¿Está en peligro el carnaval como reino de lo incorrecto; como un espacio en que la transgresión de lo establecido elimina algunas líneas rojas que, después, recuperan su lugar?
Escribe Pedro Luis Menéndez sobre la figura del lector censor, del que dice que, se oculte tras la máscara que se oculte, se trata de un lector falso; alguien que de verdad no ha sido herido por la pasión de la lectura.