: Costas perfumadas (2005), Oasis: una odisea negra (2017) y el libro de relatos Exotique (2020).

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