Geograffiti

Geograffiti (1)

Primera parte de una serie de singulares poemas de Fernando Riquelme, alusivos a ciudades importantes de su vida (de Alicante a Buenos Aires y de Berna a Bembibre) y escritos con las herramientas del surrealismo.

/ por Fernando Riquelme /

ALICANTE

38°20′43″N 0°28′59″O

Henri Cartier-Bresson, Alicante, 1933

I

¡Hijos! ¡Hijos!
Venid y vamos todos
a jugar al corro de las putas.
¡Hijos! ¡Hijos!
Acudid.
Es una llamada a la desesperada,
aquella que está desempeñando su oficio de meretriz,
en la calle del Cid.
Serena debe de ser la siesta post coital del guerrero,
retornado por fin,
derrotado.
¡Hijos! ¡Hijos!
Escuchad
la carrera silenciosa de las lagartijas,
el zumbido del tábano,
los lamentos de cabrón,
el corno inglés,
el oboe d’amore
y el grito simulado del goce.
¡Hijos! ¡Hijos!
Atended
a lo que os digo:
¡¡Hijos de puta!!

II

Mientras el crítico, irónico y sarcástico
cartón piedra
se eleva hacia los luceros deshecho en nubes de hollín,
la Bellea del Fòc es declarada juguete roto.

Lejos están el arroz con magro y almejas,
el pollo en pepitoria
y los mejillones al vapor.
Son tiempos para secos capellanes desmigados,
almuerzo de estibadores con resaca de fiesta.

Un barquito con velas gachas
chapotea sobre espuma caleidoscópica,
provocando la ensoñación de la efímera reina,
incómoda con las medias de seda falsa
y el pololo de percal.

El epílogo es una lluvia de colores
coreada por el ruido de la traca
que quiebra el frasco de las esencias
del moscatel de Alejandría.


AMMÁN

31°57′0″N, 35°56′0″E

Estatua de Ain Ghazal

Las camellas beduinas disputan la sequía a las ovejas
en la llanura polvorienta.
Y la sequía epidérmica surca la tez del filisteo.
El horizonte es infinito hacia el sol naciente.

La ciudad vocifera ecos de alminares.
Su voz perturba el oído.
La piedra urbana refulgente hiere la vista.
Los efluvios anuncian el menú de cordero.
Sensación de acíbar y contento.

El anfitrión peca de ira.
Es voluble.
Amalgama mueca y sonrisa
en su rostro rubicundo de afeitado apurado.
Es reo de denuncias en voz baja
por reiterar en los menús
pescado ignoto rebozado.


BAHÍA BLANCA

38°43′00″S 62°16′00″O

I

El señor Vecchi ofrece en el menú
vizcacha en escabeche
¡Che!
y palomita al horno.
Pero en el Hotel Italia nunca se ha visto a
David Goldberg,
hijo de la pampa
y admirador del Estado de Israel,
comer vizcacha en escabeche
¡Che!
ni palomita al horno.
La mujer arrugada envió a sus hijos a la sombra de Sión
y sueña con la tierra prometida
mientras David Goldberg repasa
los precios del ganado en Palermo.
El señor Vecchi,
miope y hambriento,
consume los restos de vizcacha
y los últimos días,
o meses,
o años,
de su existencia.
En el Circo de los Muchachos se lustran las botas
de los milicos de Videla,
a quien el Intendente besa
glotonamente el culo.

II

El asfalto rectilíneo
penetra el negro horizonte
rasgado por las culebrinas.
Veo el fugaz relámpago
e inicio la secuencia:
Uno, dos, tres… veinticinco, veintiséis…
La copetona, asustada por el estruendo,
emprende un pesado vuelo.

Amanece.
La florida mimosa se enciende
ahuyentando a los mochuelos
que vinieron a tomar lecciones de mímica.

La placa encuadra el nombre callejero
y su número cívico.
Ceñida está al poste de la farola
como una pulsera femenina.

Así quedó la instantánea.
Al gordo del laboratorio le gustó el encuadre.
Al gordo de la sastrería
solo le interesa vender el smoking,
antes de pasar a la vereda de enfrente
para comprar empanadas salteñas.


