/ por Álvaro Acebes Arias /
Parecía que la publicación póstuma de la novela Paris-Austerlitz cerraba la trayectoria de Rafael Chirbes (1949-2015), pero en los últimos años nos hemos encontrado con la feliz recuperación de distintos textos que nos permiten comprender mejor la poética y el pensamiento del escritor valenciano. Primero fueron los Diarios, de cuya publicación se está encargando la editorial Anagrama ―el último volumen llegará presumiblemente este 2023―, y ahora es el turno de decenas de artículos y reseñas que Chirbes escribió entre 1975 y 1980 para diferentes revistas y que el sello Altamarea ha reunido en una edición ejemplar bajo el título Asentir o desestabilizar: crónica contracultural de la Transición.
El largo centenar de trabajos que aparecen aquí, a los que se suman cinco entrevistas que Chirbes realizó a figuras como Juan Goytisolo, Ángel González o Carmen Martín Gaite, no solo nos presenta una faceta casi desconocida del autor de Crematorio, sino que además ayudan a completar el mapa contracultural de finales de los setenta, del que Chirbes formó parte antes de dedicarse a la literatura. La mayoría de las publicaciones en que se incluyeron estos textos tendrían una vida efímera y desaparecieron a principios de los ochenta, pero su existencia, en cualquier caso, constituye una evidencia de la agitada esfera contracultural de aquel entonces y de las esperanzas de una juventud sedienta de libertades que encontraba en estas revistas un espacio de identificación desde el que construir una ciudad democrática alternativa a la articulada por la cultura oficial. Conviene señalar que Ozono, La Calle o Saida, por mencionar aquellas en las que Rafael Chirbes colaboró, tuvieron problemas de financiación casi desde sus inicios, pero la razón de que se interrumpiera su edición no obedece tanto a motivos económicos como al propio discurrir de la sociedad transicional. Una vez lograda la desactivación política de esa generación que las vio nacer, los discursos ácidos, irreverentes y subversivos que caracterizaban a estas publicaciones habían perdido su sentido.
La excelente introducción preparada por Álvaro Díaz Ventas, responsable asimismo de la edición, facilita al lector la manera de orientarse ante el contenido de estos artículos de Rafael Chirbes. Todos ellos pueden considerarse, en palabras del investigador, como «una anticipación de buena parte de las ideas que sustentarán su formación estética y las bases de su futuro proyecto narrativo». Como es sabido, la obra del autor valenciano destaca por su incidencia ética y, sobre todo, por reflejar una toma de postura fundamentada en la revisión crítica, dialéctica y comprometida de dos hechos: la penosa posguerra y la Transición. La multiplicidad de perspectivas que Chirbes ofrece sobre ambos acontecimientos le permite permanecer atento, no solo a las ausencias sobre las que se cimenta un relato consensuado y normalizador, sino también a todo aquello que emerge nuevo y que, a su vez, sirve al novelista para establecer un modelo interpretativo con conexiones entre el pasado y el presente. Estos planteamientos ya se encuentran presentes en algunos de los textos aquí reunidos, como se observa, por ejemplo, en «Tomar una papeleta al azar con amargura», visión desencantada de las primeras elecciones democráticas y muestra clarividente del sentimiento de desafección y desorientación que cundía en la época, o en el retrato que Chirbes pergeña del periódico El País y de sus sofisticadísimas estrategias para lograr la desactivación de cualquier intento por crear una voz colectiva al margen de la voluntad oficial.
En otros artículos Rafael Chirbes explica con su habitual perspicacia el proceso de desideologización que se ha producido en el seno de la literatura. Debe recordarse que en el imprescindible La literatura en construcción en la ciudad democrática (1998) el escritor Manuel Vázquez Montalbán ya señalaba que en la década prodigiosa que va de 1965 a 1975 se editó en España «casi todo lo susceptible de editarse» gracias a una saludable coyuntura entre la industria editorial y «la capacidad consumidora de un mercado aún no sobreexcitado». Rafael Chirbes es testigo de ese proceso y denuncia la vergonzante alianza entre capital y cultura que tiene lugar en esos años. Los antiguos valores del pensamiento sesentayochista, aquellos que celebraban la unión entre cultura y política, han sido sustituidos por otros que hunden sus raíces en el interés y el rendimiento económico y esa situación, inevitablemente, ha alcanzado al mundo del libro. De ello da cuenta el escritor valenciano en artículos como «De verano y libros», «Literatura: sigue el vacío» o «¿Qué libro ayuda a triunfar? (La política de las traducciones en España», donde reflexiona acerca de la mercantilización de la cultura y la ascensión de una sociedad de consumo, promiscua y caprichosa por definición, que ha convertido al libro en un producto más. En esa lógica mercantilista juegan un papel importante los premios literarios y Chirbes arremete contra las estrategias de mercaduría que llevaron a cabo figuras como José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta y cuya sombra aparece en varias de estas páginas. Así, las reseñas de varios Premios Planeta como Historia de Elio (1976) de Ramón Tamames o Autobiografía de Federico Sánchez (1977) de Jorge Semprún no solo son demoledoras al demostrar la inanidad de las obras galardonadas, sino porque, por encima de todo, denuncian la degradación del mundo cultural, cada vez más desligado de su naturaleza problemática y orientado solo hacia el beneficio comercial.
