Escuchar y no callar

Fumar

Una columna de Miguel de la Guardia esperanzada al respecto de convencer a sus lectores de abandonar el tabaco.

/ Escuchar y no callar / Miguel de la Guardia /

Fumar es una mala decisión y los esfuerzos que hemos hecho para desterrar de nuestra sociedad este hábito están más que justificados. El consumo de tabaco es la causa principal de la muerte de ocho millones de personas cada año y en el caso de España  se calcula que se producen 69.000 muertes anuales por causa del tabaquismo. Esto es equivalente a la muerte diaria de 190 personas, lo que supondría un número superior a la capacidad de un Airbus A320 configurado en clase económica en toda la cabina que se estrellara cada día. Además, están la fatiga en el esfuerzo, las toses por la mañana, la sequedad de las mucosas, la pérdida de olfato y de gusto. En resumen, la pérdida de calidad de vida de los fumadores.

En lo tocante a las evidencias científicas, todo parece indicar que la nicotina es la que crea adictos pero el humo es lo que mata a los fumadores. Por eso, a una buena amiga que simultaneaba el consumo de tabaco con el uso de unos cigarrillos de hojas de plantas, le convencí de que de esa forma reducía su placer pero mantenía su riesgo de enfermedades.

Si fumar es tan malo, e incluso caro, ¿por qué sigue fumando tanta gente? Y lo peor ¿por qué se inician al tabaquismo muchos de nuestros jóvenes? La razón habría que buscarla en cuestiones de prestigio social del hábito de fumar, en especial como signo de aparente madurez de los jóvenes, en el placer oral y la capacidad desestresante de tener algo en las manos. Nada que no tuviera una fácil solución y desde aquí propongo llevar un bolígrafo en la mano y emplearlo para escribir opiniones y anotar informaciones, besar como actividad oral altamente placentera, y cultivar el espíritu para alcanzar la madurez real. Lo difícil es compensar el efecto, a nivel cerebral, de la nicotina que activa la formación de dopamina. Ahora bien, coincidirán conmigo en que la práctica del deporte y del sexo son actividades más placenteras que respirar aire viciado y a nivel cerebral estimulan la generación de dopamina, serotonina y endorfinas.

En cualquier caso, la realidad de una población de ciudadanos que continúan fumando exige de las autoridades sanitarias un respeto exquisito como ciudadanos y contribuyentes que son y me sirven de poco los moralismos bienintencionados que se limitan a predicar la cesación como única salida y prefieren las amenazas, prohibiciones y la condena del tabaquismo a políticas de información veraces y generosas que pongan al servicio del fumador cuantas herramientas existen para reconducir su dependencia del tabaco a prácticas de menor riesgo para la salud y a una cesación sin sufrimiento.

El tabaco es un viejo compañero de viaje de nuestro grupo de investigación, y del desarrollo de métodos de análisis para la determinación de alcaloides en tabaco pasamos al seguimiento de la nicotina en el proceso de fumar, la evaluación de contaminantes en atmósferas cerradas, la determinación de nicotina y otros componentes en líquidos para vapear y el análisis comparado de contaminantes en el humo y vapor exhalados por fumadores y vapeadores activos y pasivos. Paso a paso hemos ido creando un conocimiento y desarrollando unas metodologías que nos han hecho aparecer en la bibliografía científica como expertos en el tema, aunque cada vez que hago una presentación al respecto, empiezo confesando que no soy fumador ni vapeador; lo que espero que sirva para matizar mis opiniones. En la actualidad, al abrigo de un proyecto de España Salud, estamos estudiando la presencia de marcadores de riesgos de enfermedad en fumadores, vapeadores y no fumadores, con la intención de evaluar el riesgo comparado del tabaco y el vapeo de disoluciones de nicotina. Como conclusión, y a la espera de obtener financiación para realizar estudios que nos permitan explicar las diferencias en el metabolismo de la nicotina y algunos marcadores de enfermedades, como el crotonaldehido, en fumadores y vapeadores (aprovecho para solicitar financiación de quien lea estas líneas), todo parece indicar que las nuevas técnicas de consumo de nicotina mediante vapeo reducen los riesgos de padecer enfermedades frente al tabaquismo.

A pesar de lo antedicho quedan muchas cuestiones por explicar y, entre otras, deberíamos saber el porcentaje de éxito en la cesación del tabaquismo de las nuevas formas de consumo de nicotina, los parches, los caramelos y chicles o los sicofármacos. Esto, en mi opinión, es a lo que se debería dedicar la administración para erradicar eficientemente el tabaquismo. Por el momento, tomemos la decisión inteligente de no fumar.


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Miguel de la Guardia es catedrático de química analítica en la Universitat de València desde 1991. Ha publicado más de 700 trabajos en revistas y tiene un índice H de 77 según Google Scholar y libros sobre green analytical chemistry, calidad del aire, análisis de alimentos y smart materials. Ha dirigido 35 tesis doctorales y es editor jefe de Microchemical Journal, miembro del consejo editorial de varias revistas y fue condecorado como Chevallier dans l’Ordre des Palmes Académiques por el Consejo de Ministros de Francia y es Premio de la RSC (España). Entre 2008 y 2018 publicó más de 300 columnas de opinión en el diario Levante EMV.

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