Poéticas

Los cinceles de Fernando Menéndez

El poeta y aforista asturiano entrega dos cuadernos de epigramas editados en castellano e italiano con los que persiste en su escritura de la razón y la palabra justa y concisa.

/ una reseña de César Iglesias /

Pensar en largo, escribir en breve. A esto se ha dedicado el poeta, aforista y epigrafista Fernando Menéndez (Mieres del Camín [Asturies], 1953) desde que en la década de los setenta del siglo pasado diese a conocer su escritura lúcida y pensante. Filósofo de formación y docente de profesión, el autor asturiano siempre se ha empeñado en que la razón encontrase acomodo en la palabra justa y concisa para preservar la esencia y la exigencia de la literatura aforística y epigramática en unos tiempos en que las frases hechas y las ocurrencias impresas o digitales pugnan y puñan por intoxicar el legado de una tradición que ha logrado llevar al límite el genio de la poesía.

Los textos de Fernando Menéndez han buscado siempre el secreto. Fácil es verlo por las calles de Gijón-Xixón con su mochila a la espalda repleta de papeles exóticos y lápices imposibles con los que elabora sus plaquettes cosidas a mano y de tipografía de vieja imprenta. Sus textos están desperdigados en pequeños libros de escasa tirada, la mayoría de ellos numerados, ejecutados con la disciplina del amanuense y alérgicos a las estanterías dominadas por las novedades que mañana serán olvido. Más de 350 de esos manuscritos laboriosa y hermosamente ejecutados por el mismo autor están expuestos en bibliotecas y archivos. Difícil tarea para quien intente reunir sus obras completas.

Uno de los últimos trabajos del poeta y aforista asturiano es el titulado Epigramas, con una edición en castellano y otra en italiano. La primera tiene fecha de la primavera de 2020 y su ejecución material también tiene la firma de Menéndez. La bilingüe, Epigrammi, vio la luz un año después en un cuidado trabajo de Anna Antolisei editado por la Associazione Italiana per l’Aforisma. No es una anécdota que los textos de Fernando Menéndez vean la luz en otras lenguas. Su nombre es una referencia del aforismo español en varios países (Francia, Bélgica, Alemania, Suiza, Italia…) en los que la escritura breve fruto del pensar largo es mucho más que el puñado de gracietas y juegos de palabras que se les ocurren a tanto juntaletras patrios.

En estos EpigramasEpigrammi está el mejor Fernando Menéndez: ingenioso, mordaz y agudo (ingeniosus, acutus et acer), los tres calificativos que Plinio el Joven adjudicó a los más de 1500 epigramas conservados de Valerio Marcial y que veinte siglos después siguen siendo exigencias de hierro para este género literario. Menéndez es respetuoso con la tradición grecolatina y con dos de los pilares sobre los que se sostiene: la brevedad y el dardo del ingenio y de la sátira. Ambos siempre están presentes en sus poemas. Dos ejemplos: «Quiso ser poeta de fama y sólo nos dejó un verso mudo» o «No te vayas, amor,/ si te alejas/ deshaces mi vanidad».

Pero no se ancla a la tradición que conoce bien, como frecuentador de los líricos de Grecia y Roma. También manipula el gen esencial del epigrama y del epígrafe: el del cincel en la piedra. Si en su origen fueron versos inscritos en tumbas, teselas, monumentos y estatuas para realizar una ofrenda o conmemorar a una persona muerta, con el tiempo acabó consolidándose como género literario que trasciende esa función funeraria y memorialista para adentrarse en otros asuntos y tonos. Sin embargo, Fernando Menéndez sabe fracturar las costuras de la taxonomía y actualiza temáticamente, a la vez que lo aproxima a su geografía personal. Ahí están los hermosos Epígrafes en la Campa Torres, en los que es capaz de crear nuevos habitantes del castro y de la villa asturromana del que surgió Xixón: la esclava Marcela, el celta rebelde Criso o el poeta Diodoro, todos personajes de esa Noega-Gigia. También destacan sus Epigrafías modernas, en las que vuelve al legado marceliano para saetear a escritores de nuestros días, los que legan «su solfa a los pedantes» o a los que mudan «las palabras en nada».

