Mirar al retrovisor

El verano de Nancy y otras pesadillas

Joan Santacana escribe sobre la polémica visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que ha motivado un nuevo revuelo en el orden geopolítico mundial.

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Nancy Pelosi, una ancianita de ochenta y dos años, se ha ido a dar un paseo por Taiwán, y esta travesura nos esta costando algunos problemas ya que eleva la ya ardiente temperatura política del verano muchos grados. Detrás suyo, como estela del viaje, deja un reguero de pólvora y misiles. No sabemos quién le pidió que se diera un garbeo por aquella zona. Parecía que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había apostado por rebajar la tensión en las relaciones chinoamericanas y estaba tratando de llevarlas por un cauce distinto, basado en el diálogo, en vez de en una confrontación directa. Pero Nancy, tozuda, se fue a la isla de Formosa, cosechando el aplauso del Partido Republicano, donde más de la mitad de los senadores firmaron una carta de apoyo. ¿Es el mundo al revés?

Algunos amigos de los americanos, como Yoon Suk-yeol, el presidente de Corea del Sur, no quisieron recibirla. Y es que el presidente de Corea lo que menos necesita es una anciana incendiaria paseándose por las aguas del Mar de China. ¿Qué nos quiso mostrar con este viaje veraniego Nancy? ¿Por qué fue allí sin que nadie la llamara? No lo sé, pero sí sé que la factura del viaje la pagarán los coreanos, japoneses, australianos, filipinos y otros amigos y aliados de la zona, además de los taiwaneses.

Puede que también los europeos tengamos que pagar nuestra cuota de la factura del viaje, cuando además estamos pagando la de otro incendio ocurrido entre Rusia y Ucrania, ocasionado esta vez porque despues de la disolución de la Unión Soviética, Rusia, la heredera de la potencia caída, no pudo o no se le dejó participar del club europeo. En aquel entonces el amigo americano puso todas las dificultades para que no hubiera entendimiento. Y hoy, casi cortadas las relaciones entre la Unión Europea y Rusia, nos vemos obligados a consumir fuentes de energía que nos llegan mediante buques desde el otro extremo del Atlántico. ¡Y no se trata precisamente de un subministro barato!

Estos dos grandes conflictos que cubre la escenan mundial de negros nubarrones se producen en un momento en que la gran potencia amiga, los Estados Unidos de América, el país más endeudado del mundo, con un PIB de 19.441.544 millones de euros en 2021, está al borde de ser superado por la economía china, que genera un PIB ligeramente inferior de 14.758.612 millones de euros, pero que, si le sumamos el de Rusia, muy pequeño en comparación con los dos colosos, casi superan al del Tío Sam. Dicho de otra forma: si la tendencia al crecimiento chino no se tuerce, la China de Xi Jinping será muy pronto la primera potencia económica mundial. Pero ¿cómo detener el crecimiento chino? Ya tiempo atrás, al imprevisible y salvaje expresidente Trump, un jovencito que se tiñe las canas de rubio y que pronto cumplirá setenta y siete años, se le ocurrieron ideas al respecto, ¡pero no se le pasó por la cabeza viajar a Taiwán!

Miren, lo malo de estudiar historia es que a veces tienes malos sueños, y este es mi caso. Yo no estaba presente en 1913 ó 1914, cuando la primera potencia económica del mundo de aquellos años, la Gran Bretaña, estaba siendo sobrepasada por el Imperio alemán del Kaiser en la producción de materias estratégicas tales como el carbón, el hierro y el acero. Y, además, la economía británica de aquel entonces creció no solo menos que los competidores, sino que tenia mucha menor productividad, es decir, producción por persona y hora. En aquellos años, la participación británica en el comercio mundial se redujo de un 20 a un 14%. Claro está que esta situación hizo crecer la rivalidad nacional, la temperatura subió, los estados mayores de los ejércitos del mundo manifestaron que era imprescindible rearmarse, acumular material de guerra, hacer planes de batalla y realizar maniobras. En aquel entonces era primer ministro de la Gran Bretaña un personaje hoy casi olvidado, Herbert Henry Asquith, primer conde de Oxford, que tenía a la sazón 62 años (era en aquellos tiempos un anciano), y él no inició las hostilidades; simplemente las aprovechó, quizás creyendo que, si era inevitable un conflicto bélico, mejor que estallara entonces, cuando la Gran Bretaña todavía era la primera potencia, que no dentro de una década, cuando ya fuera la tercera.

Esto que les cuento es sin duda un mal sueño, provocado por un verano mas caluroso de lo normal, pero recuerden que el sol puede apagarse, como se apagó en el mundo aquel tórrido lunes del 28 de junio de 1914, y tardó muchos años en volver a salir.


Joan Santacana Mestre (Calafell, 1948) es arqueólogo, especialista en museografía y patrimonio y una referencia fundamental en el campo de la museografía didáctica e interactiva. Fue miembro fundador del grupo Historia 13-16 de investigación sobre didáctica de la historia, y su obra científica y divulgativa comprende más de seiscientas publicaciones. Entre sus trabajos como arqueólogo destacan los llevados a cabo en el yacimiento fenicio de Aldovesta y la ciudadela ibérica y el castillo de la Santa Cruz de Calafell. En el campo de la museología, es responsable de numerosos proyectos de intervención a museos, centros de interpretación, conjuntos patrimoniales y yacimientos arqueológicos. Entre ellos destaca el proyecto museológico del Museo de Historia de Cataluña, que fue considerado un ejemplo paradigmático de museología didáctica.

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3 comments on “El verano de Nancy y otras pesadillas

  1. José M Ferrández

    Verdaderamente acertado lo que dice

    Según Cioran, todos los males del hombre provienen de no saber quedarse en su casa tranquilo

    La urgencia de ir a la casa del vecino a darle la matraca, o en el caso de imperios, a propinarle un estacazo donde sea posible, es algo que seduce a la gente, la perdutta gente de Dante

    • Joan Santacana Mestre

      Gracias por el comentario. La verdad es que no és fàcil comprender a Nancy

  2. Muy de acuerdo estoy

    Y es más, creo que son más difíciles de entender las mujeres que los imperios

    Pero al menos ya sabemos que son seres humanos, pues la primera ministra de Finlandia así lo asegura, y no vamos a dudar de una primera ministra

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