Arte

Género LEV: una crónica de género sobre el LEV y las artistas presentes en la actual edición

Un artículo de Susana Carro sobre la edición de este año del Laboratorio de Electrónica Visual, festival internacional de creación audiovisual, celebrado en Gijón.

Género LEV: una crónica de género sobre el LEV y las artistas presentes en la actual edición

/por Susana Carro; fotografías de Elena de la Puente/

Desde el año 2007 el sonido de la luz, la danza de la luz, el color de la experimentación sonora y del arte digital son emplazados en Gijón por el Laboratorio de Electrónica Visual. El LEV es la feria de los artistas de la luz y nació, a juicio de Cristina de Silva, con vocación de ofrecer una programación ecléctica que trabajara en el ámbito de la creación electrónica menos acomodaticia, focalizándose en la electrónica visual y la acción en directo. Doce años después no sólo nadie podrá negar que los objetivos hayan sido alcanzados sino que además el LEV ha posicionado a Gijón y a Asturias dentro del mapa de la creación electrónica audiovisual. Y por si hubiera dudas de género, baste la siguiente enumeración: Danielle de Picciotto, Amanda López, Gisèle Vienne, Raquel Meyers, Ute Härting de U-matic, Claudia Efe de Micro Audio Waves, Antye Greie (AGF), Apostolia Papadamaki, Yum de A.lter S.essio, Suet-Wan Tsang y Guillaume Marie de Tazcorp, Kiki Hitomi de King Midas Sound, Alba G. Corral, María Fernández de Thr3hold, Anja Plaschg (Soap & Skin), Lucy Benson de MFO, Ana Quiroga y Uge Pañeda de LCC, Sinead McMillan de Face+Heel, Cristina Busto, María Lastra de Huias, Ana Hierro de Trinity, Elizabeth Bernholz (Gazelle Twin), Myriam Bleau, Dasha Rush, Kara-Lis Coverdale, Julia Kent, Electric Indigo, Lucrecia Dalt, Jessica Moss, Okkre, MimiCof, Mathilde Lavenne, Caterina Barbieri, Hiro Kone, Klara Lewis, Yamila… Desde el LEV se ha comprendido siempre que si el arte cierra las puertas a las mujeres el repertorio pierde, la ejecución pierde, el arte resta y, por tanto, pierde. Llamemos, ¿por qué no?, género LEV a un modo de gestionar en el que no sólo se emplaza a la calidad sin dudas de género, sino que también se investiga y busca lo que el prejuicio invisibiliza: las artistas de la luz.

Kara Lys (2017).

Una de las artistas que este año formarán parte de la plantilla del LEV es Elizabeth Bernholz, también conocida como Gazelle Twin. No es novel en las naves de Laboral pues su directo nos dejó sin aliento ya en el año 2015 con el que entonces era su segundo álbum Unflesh (Anti-Ghost Moon Ray, 2014). La voz filtrada y distorsionada de Elizabeth Bernholz parecía grabada en un aquelarre y tan pronto nos susurraba al oído buscando nuestros miedos como gritaba poseída por un martilleante sonido industrial. Si Bebe Barron fue la primera en evocar el aura de witch house en la música electrónica, Gazelle Twin era en el 2015 la heredera de ese fascinante sonido del terror.

Hemos de puntualizar que, a lo largo de la conversación que mantuvimos entonces con Bernholz, la artista afirmó que su pretensión no era tanto evocar el terror a lo paranormal sino el terror a los fantasmas que cada uno lleva dentro: «Apelo a los miedos que nos impiden confrontarnos con nosotros mismos, al terror a enfrentarse ante un espejo». Y los miedos vuelven a estar presentes en Pastoral pero ahora se trata de miedos políticos (la xenofobia, el consumo, el Brexit) y sociales (el rencor en las pequeñas comunidades, los abusos ocultos tras las puertas de los hogares…). Es paradójico que la campiña inglesa sea el escenario visual que Gazelle Twin escoge para criticar el lado más oscuro de la sociedad, pero tal vez ese escenario bucólico no sea más que una fingida ignorancia; un pretexto para expresar con ironía la crítica social.

Myriam Bleau

El nuevo álbum de Gazelle Twin luce una banda amarilla sobre óleo de campiña, muy al estilo Deutsche Grammophon. Pero su Pastoral no es como la de Bach, sino un sonido energético, rítmico, bailable, con tejidos sonoros potentes y simples. Más que paisajes sonoros, canciones: Hobby Horse, con un cuatro por cuatro no solo no disimulado sino muy marcado; Glory, fuera del circuito comercial, o Pastoral con una voz de registro estilístico medieval. La flauta, en Better in My Day, es una de las instrumentaciones folclóricas que al mezclarse con la electrónica dan lugar a ritmos industriales mecánicos y casi maníacos, abundantes en bucles y repeticiones.

