Poéticas

Inés Marful, quemar las palabras

Tres textos inéditos de la poeta y artista plástica asturiana que muestran su apuesta por una escritura capaz de bucear en los abismos del ser humano.

Inés Marful (Mieres, 1961) decidió apostar por el riesgo, tanto en el ámbito de la escritura como en el de la artes plásticas: por eso no rehuye adentrarse en las geografías más peligrosas de la creación, donde bucea en  los abismos que acechan al ser humano. Marful cursó estudios de filosofía y filología hispánica y es premio extraordinario de Doctorado por la Universidad de Oviedo. Ha dado a la imprenta varios libros de ensayo, narrativa y poesía, el último de ellos el cuaderno También la noche (Heracles y nosotros, 2021), y ha acometido diferentes exposiciones, entre las que destacan las realizadas conjuntamente con Su Alonso.

Sus propias palabras alumbran los territorios que frecuenta.

«A menudo escribo por el puro placer de quemar las palabras. ¿Quién escribe? ¿Acaso puede decirse de mí que soy yo sin verse obligada a lamentar las audacias de un cogito hecho de inercias, de sedimentos espúreos, de interferencias? ¿Escribir para quién? ¿Acaso existe un destinatario en algún lugar que no alcance a leer nuestros mensajes cuando la dilación en la misiva, absolutamente insoslayable, hace que la voz que predica haya de ser por fuerza una voz prescrita, por no decir muerta? ¿Y para qué enviar, destinar, expedir qué? ¿A qué dirección? Abrir en la página espacios para el f(j)uego. Renunciar a reproducir todo aquello que, pasto de las llamas, guardará la memoria del universo».

El Cuaderno ofrece tres textos inéditos de Inés Marful, acompañados de imágenes realizadas conjuntamente con Su Alonso.

I.

Reconocemos
patrones de voz.
Un bot es un programa que simula
                                                           ser
un jugador humano.
Sonreír es apenas
la estrategia del reo.

Sean n ciudades de un territorio. Al Norte.
¿De un territorio? ¿Al Norte?
Juguemos. El objetivo es encontrar una ruta que, comenzando y terminando en una ciudad concreta (vivíamos en Washington, ¿recuerdas?) pase una sola vez por las restantes ciudades y reduzca al mínimo la distancia recorrida.
Yo tenía un trastorno evolutivo.
La conciencia es eso: apenas un trastorno
evolutivo.
Es lo común. No teman.
Decidí
                 ¿decidí?
ser un pájaro
y migrar hacia el Norte durante el invierno.
Al principio
los cinco continentes eran uno.
Se dispersan y el ave se equivoca.
El cauterio en la herida.
Cada nombre en su hueco.
Decimos orogénesis,
placas tectónicas,
terremotos, volcanes,
corrientes convectivas,
arrastre, subducción,
punto caliente, falla
de San Andrés,
el cinturón de fuego del Pacífico,
las fosas oceánicas.

Como el que contrae una enfermedad
contraje una pasión vasija. Un pasión dintel,
cimbra y dovela, jamba. La estructura más bella.
Construir es apenas
la estrategia del reo.

Era ojiva hiperbórea,
septentrión dividido en n partes.
Dentro de ti
de mí
cada ciudad un hueco.

Te busqué. Instrucciones de duelo. 40 pasos y la testuz de un ciervo a la derecha.

eras sabio. Decías
cosas
que parecían cosas.
La cosa es el vacío.
El vacío es la cosa.
Pero el lenguaje arrastra un ciervo en la penumbra
y simula que esculpe quince estancias de fuego.
Conocías, en fin, el algoritmo lluvia.
Llevabas en los pies incesante oratorio,
cepa de sangre indemne, farallón de ceniza,
la presión del fluido,
la misa de Bolsena.
Elevabas la planta
basilical del aire
y el émbolo del mar
respiraba en tus huesos. Al Norte. Más
al norte.

Ya he dicho qué es un bot.
Sean n ciudades y una
paloma enferma.

El 1831 John Ross ubicó el Norte magnético en la Isla del rey Guillermo.  Su ingenuidad contra la mía. Sobre mí. Cartografía o sombra que planea. El Polo magnético viaja unos 15 kilómetros cada año. Sean, pues, la inconstancia de un cuerpo y las n ciudades que viajan.

Cada tarde contabas bisontes lanceolados. El 16 de junio de 1973 registraste en tus cuadernos la aparición de un tejo y una espada.  Al día siguiente el tejo era un diamante mandarín y la espada una escama de sirena.  El tiempo es un archivo inestable. Postulación. Deriva. Espejismo que avanza bifurcando su espejo.

Ya he dicho qué es un bot.
Un hombre simula
ser
o no ser
un jugador humano
y ordena las palabras
que informan el misterio.