BEMBIBRE

42°36′55″N 6°25′01″O

Saludos de ida y vuelta:
¡Sobrín! (Tenor alto)
¡Chaval! (Bajo sostenido)

A la luz de la lámpara de carburo,
la empanada de batallón supura cebolla blanca por la llaga del costado.
Una vela a San Antonio y para cenar: botillo.

En el estanco coinciden el señor y el arriero de Bembibre
comprando con calderilla caldo de gallina.

La puerta acristalada deja ver el invierno que pasa por la calle
al mismo tiempo que el correo de Galicia hace chirriar las vías heladas.
Hay carbonilla de tren y de chimenea
en los lagrimales de niños mocosos
acosados por el frío de la indiferencia.

Un ejército de picadores de mina,
oscuros como cuervos,
tornan de su turno a la oscuridad de la miseria.


BERLÍN

52°31′00″N 13°23′00″E

Edificio KaDeWe, 1935

Pan sonoro, profundo, gutural.
Negro de centeno secular.
Escaso.
Lo exijo repetidamente.
El camarero no es estudiante de podología,
tiene un extraño forúnculo multicolor en el cogote
y pronuncia Brot correctamente.
Pan del KDW,
pan francés,
delikatessen,
blanco de trigo selecto.
Sexta planta:
La vendedora tiene sonrisa Dietrich,
delantal blanco con placa que reza «Lily»,
pero las manos la delatan:
Son manos de saurio.


BERNA

46°56′53″N 7°26′51″E

Oso mirar al oso,
animal asaeteado por los clics de cámaras furtivas,
y siento como ternura infantil hacia un peluche.
Harto ya del oso,
prometo no alimentarlo con conmiseración
de turista bondadoso.
Vuelvo, día tras día, a cruzar la corriente azulada del Aar
por los puentes de suicidas ignotos,
transitados por vientos fríos e inclementes.
Cuando el otoño regala hongos y setas
el vendedor me ofrece bajo los soportales
una mezcla de tierra mojada y hojas secas.
El Presidente me saluda en una esquina.
Yo llevo mi mano al ala de mi sombrero
y me apresuro a redactar las instrucciones para el menú de la cena
sin quitarme los guantes.


BUENOS AIRES

34°35′59″S 58°22′55″O

Obelisco de la avenida del 9 de julio

Por la ciudad sobrevuela un espíritu
que baila al son de la música ciudadana.
Una biela da vida al mecanismo de la Recoleta
donde por las noches se recoge el fantasma de Eva Perón.

La tira de asado es alimento de estibadores del puerto
y de doctores criollos.
«Morfátela, hermano,
y eructa satisfecho».

Hoy los piquetes gremiales
arrojaron piedras a la Casa Rosada
y a la catedral cómplice
en la plaza de Mayo.

Un vivo desinhibido engaña a los turistas
diciendo que el obelisco de la 9 de julio
es un monumento fálico construido por enanos.
En su vértice, el espíritu, en forma de torcaz,
desafía al «gran pueblo argentino»
enfebrecido por el himno patrio.


Fernando Riquelme Lidón (Orihuela, 1947) es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Ingresó en la Carrera Diplomática en 1974. Ha estado destinado en representaciones diplomáticas y consulares de España en Siria, Argentina, Francia e Italia y ha sido embajador de España en Polonia (1993-1998) y Suiza y Liechtenstein (2007-2010). Como escritor ha publicado Alhábega (2008), obra de ficción que evoca la vida provinciana de la España de mediados del siglo XX; Victoria, Eros y Eolo (2010), novela; La piel asada del bacalao (2010), libro de reflexiones y recuerdos gastronómicos;  28008 Madrid (2012), novela urbana sobre un barrio de Madrid; Delicatessen (2018), ensayo sobre los alimentos considerados exquisiteces; Viaje a Nápoles (2018), original aproximación a la ciudad de Nápoles; un Diccionario comentaod de gastronomía (2019) y El Club de las Amazonas (2021), una novela en la que el narrador se enfrenta a situaciones conflictivas inesperadas ante el cambio de paradigma de las relaciones entre personas de distinto sexo. Es miembro de la Real Academia de Gastronomía.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

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