Escuchar y no callar

Pelirroja deslavazada

Miguel de la Guardia evoca un recuerdo de sus años universitarios para una reflexión sobre cómo un mal comentario puede arruinar el día de una persona.

/ Escuchar y no callar / Miguel de la Guardia /

En portada: Jo, la belle irlandaise, de Gustave Courbet (1865-1866)

Siendo estudiante universitario, saqué una oposición de funcionario interino del entonces Ministerio de Hacienda. Lo cierto es que fue una experiencia altamente provechosa para mí, pues aprendí que no estaba capacitado para desarrollar trabajos rutinarios y que era totalmente incapaz de tolerar la cadena de mando, por lo que eso espoleó mi interés por mi carrera universitaria y afianzó la que sería mi vocación profesional de catedrático de química analítica y sí, lo digo como suena porque en la jerarquizada Universidad española de los años setenta no estaba dispuesto, en lo absoluto, a someterme a la dependencia de nadie. Resultará fácil imaginar que no era precisamente feliz en mi destino administrativo y que mis tardes de estudiante eran bastante más interesantes que mis mañanas burocráticas.

Con todo, la mejor enseñanza que recibí en aquellos años estaba por llegar y fue una compañera de trabajo, también interina, la que me marcó para siempre. Era una muchacha alegre, simpática y bonita con la que solía hablar en ocasiones. Un día en que mi humor estaba bastante deteriorado y se habían acumulado pequeñas frustraciones de mi jornada laboral, mi compañera, de cuyo nombre no me acuerdo, vino a charlar conmigo y a gastarme bromas. Como ya dije, mi humor era lamentable y no se me ocurrió otra cosa que espetarle

—No estoy con humor para soportar pelirrojas deslavazadas.

Si lo piensan, que te llamen insulso o insustancial no es de lo peor que uno puede oírse en este mundo, pero la respuesta de mi compañera es algo que nunca he podido olvidar y que me marcó para siempre. A mi desinterés ella respondió diciéndome

—No puedes imaginar lo fácil que es echar a perder el día de una persona con una mala contestación.

Me di cuenta de mi error y de mi falta de consideración y le pedí disculpas, pero nunca he olvidado la lección que me dio y trato cada día de dejar de lado mis propios problemas cuando hablo con mis estudiantes y mis compañeros, y procuro no echarles a perder ni un solo momento con una frase displicente; lo que no quita para que, si hace falta, sepa interpelar a quien trata de ofenderme o hacerme daño como se merece, pues el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española está plagado de excelentes calificativos.

En resumen, sería bueno no deteriorar nuestra relación social con los problemas que aquejen a nuestra vida familiar o profesional y no hacer pagar a los demás por nuestra incapacidad para gestionar nuestros asuntos; en particular en lo que se refiere a las relaciones familiares y de amistad, pues es fácil que quien pague nuestro mal humor sea quien más nos quiere y está siempre a nuestro lado y eso es lo peor que podría pasarnos. Además, como no hay mala acción que quede sin castigo, debo reconocer que nunca ninguna pelirroja ha aceptado mis avances, y es que creo que mi desafortunada frase acabó enemistándome para siempre con ese colectivo. Para acabar, en serio, si los duendes de la red hicieran caer este texto en manos de mi antigua compañera, sirvan mis líneas para pedirle una vez más perdón y para agradecerle la lección que me enseñó.


Miguel de la Guardia es catedrático de química analítica en la Universitat de València desde 1991. Ha publicado más de 700 trabajos en revistas y tiene un índice H de 77 según Google Scholar y libros sobre green analytical chemistry, calidad del aire, análisis de alimentos y smart materials. Ha dirigido 35 tesis doctorales y es editor jefe de Microchemical Journal, miembro del consejo editorial de varias revistas y fue condecorado como Chevallier dans l’Ordre des Palmes Académiques por el Consejo de Ministros de Francia y es Premio de la RSC (España). Entre 2008 y 2018 publicó más de 300 columnas de opinión en el diario Levante EMV.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

0 comments on “Pelirroja deslavazada

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: