Entrevistas

En Tijuana con José Manuel Valenzuela

José Manuel Valenzuela: «A nivel histórico, América Latina siempre ha sido vista como el trastero de Estados Unidos»

Con una población que supera de largo el millón de habitantes, Tijuana es la ciudad fronteriza más visitada del mundo. Un enclave en ebullición constante, donde nada se destruye del todo y nada se transforma del todo.

Autor o editor de libros como Transfronteras. Fronteras del mundo y procesos culturales, Juvenicidio. Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España, El sistema es antinosotros, Las Maras, identidades juveniles al límite,  Sed de mal , Jefe de jefes y Welcome amigos to Tijuana. Grafiti on the border, el profesor José Manuel Valenzuela Arce es investigador en el Colegio de la Frontera Norte (Colef) de Tijuana, que fundó en 1982. Sus investigaciones han abordado temas relacionados con cultura e identidad, fronteras culturales, movimientos sociales, culturas juveniles, sociología urbana y cultura popular.

Elena Ritondale, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, conversa con el Dr. Valenzuela sobre los últimos acontecimientos que han tocado de cerca la vida de la frontera «más cruzada del mundo» y que se supone llevarán cambios importantes en la vida de una ciudad como Tijuana. En primer lugar, la elección de Donald Trump como presidente de EEUU.


 

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José Manuel Valenzuela Arce (1954)

José Manuel Valenzuela: «A nivel histórico, América Latina siempre ha sido vista como el trastero de Estados Unidos»

/ por Elena Ritondale /

Elena Ritondale.— En una entrevista reciente,  usted ha afirmado que la construcción del discurso que identifica al migrante como enemigo de EEUU ha empezado a darse en 1989. ¿Comparte usted la idea, entonces, de que la militarización de la frontera no está vinculada con la elección de Donald Trump?

José Manuel Valenzuela.— La construcción de la frontera no es algo nuevo, sino muy bien anclado, motivado tanto por razones electorales como por las narrativas supremacistas que han abundado aquí en la frontera. América Latina siempre ha sido vista como el trastero de Estados Unidos, y México también, pero América Latina no era una amenaza. Cuando en los  años 70 recorrieron el Continente vientos de libertad , la acción llevada a cabo por Estados Unidos, una acción avasallante contra los que luchaban por mejores situaciones de vida y por espacios de libertad, se concretó en una guerra sucia. No era una guerra en sentido estricto, pero hubo apoyo a golpes de estado, desapariciones y todo lo que ha salido a la luz. Pero no se trataba todavía de la construcción de una imagen de amenaza hacia Estados Unidos.

Esa perspectiva da el primer paso con la ley contra las drogas de Richard Nixon en 1971. En este momento se establecen, en el marco de otras leyes prohibicionistas que ya se habían dado, elementos geopolíticos nuevos, que no existían en las leyes anteriores. El primero es la criminalización de barrios dentro de los Estados Unidos y el otro es la asociación entre el consumo de drogas y los grupos que actuaban contra la paz y en favor de la guerra. Cara al exterior, esto sirvió para justificar las intervenciones en Latinoamerica como una lucha contra la droga. Pero EEUU seguía sin ver al Continente como una amenaza.

Cuando termina la Guerra Fría y cae el muro de Berlín, Estados Unidos necesita darle salida a toda esta industria armamentista que es tan importante en su economía. Necesita la estructuración del miedo como herramienta para que la población acepte toda una serie de medidas que se toman bajo esta idea de la amenaza externa. Ahí es donde nace esa idea de amenaza externa, en este momento, y se identifica con los migrantes.

Al principio no fue un discurso exitoso, pero se redefine a nivel estratégico la frontera, que luego se ve reflejado en 1994 con la proposición 187 que desarrolla el gobernador de California, Peter Wilson. Es importante hacer hincapié en la redefinición que se da en este momento, porque antes, sobre todo de  1942 a 1964, prevaleció otra política, con el programa bracero de contratación legal y temporal de trabajadores. En 1965 terminó este programa y el año siguiente empezó el programa de industrialización de la maquila. En este momento, el sindicato americano, que anteriormente había tenido posiciones bastante contrarias a los trabajadores migrantes, empieza a sindicalizarlos en California. En este contexto se produce la propuesta de la ley del gobernador Peter Wilson, que introduce la medida según la cual un funcionario estadounidense podía otorgar o negar servicios de educación y de salud a alguien, bajo la razonable sospecha de que se tratara de un «ilegal».