Apostilla:
Ser nada. O nadie.
No ser.
¿Por qué el ser y no, más bien, la Nada?
Eso se preguntó un tipo tan sagaz como Martin Heidegger.

(De Poemas inestables)

II.

Entonces inventé una oración.
Líbranos Señor del aula palatina
y también de sus ábsides contrapuestos.
Hoy he sabido que Salvador Puig Antich
ha quedado encerrado entre sus muros.
Por las noches escucho un tiroteo de versos.
Pum, pum, y el lóbulo de la planta se replica en mi oreja
llevando un haz de líquenes parado entre los dientes.

Líbranos Señor de la ofensiva aérea sobre el feudo rebelde,
de la geometría descriptiva,
del compás, del teodolito y del pantógrafo.
Cuando sueñe no coloques ángeles
en las esquinas de mi cama
o romperé los ángulos de noventa grados
con el martillo de Nietzsche. La superhembra
está por llegar y, mientras tanto, hay que elegir
la lengua del milagro,
un étimon de luz que imite
el albedrío de los amantes,
un punto aleatorio
donde confluyan los naufragios
y la palabra alcance su estatuto de cirio.

Líbranos de la alambrada y de la frontera.
En el levante mediterráneo
ochenta kilómetros mar adentro
hay un niño girando como basura cósmica
que está a punto de descubrir el ventrículo izquierdo de las cometas.
Déjalo ser
y el pneuma que dio vida al gólem
tatuará una llama amarilla en las yemas de cada uno de sus dedos
y quemará las huellas de la maiestas domini
bendiciendo los senos de una amazona muerta.

Líbranos Señor de los sustentadores del mundo,
de los creadores y de los redentores,
de las jerarquías, de las potestades y de los patriarcas.
Si somos hijos tuyos no nos dejes temblar en el cepo de Isaac,
ni nubles nuestra paz con infiernos imaginarios
ni expulses a nuestros hijos del paraíso de la inocencia.
La vida es breve
y es largo el arte
de quienes saben buscar en el esqueleto de las bignonias
y escribir la palabra corazón
en los fríos opúsculos de la nieve.

Líbranos Señor de los pogromos, de las purgas,
de las migraciones forzosas y de los prisioneros
que beben los orines de sus propias riberas.
Líbranos del Libro de los Reyes,
del Manifiesto de Verona, del de la raza,
del carro del faraón,
de la furia del káiser y del golpe en la mesa.

Necesitamos un nuevo Libro de las revelaciones
y no tenemos ni idea de por dónde se empieza.
Quizá, «señor», por prescindir de esta palabra

No sería un mal comienzo.

(De Mater, materia)

III.

No estaba preparada para nacer.
Mi madre no estaba preparada para que naciera.
Y así fue que nací des-esperada.

Mi despiadado amor por todo lo extranjero,
Por lo que en él de mí.
Por la lengua materna.
Desplazamientos. Condensaciones.
Metonimias. Metáforas.

Su lengua pura.
Monosemia del árbol en las tardes de lluvia.
Advenimiento prístino del fenómeno.
Nunca probó el alcohol.
Nunca se llevó un cigarrillo a los labios.

Mi lengua disidente, mi mala lengua,
mi otra lengua de trapo,
mi lengua deslenguada.
Mi lengua suelta en el placer del vino.
Mi lengua oscura,
teñida de tabaco.

Mi lengua en lalangue de Lacan. Lalangue es lo que hace que su lengua, que tu lengua, mamá, no sea comparable a ninguna otra en tanto que no hay otra y en tanto eso que la hace materna  no podría decirse. Lalangue, imposible de hablar. Igualmente imposible de no hablar de una cierta manera que te excluye y me excluye de mí misma.

De modo que no hay lengua a la que remitirse.

Sólo
                                     se dan
los hechos de lenguaje.


Inés Marful (Mieres, 1961) cursó estudios de filosofía y filología hispánica y es premio extraordinario de Doctorado por la Universidad de Oviedo, Testimonio de una esencial inquietud, su obra abarca los más diversos géneros y registros. Con varios premios en su haber, Marful es filósofa, narradora, artista visual (vinculada largos años a Su Alonso bajo la marca Alonso y Marful , curadora y poeta. Actualmente, mientras sigue creando obras, dirige el recién estrenado espacio Herrería de la Luna, un centro de arte, poesía y naturaleza ubicado en Boimouro (Asturias). Es allí, en la Universidad Libre de Boimouro, donde ejerce su Cátedra de Introspección a través de un seminario permanente.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

2 comments on “Inés Marful, quemar las palabras

  1. Magnífico, intensidad y brillo en palabras que arden. Bravo por Inés y eso ojo de Su que abarca y enfoca las palabras en fuga.

  2. Maravilla desgarradora. De nuevo en la órbita literaria asturiana y española.

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