/ La jaula / Javier Sánchez Menéndez /
Hay varios mundos dentro de un mismo mundo. Las regiones se encontraban en el mundo intermedio, justo en la frontera del desapego con el deshonor. Allá donde el día tiene la misma duración que la noche y no existen los límites, donde la libertad habita con una sonrisa y con insistencia.
Cada uno de los habitantes de las regiones, de acuerdo a su capacidad, elimina los límites que intentan condicionar el pensamiento, pero a veces resultan infranqueables, utópicos y destructivos.
El momento de la aparición del lenguaje resultó iluminador, ilusionante. Nació con ello el engaño, la lástima y la violencia. Todo cuanto nos enseñan y todo cuanto sabemos está condicionado a esos límites, que engendraron la falsedad y la discordia.
Somos hijos del cielo y de la tierra, solo del cielo y de la tierra. Pero somos cobardes, y hasta insoportables. Nuestro nacimiento nos condenó a la negación, a la agonía. La palabra prójimo la contemplábamos desde muy lejos porque nunca alcanzamos el grado de civilización.
Algunas aves exaltadas descubrieron que criticar al prójimo era mucho más eficaz que guardar silencio permanentemente. Pero esas aves, tras reflexionar mucho, se marcharon del mundo intermedio.

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) es poeta y ensayista, su último poemario publicado es El baile del diablo (Renacimiento, 2017). De su poesía se han publicado tres antologías en España y una en Colombia. Autor de varios ensayos, destacamos El libro de los indolentes (Plaza y Valdés, 2016). Ha publicado cuatro libros de aforismos: Artilugios (2017), La alegría de lo imperfecto (Trea, 2017), Concepto (2019) y Ética para mediocres (2020), y la obra Para una teoría del aforismo (Trea, 2020).
Pero sin el lenguaje, no tendríamos pensamiento. La eterna paradoja.