Por otra parte, estos textos nos dan pistas de las claves estéticas de Rafael Chirbes al constituir un repaso de sus gustos y fobias. Como bien indica Días Ventas en su introducción, los artículos recogen un barrido de varios años de memoria lectora y componen un estupendo mapa con el que entender «la recepción contemporánea de algunas de las obras más importante del periodo acotado y recuperar textos, autores, hechos históricos e ideas de aquella época». Son muy interesantes, en este sentido, los elogios que dedica Chirbes a las obras de Doris Lessing, Handke, Pasolini, Upton Sinclair, Max Aub, Ramón J. Sender, Marsé, Juan Goytisolo o Galdós, o los comentarios sobre algunas de las películas clave de la época como Furtivos, El desencanto o Camada negra, tal vez porque en esos juicios se adivina ya la poética de Chirbes, la misma que quedará retratada en novelas tan relevantes en la literatura reciente como La buena letra o En la orilla. Sin embargo, entre lo más destacado de esas recensiones figura la apasionada defensa que hace Chirbes del realismo. En un contexto donde domina la animadversión hacia la estética realista, motejada de literatura de la berza, el autor de Mimoun firma junto al periodista Miguel Bayón un sorprendente «Elogio del realismo». El lector puede intuir, atendiendo al alto grado de coherencia que definió toda su trayectoria, que las distintas opciones estilísticas e ideológicas que acabarían determinando la narrativa de Rafael Chirbes se hallan ya presentes en estas palabras que ofrecen, además de un claro posicionamiento dentro de la narrativa española de aquellos años, un diagnóstico cargado de ironía sobre los cambios estructurales que se estaban llevando a cabo.
A la muerte de Chirbes el profesor Fernando Valls tituló significativamente su nota necrológica «Sin domesticar». En aquel texto se advertía del radical disenso del escritor frente a cualquier óptica normalizadora y la fidelidad a unas normas y composiciones que inciden con todo su peso crítico sobre lo factual, lo político y lo real. Estos artículos no hacen sino confirmar ese juicio y, de ahí, que, en estos tiempos de tópicos carentes de sustancia, estemos de enhorabuena si podemos recuperar una palabra que «no quiere ser ni moderada, ni serena ni imparcial» y nos devuelve, una vez más, la extremada, orgullosa y lúcida individualidad de Rafael Chirbes.

Rafael Chirbes
ed. e introd. Álvaro Díaz Ventas
Altamarea, 2023
344 páginas
21,90 €

Álvaro Acebes Arias (León, 1990) es licenciado en filología hispánica y profesor de Educación Secundaria. Doctorando en la Universidad de León con una tesis sobre la obra del escritor Rafael Chirbes, ha realizado además estudios sobre los distintos cauces de la narrativa española, con especial interés en figuras como Belén Gopegui, Marta Sanz, Isaac Rosa o Ricardo Menéndez Salmón. También ha participado en revistas, medios literarios y en organizaciones culturales como el Club Cultural Leteo de León o el Seminario Permanente Claudio Rodríguez de Zamora.
Alvaro, has construido un artículo magistral, necesario en la época de los “Helio Roque”. Parece que hoy emprendes una tarea llena de sinsabores y de dudas, pero tienes un buen maestro, Chirbes. Por este medio y en este medio nos encontraremos más de una vez. Difunde a Chirbes. Guillermo Quintás.
Muchísimas gracias por tus palabras, Guillermo. Espero que el libro tenga recorrido. Sin duda, lo merece
Un placer leerte aquí, Alvaro. Espero que nos sigas deleitando con tus interesantes comentario y reflexiones.