Hasta el próximo sábado no nos queda más que imaginar a Gazelle Twin en el escenario, vestida como su nuevo alter ego (un ser a medio camino entre bufón-jockey-espantapájaros) y ejecutando una performance extravagante y cautivadora mientras clavecines, panderetas y campanas estallan entre techno industrial.

Nicky Mao es otra de las artistas invitadas a las naves de Laboral y, para ella, este sí es su primer año en el LEV. Contaba con una considerable trayectoria musical a sus espaldas cuando en el año 2011 dejó atrás el post-punk de Sacred Bones y viajó hacia la música electrónica experimental como Hiro Kone. En el 2017 trabajó con Drew McDowall en The Ghost Of Georges Bataille y, también en 2017, lanzó su excelente debut Love Is The Capital, un álbum, a juicio de ciertos críticos, de techno industrial amplio e incisivamente político. «He hablado»: ése es el significado iroqués de Hiro Kone, y la artista continúa haciéndolo en Pure Expenditure, aunque ahora con un registro más experimental y oscuro.

Hay quienes ven una evocación de espacios en la música de Hiro Kone, interpretación que ella no desmiente sino que rubrica al describir su interés por los elementos psicogeográficos y las grabaciones de campo. Desde esta perspectiva podríamos percibir en Poortgebouw la intensidad lenta de una tormenta, en Scotch Yoke I & II, con sus modulares que crepitan y chasquean, la amenaza y desazón previa a la lluvia y también la calma final o respiro necesario en el álbum. Luego volverán los sintetizadores arremolinados y las voces distorsionadas en Pure Expenditure: cinco minutos y medio de demencial y fascinante expresión sonora.

Pero es también inevitable interpretar como político el sonido de Hiro Kone y apreciar en sus ritmos oscuros el puro exceso o Pure Expenditure del capitalismo. El derroche, decía Bataille, forma parte esencial no sólo de nuestra economía sino también de nuestras estructuras mentales. El nombre del pensador francés aparece recurrentemente en las entrevistas a Hiro Kone y también la apelación a la llamada parte maldita (part maudite) o exceso de circulación de dinero, especulación y afán de enriquecimiento. «Los negocios de armas y guerras de poder», dirá Hiro Kone, «sirven para proteger los «valores liberales» que defiende nuestra sociedad y, añade, una sociedad que se construye sobre la espalda de los esclavos y el genocidio de sus poblaciones indígenas». La existencia humana es puro derroche y aniquilación y, no sólo Bataille, sino también Donna Haraway, Bifo Berardi, Timothy Morton, Jacques Lacan y Adam Curtis, dice, «me han ayudado a interpretar las señales en el camino. Si escuchas y realmente lees la dirección hacia donde van las cosas, verás dónde estamos ahora no es una sorpresa». Pero la artista no afronta la situación desde el cinismo sino que dice sentirse alentada por la necesidad de «reimaginarnos a nosotros mismos». Porque el “Puro dispendio” que es el arte no es contingente, sino que tiene como finalidad la gratificación simbólica del ser humano. La afirmación de Bataille podría estar en boca de Hiro Kone, pero ella prefiere que los moduladores distorsionados sean la expresión de la parte maldita. ¡Estaremos bailando a su lado!

Gazelle Twin (2014).

Susana Carro Fernández (Mieres, 1971) es licenciada en filosofía y ciencias de la educación por la Universidad de Oviedo y especialista en ciencia, tecnología y sociedad por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED. Discípula de Sergio Givone, catedrático de estética de la Universidad de Florencia, ha trabajado como profesora agregada en la Escuela Universitaria de Educación Social de Oviedo y en la actualidad imparte clases de filosofía en el instituto Rosario Acuña de Gijón. Docente, desde 1998, de los cursos de Extensión Universitaria sobre educación para la igualdad, ha participado en el programa de formación del profesorado de la Universidad de Valparaíso, Chile. Es además miembro fundador de Paraíso, espacio de arte alternativo que, en la década de los noventa, aglutinó buena parte de la creación asturiana, y fue coautora de la videoinstalación No sólo hemos aprendido, expuesta en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón durante el año 2002. Ha publicado varios libros, y entre ellos Tras las huellas de «El segundo sexo» en el pensamiento feminista contemporáneo (2002), Mujeres de ojos rojos: del arte feminista al arte femenino (2013) y Cuando éramos diosas: estética de la resistencia de género (2018).

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