Claramente esta medida se reduce a un campo minado para el prejuicio, el estereotipo y el racismo. Tras marchas y protestas, el siguiente gobernador desistió de mantener esta propuesta, pero ya se había conformado una narración de la migración como amenaza a la integridad de Estados Unidos, por ejemplo afirmando que los migrantes llevaban la violencia, aunque se demostró que eran más víctimas que victimarios. Este tema, junto con otros (que los migrantes quitaban el trabajo a los estadounidenses o que llevaban enfermedades, por ejemplo), entra en el discurso de grupos supremacistas que empiezan a actuar o que ya actuaban en el territorio. Entre ellos están White Power, Wake up Washington, Light at the Border —un grupo de personas que se ponían con las luces de los carros encendidas en la frontera, supuestamente para impedir el cruce migratorio— el Ku Klux Klan, los Skinheads, y otras organizaciones al estilo del American Border Patrol. Lo que tenemos ya a esa altura es una narrativa supremacista que se monta a través de organizaciones y que criminaliza la migración. Después de la ley 187, hubo varias iniciativas, hasta la primavera de 2006, con la ley  Sensenbrenner. Luego llegó el 11 de septiembre, se dio un nuevo empuje a todas las perspectivas de fortalecimiento de las fronteras y se radicalizaron las voces que clamaban por más seguridad.

Quiero decir, deportaciones siempre hubo, ya a partir de los años 20 hubo deportaciones, también durante la gran depresión económica, lo que pasa es que se fueron incrementando. Con Barack Obama, fueron 2,8 millones las personas deportadas.

Por otra parte, hubo un retraso del Gobierno Mexicano en la respuesta a estas acciones. La sociedad civil sí que reaccionó, aunque su respuesta tampoco fue suficiente, con la crisis causada por la burbuja financiera, que dio lugar a una disminución de puestos de trabajo, pero también del flujo migratorio.

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Patrulla de la American Border Patrol

E. Ritondale.— ¿Cuál es, entonces, el elemento «novedoso» aportado por Donald Trump a esta narración?

J. M. Valenzuela.—  Desde su primer discurso en 2015, Donald Trump sitúa el tema de la migración indocumentada definiendo los migrantes como «delincuentes» y desplegando toda esa retórica antiinmigrante como base de la suya propia. Al mismo tiempo, asegura que construirá el muro entre México y Estados Unidos, aunque, hay que decirlo, una tercera parte de la frontera tiene ya muros y, en algunos lugares, existen hasta tres muros. Esta idea se volvió atractiva para una parte de la población norteamericana  y, aunque Donald Trump perdió por tres millones de votos, finalmente ganó. En este proceso que lo llevo a «ganar perdiendo», generó algo resumido muy bien por uno de los exponentes del Ku Klux Klan, que dijo que, finalmente, gracias a Donald Trump, podía quitarse la camisa de fuerza de lo políticamente correcto y podía decir lo que realmente pensaba. Lo que ha hecho Donald Trump no ha sido inventarse un discurso supremacista, que ya estaba ahí, como el dinosaurio de Monterroso, sino generar un espacio de expresión para todas estas voces supremacistas que de alguna manera habían sido contenidas. Esta retórica migratoria ha sido parte de una estrategia de búsqueda de legitimidad política. Hay que fijarse en lo que hizo durante su discurso de toma de posesión. Trump utilizó tres anécdotas, sólo tres, que hablasen de violencia realizada por los migrantes. El prejuicio se basa en la ignorancia y la anécdota para legitimar visiones preconcebidas.

E. Ritondale.— ¿Cómo han reaccionado los intelectuales que viven y trabajan en la frontera? ¿Particularmente, hubo respuestas o acciones concretas por parte del Colef, por ejemplo?

J. M. Valenzuela.— Al principio lo que hubo fue sobre todo incredulidad. Parecía absolutamente anacrónico, impensable, que un personaje como Donald Trump, diciendo las cosas que decía, tuviera alguna posibilidad de llegar a ganar la contienda electoral con esa narrativa sexista, agresiva, con esa descalificación de la población migrante desde la ignorancia, con su fundamentalismo contra los musulmanes, su simplismo económico. Bergman utilizaba la imagen del huevo de la serpiente, que nadie puede ver pero que ya está ahí, para explicar el ascenso del nazismo en Alemania. Había gente que decía lo mismo de Hitler, que estaba loco y que no iba a durar. Pero luego se ha visto como se ha ido articulando este personaje llamado Donald Trump, tan limitado pero por otro lado tan agresivo, y que expresa esta rabia supremacista tan bien contenida por nucleos importantes de Estados Unidos. Se va haciendo evidente también el funcionamiento real del sistema político electoral estadunidense. Trump pierde por tres millones de votos pero gana, es una dinámica bastante caprichosa. Pero ya desde que ganó las primarias republicanas y se intuyó que tenía posibilidades reales, se han desplegado, desde múltiples  plataformas, acciones en contra de Donald Trump en ambos lados de la frontera.

