Carlos Alcorta reseña críticamente un libro de aforismos de Julio César Galán, firmado como Jimena Alba y donde se incurre, dice, en algunos de los riesgos aparejados a la heteronimia.
«Nos centramos en la idea de dar voz a los refugiados y el elenco se redujo a cuatro intérpretes y un espacio único. Este montaje tenía un diálogo, cuatro monólogos y un monólogo coral. El monólogo coral era una dramaturgia que realicé ensamblando versos de muchos monólogos para crear este grito a cuatro voces que está dirigido al público.»