Escuchar y no callar

Gritar y amenazar

Un artículo de Miguel de la Guardia en defensa del diálogo y las buenas maneras en las instituciones públicas.

/ Escuchar y no callar / Miguel de la Guardia /

Las relaciones humanas deben, a mi entender, basarse en el diálogo, la ternura y la comprensión, y solo debe aflorar la agresividad en defensa propia o de las personas a quienes se quiere. No es posible que gritar y amenazar sean pautas de conducta en ningún ámbito. Como ejemplo les diré que cuando un compañero se lamentaba de que se le quebraba la voz por tener que elevar el tono en clase cuando el ruido de fondo era alto, le aconsejé que en lugar de elevar su tono de voz lo bajara, y así pudo comprobar que eran sus propios estudiantes los que reclamaban el silencio de sus compañeros.

El comportamiento de la chusma lo fía todo en hacer oír su voz por encima de la de los demás; supongo que en la confianza de que sus gritos acallen las razones ajenas. Además, las amenazas son frecuentemente el colofón de gritos que no atienden a razones y el recurso último de los mediocres.

Si la violencia en el lenguaje es algo que me preocupa en la vida cotidiana, más aún me preocupa en el entorno familiar y en las instituciones públicas. Resulta insoportable presenciar una disputa conyugal en la que se traspasan todas las líneas de respeto y eso, más allá de las relaciones físicas, me resulta de todo punto obsceno y creo que deberían recriminarse esas escenas que a menudo tenemos que presenciar en espacios públicos y que son claros ejemplos de violencia doméstica, y no digo de género porque se producen lamentablemente en las dos direcciones.

En cuanto a los insultos, gritos y amenazas en el ámbito de la política española son cada vez más frecuentes, demostrando, a mi entender, la escasa talla de nuestros políticos. Los ciudadanos y contribuyentes no merecen políticos que consuman su tiempo y sus esfuerzos en descalificar a los adversarios políticos. No es de recibo que cuando se pregunte al Gobierno se reciba como contestación una crítica al interpelante, dejando sin respuesta sus preguntas; como tampoco lo es que la oposición malgaste su tiempo en insultar en lugar de hacer una crítica constructiva que ofrezca alternativas a los errores del Gobierno. Es lamentable que se hayan roto los puentes de diálogo y entendimiento entre el Gobierno y la oposición y me temo que no son conscientes de que ningunear al adversario y actuar como si la permanencia en el poder estuviera garantizada de por vida puede abocarnos a actuaciones difíciles de reconducir, y así, a un año de terminar su mandato hay ayuntamientos que comprometen servicios por nueve años o, en el caso de la política internacional, el presidente del gobierno decide unilateralmente cambiar el rumbo de la política exterior con Marruecos, el Sáhara y Argelia sin consultar con la oposición ni explicar las razones.

Corren malos tiempos para el diálogo y me temo que es algo que cargará sobre los hombros de los contribuyentes. Como ejemplo de lo mal que pinta la situación sirvan las amenazas del exvicepresidente al presidente del Gobierno por intentar poner coto a los errores de la ley de la ministra de Igualdad y al dolor de las víctimas que ven cómo una norma mal elaborada provoca reducciones de penas a los delincuentes, advirtiéndole de las consecuencias de aceptar el apoyo de la oposición para modificar la ley.

Más diálogo y menos insultos, gritos y amenazas es lo que necesita la política española a sabiendas que el no es no como norma nos aleja de la necesidad de empujar todos en la misma dirección.


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Miguel de la Guardia es catedrático de química analítica en la Universitat de València desde 1991. Ha publicado más de 700 trabajos en revistas y tiene un índice H de 77 según Google Scholar y libros sobre green analytical chemistry, calidad del aire, análisis de alimentos y smart materials. Ha dirigido 35 tesis doctorales y es editor jefe de Microchemical Journal, miembro del consejo editorial de varias revistas y fue condecorado como Chevallier dans l’Ordre des Palmes Académiques por el Consejo de Ministros de Francia y es Premio de la RSC (España). Entre 2008 y 2018 publicó más de 300 columnas de opinión en el diario Levante EMV.

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

2 comments on “Gritar y amenazar

  1. guillermoquintsalonso

    Miguel, me alegra ver que compartimos una línea de discurso; una más. Espero que el pueblo llano, ese que decide las votaciones, reflexione sobre este tema y llegue a una conclusión evidente: quien no dialoga no busca la solución al problema; busca desplazar al otro de su presencia social.

  2. Alfonso Soler

    Se hace necesario guardar las formas, y no tanto por una cuestión de corrección, que también, cuanto porque se impide llegar a la médula de cualquier planteamiento.
    Nuestros políticos, con algunas excepciones, son quienes mantienen ése clima de crispación social constante que deteriora las relaciones, importándoles poco el ejemplo y huella que puedan dejar en los más jóvenes, recurriendo al “tú más” como base dialéctica de cualquier discusión y eliminando de cualquier sistema de valores la autocrítica.
    Admitiendo que todos somos responsables de esta decadente situación, no comparto en absoluto, lo seamos todos en la misma medida.

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