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E. Ritondale.— La frontera entre México y EEUU ha sido y sigue siendo objeto de múltiples estudios. Su peculiar porosidad, el hecho de ser la frontera más cruzada en el mundo, han llevado al uso del término «transfronterizo» para referirse, por ejemplo, a quien a diario cruza por razones de estudio, trabajo o por motivos personales. ¿Los cambios prometidos por Trump harán que todos estos estudios  y teorias posmodernas sobre las fronteras y lo transfronterizo tengan que replantearse?

J. M. Valenzuela.— Yo creo que hay una moneda en el aire, todavía.  Creo que una parte importante del discurso de Donald Trump es muy peligrosa para la frontera, para un marco de convivencia pacífica, pero por otro lado hay una condición de real politic, en la cual vemos que no ha logrado concretar gran parte de su propuesta. Acaba, por ejemplo, de recibir un golpe importante su proyecto en contra de las ciudades santuarios, las que apoyan los migrantes. También tuvo un rechazo  su idea de incorporar el muro en el presupuesto y también se le ha revertido la idea de bloquear o limitar el acceso a Estados Unidos de personas musulmanas procedentes de ciertos países. Desde el punto de vista económico, también hay empresas que no podrán ajustarse a su tipo de estrategia, porque hay una diferencia de salario de hasta seis veces entre Estados Unidos y México. Lo que sí ha crecido, y es muy peligroso, son los episodios de odio, de racismo, múltiples casos de agresión de niños blancos a niños latinos. Estas cosas se han vuelto más visibles, se han transparentado. No es porque no existieran, sino porque se ha vuelto mucho más clara la expresión de desencuentro, de agresión racista y supremacista, estigmatizante. Hay que estar muy alerta, pero de momento la amenaza de Trump, debido a los intereses que se le oponen, no se ha concretado. Estamos ante lo que se ha demostrado a lo largo de la historia como el gran eje del proceso migratorio en los EEUU: la propia economía del país. Es la situación económica la que define la política frente a la migración. Si la economía de EEUU vuelve a encaminarse de manera importante y vuelve a necesitar mano de obra, tendrá que flexibilizar y generar estrategias para que crucen . Estamos hablando de una población migratoria que tiene por lo menos diez años menos, en promedio, que la media de la población de EEUU. Es la población que, a final de cuentas, pagará la pensión a estos blancos supremacistas que ahora los rechazan.

E. Ritondale.— ¿Cómo se explica que muchos latinos hayan votado a Trump?

J. M. Valenzuela.— Bueno, los latinos votaron mayoritariamente a Hillary Clinton. Pero hay dos factores importantes que debemos tener en cuenta: el primero es que ninguno de los dos era un candidato presentable. Clinton fue cómplice de toda esta estrategia que generó una cantidad enorme de deportados. Para un sector muy fuerte de la población no se trataba de una alternativa viable. En segundo lugar, la condición étnica no es el único repertorio que define las situaciones políticas de la población y hay sectores conservadores incluso entre los votantes latinos, por razones religiosas o por intereses económicos. Yo creo que si hubieran tenido un candidato más presentable el voto hubiera sido distinto. Recordemos que a Barack Obama la población mexicana le votó en un 71 % aproximadamente. Pero luego le perdieron la confianza con las grandes deportaciones.

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E. Ritondale.— Finalmente, Tijuana. La ciudad, desde siempre, es el lugar por el que pasa una gran parte de la población latinoamericana que quiere cruzar al norte. ¿Cuáles son los grupos de migrantes más numerosos en la ciudad y en qué condiciones se encuentran?

J. M. Valenzuela.— Hay que destacar la situación de los Haitianos, ya investigada por el Colef. Los alumnos e investigadores del Colef han ido buscando y recogiendo testimonios de los haitianos en los albergues y las pensiones donde se encuentran. Es interesante porque los haitianos se han venido integrando mucho en la sociedad tijuanense, se han venido incorporando en muchos niveles e incluso hay propuesta de construcción de casas para ellos. No quiero decir que estén bien, pero cuando se percataron de que muchos de los que trataron de cruzar la frontera fueron luego deportados a Haití, decidieron no tratar siquiera de cruzar y se quedaron aquí. Luego está la situación de los cubanos. No conozco su situación a lo largo de toda la frontera, pero sé que esperan un cambio de las políticas estadunidenses hacia ellos, aunque ya es muy dificil que se dé, pues no pienso que Donald Trump quiera volver a hacer efectivo el programa Pies secos pies mojados.


[Estudios desarrollados por el Colef sobre temas como migración y frontera: https://www.colef.mx/?post_type=estudiosdeelcolef%5D

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