Mirar al retrovisor

Los raros gobiernos de coalición en España

Joan Santacana enumera las ocasiones en que se formaron gobiernos con ministros de varios partidos a lo largo de la historia del país.

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Desde 2008, mi amigo el profesor Javier Paniagua, que fue diputado del PSOE durante algunos lustros, defiende que en España se necesita un gobierno de coalición. Y tiene sus razones. Yo, por mi parte, he intentado mirar hacia atrás para ver cuándo y por qué hubo gobiernos de coalición en este país. La historia de nuestro siglo XIX nos muestra que el primero de este tipo lo presidió el conde de Toreno en junio de 1835. Toreno formaba parte del entonces llamado Partido Moderado, y en su gobierno entró un progresista como Mendizábal para desempeñar la cartera de Hacienda.

La segunda ocasión en que ocurrió algo parecido fue en junio de 1854 y lo presidió un espadón, el general Baldomero Espartero, que era miembro del Partido Progresista, pero nombró ministros moderados como el general Leopoldo O’Donnell, que por cierto era su encarnizado rival político.

La siguiente ocasión parece ser que fue en 1868, cuando el general Serrano formó un gobierno provisional con miembros de los tres partidos que habían sido los instigadores de la revolución, es decir, el progresista, el liberal y el demócrata, aunque este último no quiso participar.

A lo largo de la Restauración el sistema funcionó con el bipartidismo, con dos partidos que se turnaban en el poder apoyados por un sistema caciquil, pero en 1917 Manuel García Prieto, que era del Partido Liberal, formó un gobierno «de concentración nacional» (no lo llamaron de coalición) y al año siguiente Antonio Maura presidió otro gobierno parecido al que llamó «gobierno nacional», evitando también la palabra coalición. En estos dos gobiernos entró por primera vez algún ministro regionalista como Francesc Cambó, de la Lliga Regionalista de Catalunya. Desde entonces se sucedieron gobiernos vertebrados entorno a esta idea hasta casi el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923.

Ya con la proclamación de la Segunda República, en abril de 1931 se formó el gobierno con el espectro político más amplio, presidido por Alcalá-Zamora y que tenía en su seno a casi todos. Y luego, bajo Azaña continuaron las coaliciones.

Despues vino la larga dictadura de Franco y hasta hoy no ha habido ninguno, salvo alguna comunidad autónoma y el gobierno de coalición de Pedro Sánchez con Podemos.

Cuando se estudia esta lista de gobiernos de coalición se llega a la conclusión de que en España los partidos políticos, en el pasado, solo se unieron ante situaciones gravísimas: así, el del conde de Toreno en 1835 se formó para afrontar una guerra civil, la carlista, y ante la quiebra económica del propio Estado. El de Espartero, en 1854, se formó despues de la revolución de la Vicalvarada, que fue un choque entre las tropas gubernamentales y las sublevadas. Por lo tanto, una situación gravísima. Igual ocurrió en 1868, cuando estalló la Revolución Gloriosa, que destronó a Isabel II. A la caída de la Monarquía, el Estado se apuntaló mediante un gobierno de coalición amplio.

Por lo que respecta a los gobiernos de García Prieto y Maura que se sucedieron desde 1917, hay que tener presente, en primer lugar, la irrupción de un partido regionalista, la Lliga, que rompió el bipartidismo en Cataluña al mismo tiempo que la primera guerra mundial estaba en su apogeo y que en Rusia caía la Monarquía y subían el poder los sóviets. Alfonso XIII estaba asustado viendo como eran derribados de sus tronos, además de los zares, los emperadores de Austria, Alemania y Turquía. Finalmente, el gobierno de Alcalá-Zamora surge cuando se hundió por segunda vez la monarquía borbónica, con Alfonso XIII.

¿Qué concluyo del breve repaso de esta larga lista de gobiernos de coalición? Pues me doy cuenta de que España actúa de forma muy diferente que otros países como Alemania, en donde la Große Koalition, formada por democristianos y socialdemócratas, funciona desde 1966 hasta los últimos gobiernos de Angela Merkel. Por otra parte, en Italia este tipo de gobiernos constituyen la normalidad desde 1944 hasta 2022, con ocho coaliciones. En 2023, en la Unión Europea hay gobiernos de coalición en Bulgaria, Dinamarca, Rumania, Islandia y Suiza.