Si cáustica y hermosa es la escritura en castellano de Fernando Menéndez, los Epigrammi de la edición de Turín adquieren otra vida, con la sonoridad de las versiones en italiano de Anna Antoliesi. A ello se suma en esos 30 únicos ejemplares el juego con las impresiones en las dos lenguas que conviertan a esta edición en pieza de coleccionista.

¿Es posible perseverar hoy en una escritura de la que hay referencias de los griegos del siglo III a. C.? El poeta y aforista asturiano lo intenta y lo logra sin renunciar a la tradición, pero tampoco a la actualización de un género nacido con palabras en piedra, ejecutadas contra el olvido y con un anhelo de eternidad. Sus EpigramasEpigrammi no están cincelados sobre una roca, sino en uno más de los bellos cuadernos de Fernando Menéndez, y sus versos son parte de una actitud moral que planta cara a la escritura de saldo, al exhibicionismo literario y al mercantilismo editorial.


Epigramas y epígrafes de Fernando Menéndez

(Versiones en italiano de Anna Antolisei)

I.

Amigo mío
no pierdas tiempo
en un taller de la poesía.
Para ser Catulo
te falta una Lesbia
con su pubis de oliva
y sus pechos de miel.

Amico mio
no perdere tempo
in un corso di poesia.
Per essere un Catullo
ti manaca una Lesbo
con il suo pube di oliva
e i suoi seni di miele.

II.

No te vayas, amor,
si te alejas
deshaces mi vanidad.

Non andartene, amore,
se ti allontani
annulli la mia vanità.

III.

El poeta está ausente y triste.
¿Qué tendrá mi poeta?
Evidente, egolomismo.

Il poeta è assente e triste.
Cosa avrà il mio poeta?
Evidente, ‘egolomismo’.

En una fosa de tierra / En una fossa di terra

Cuando me leas,
del musgo de la roca
quedarán mis palabras
libres de la memoria.
Cuando me leas,
ya no estarás conmigo
sino con la tristeza
de ser una fugaz ausencia.

Quando mi leggerai,
dal muschio della roccia
rimarrano le mie parole
libere della memoria.
Quando mi leggerai,
già non sarai con me,
bensì con la tua tristezza
dell’essere una fugace assenza.

Un pilón romano / Un pilone romano

Yo, Marcela, de Gigia,
esclava de un tribuno,
buscaré la belleza
de un faro
desvelando mi soledad
de sueño amazona.

Io, Marcella, di Gigia,
schiava di un tribuno,
cercherò la bellezza
di un faro,
svelando la mia solitudine
di sogno amazzone.

En una lucerna romana / In una lucerna romana

Mi nombre es Criso de Noega,
de origen celta,
esclavo
no libre,
un transeúnte 
al sueño eterno
de los espartaquistas.

Il mio nome è Criso di Noega,
di origine celtica,
schiavo
non libero,
un transumante
al sonno eterno
degli spartachisti.


César Iglesias es licenciado en filología española por la Universidad de Oviedo. Ha trabajado desde 1982 como periodista en diferentes medios de comunicación (Cadena SER, La Nueva España La Voz de Asturias) y en gabinetes de comunicación de instituciones públicas. Es autor de la plaquette Las casas pechadas (Trea, 2011) y de los libros Lengua del duelo (Trea, 2016), Piazza del bacio (Trea, 2016),  en colaboración con el artista plástico Federico Granell, Suena la nieve (Isla de Siltolá, 2019) y Carta de marear (Heracles y Nosotros, 2020).

1 comment on “Los cinceles de Fernando Menéndez

  1. Pingback: Poesía en la aldea. Cecediana, 22 de abril de 2022 | Escabecheru

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