/ Mirar al retrovisor / Joan Santacana Mestre /
El lobby nuclear ataca de nuevo. Pretenden hacernos creer que la solución al problema energético en Europa son ellos. Su estrategia es simple y a la vez grosera: aprovechar los sobrecostes de la energía que sufre el continente para ofrecerse como solución, simplemente cambiando la etiqueta: «la energía nuclear es una energía limpia». Pretenden hacernos creer que la energía nuclear es barata, sostenible, limpia y beneficiosa ante el cambio climático. Pero la realidad es tozuda: para que la energía nuclear solucionara nuestros problemas energéticos se deberían construir casi diez mil nuevos reactores; ahora en Francia hay 56 reactores, pero algunos ya están muy anticuados y se acercan a los cuarenta años, que es el límite de su vida activa. El reactor que se construye en Flamanville tiene un coste actual de 12.700 millones de euros (se había presupuestado en 3.500). Se empezó a construir en 2007 para empezar a funcionar en 2012. Se dijo que se retrasaba su puesta en funcionamiento hacia 2022, pero en 2022 todavía se le espera y se han anunciado nuevos retrasos hasta 2023. La propia ministra de Energía de Francia, Barbara Pompili, calificó el proyecto —por el sobrecosto y los retrasos— como «un auténtico desastre».
Si un reactor esta costando lo que calculó el ministerio de Energía francés, es inimaginable el coste que supondría para Europa su nuclearización. Y, además, deberíamos sumar la problemática y el coste de la eliminación de residuos. En suma, el coste de implementar la energía nuclear sería tan astronómico que no lo podríamos pagar. Nuestra deuda con el lobby nuclear sería terrible, mucho más grave que el rescate bancario que hemos realizado muy a nuestro pesar. La afirmación de que es una energía barata es absolutamente falsa. Se trata de una simple mentira.
Lo limpia que es esta energía también podemos preguntárselo a los que vivían en Chernóbil en 1986 o Fukushima en 2011 o los menos conocidos de Tōkai en 1999, solo por citar los mas relevantes. No, todos sabemos que esto no es una energía limpia por el solo hecho que no saque humo de la chimenea. La mejor prueba de que no son seguras las centrales nucleares es que casi no hay dos de iguales en el mundo, lo cual implica confesar que no han hallado el modelo ideal, eficaz, barato, limpio y seguro. Hay alrededor de quinientos millones de personas en todo el mundo que viven dentro del radio de ochenta kilómetros en torno a una planta nuclear. Ellos soportan el riesgo nuclear en primera línea, pero ¿imaginan lo que significaría ampliar las centrales nuclearespara millones de personas? Por lo tanto, también esta argumentación de la seguridad es una mentira.
Entonces, ¿a que viene este intento del lobby nuclear a engañarnos a todos? Su propaganda dice literalmente que «un futuro limpio, sostenible y abundante con bajas de emisiones de carbono es lo que queremos para todos y nuestra misión es acelerar la capacidad del mundo para alcanzar el cero neto para 2050, impulsando la colaboración entre la tecnología nuclear y renovable». En realidad, pretenden nuclearizar el mundo, produciendo más del sesenta por ciento de la energía. Pero su cinismo alcanza cotas inimaginables a mi juicio: utilizan conceptos como energía renovable o futuro limpio y sostenible con el fin de manipular la opinión pública. Y son un grupo de presión poderoso que pretende obtener el respaldo de los incautos ciudadanos desinformados para fortalecer su posición en la toma de decisiones a nivel internacional. Han descubierto que, manejando eficazmente las redes sociales, se puede perpetrar un engaño generalizado dela opinión pública. Saben que, si juegan con las palabras, si controlan los flujos de información, pueden conseguir que millones de personas, asfixiadas por los altos costes de la energía, les apoyen.
Cuando se analizan los argumentos de estos grupos, uno se da cuenta que, en caso de triunfar, los únicos beneficiarios serian ellos mismos. A mí este falso debate me recuerda los argumentos que existían en el siglo XVI para afirmar que la esclavitud era algo bueno y necesario, diciendo que era irracional intentar suprimirla. Se buscaba esclavizar a los indios americanos sin resistencia entre las cándidas poblaciones de Europa. Su argumento era del mismo cinismo que el de las nucleares: dado que los seres humanos proceden todos de una primera pareja, los seres que hay en América no pueden ser hijos de Adán y Eva; luego no son humanos, sino que simplemente se trata de unos bichos que tienen apariencia humana. ¿Les suenan estos argumentos? No lo duden, ¡ellos son los malos!

Joan Santacana Mestre (Calafell, 1948) es arqueólogo, especialista en museografía y patrimonio y una referencia fundamental en el campo de la museografía didáctica e interactiva. Fue miembro fundador del grupo Historia 13-16 de investigación sobre didáctica de la historia, y su obra científica y divulgativa comprende más de seiscientas publicaciones. Entre sus trabajos como arqueólogo destacan los llevados a cabo en el yacimiento fenicio de Aldovesta y la ciudadela ibérica y el castillo de la Santa Cruz de Calafell. En el campo de la museología, es responsable de numerosos proyectos de intervención a museos, centros de interpretación, conjuntos patrimoniales y yacimientos arqueológicos. Entre ellos destaca el proyecto museológico del Museo de Historia de Cataluña, que fue considerado un ejemplo paradigmático de museología didáctica.
El día 5 de Febrero de 1897 la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de Norteamérica aprobó una ley por la que declaraba que el número pi valía 3,2 en lugar de la infinita serie de decimales que lo único que hacen es estorbar en los cálculos
El descubridor de tan asombroso hallazgo lo hizo patentar y extenderlo a otros países que deberían pagar por usar ese resultado que iba a hacer adelantar a la ciencia milenios en cuestión de días
Poco después se restableció la verdad pero quedó constancia de hasta qué punto un parlamento iluminado por un sabio interesado en hacer las cosas más sencillas puede llevarlos a admitir esas exageraciones
Pues lo que Bruselas desea que creamos seguro que tampoco se lo creen ellos, pero si los políticos lo aprueban pues ya está, así de sencillo se establece la verdad
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