En España, según nuestro breve resumen histórico, las grandes coaliciones sólo se han formado para afrontar crisis en las que estaba en cuestión la supervivencia del Estado. En este sentido España ha actuado como la Gran Bretaña, en donde los gobiernos de coalición no suelen ser bienvenidos, y cuyo primer gran gobierno de coalición de la historia contemporánea lo lideró Winston Churchill en 1940 ante la emergencia que significó la segunda guerra mundial. Setenta años más tarde se formó el segundo entre los conservadores de David Cameron y los liberaldemócratas de Nick Clegg, con la finalidad de afrontar los graves problemas del Reino Unido de entonces y que se arrastran hasta hoy.


Joan Santacana Mestre (Calafell, 1948) es arqueólogo, especialista en museografía y patrimonio y una referencia fundamental en el campo de la museografía didáctica e interactiva. Fue miembro fundador del grupo Historia 13-16 de investigación sobre didáctica de la historia, y su obra científica y divulgativa comprende más de seiscientas publicaciones. Entre sus trabajos como arqueólogo destacan los llevados a cabo en el yacimiento fenicio de Aldovesta y la ciudadela ibérica y el castillo de la Santa Cruz de Calafell. En el campo de la museología, es responsable de numerosos proyectos de intervención a museos, centros de interpretación, conjuntos patrimoniales y yacimientos arqueológicos. Entre ellos destaca el proyecto museológico del Museo de Historia de Cataluña, que fue considerado un ejemplo paradigmático de museología didáctica.

4 comments on “Los raros gobiernos de coalición en España

  1. Vicent Yusà

    Interesante y didáctica recorrido histórico.
    Solo una cuestión. Paniagua, aunque fue diputado de PSOE, lleva ya años muy alejado de los socialistas, y próximo a postulados conservadores. Defiende un gobierno de coalición, pero no de coalición progresista, sino entre PP-PSOE.
    Gracias por su artículo.

  2. Javier Paniagua Fuentes

    Muchas gracias al amigo Santacana por su repaso a la trayectoria política española desde el siglo XIX. Tan solo diré que no siempre las tendencias históricas se repiten contextos sociales diferentes: la España actual se parece más a Alemania que la España del siglo XIX porque la economía y la sociedad en la EU se acercan cada vez más. Lo mismo que hemos conseguidos un sistema constitucional. No se puede extrapolar los gobiernos del siglo XIX y parte del XX a los gobiernos de coalición después de la IIGM. También los social-liberales ingleses y escocés han pactado con los conservadores y nacionalistas escocéses. Los gobiernos de coalición en Europa se han constituidos cuando los partidos se han dado cuenta que era necesario aunar fuerzas para salir de una coyuntura política, y eso ha ocurrido en la inmensa mayoría de la UE.

  3. guillermoquintsalonso

    Gracias por la ilustración que sirve de reflexión; el buen oficia del historiador se nota! Por cierto, Sr. Yusá no sé que tiene de progresista la LOMLOE que es fruto de eso que Ud. llama coalición progresista. Le pondría tantos elementos elementos de reflexión…!¿De verdad la propaganda oficial es tan potente como para hacer del arreglo gubernamental PSOE y todos los otros un gobierno progresista? Creo que mi próximo artículo en Valencia Plaza se titulará «Lo progresista es veranear a Tinduf». Yo también creo que en esta coyuntura no estaría fuera de lugar un pacto y un gobierno de coalición PP-PSOE. Guillermo Quintás.

  4. Vicent Yusá

    Estimado Sr. Quintás, probablemente estamos frente a un desacuerdo semántico (el significado de “progresista”), y valorativo (la bondad de las políticas realizadas en la pasada legislatura). Los hechos: se han aprobado cerca de 200 leyes con una orientación diferente a las preconizadas por la derecha y la ultraderecha. Aunque sea desde la cartografía, si estás en el lado opuesto a los conservadores, puedes calificarte de progresista. Pero bueno, ya sabemos que todo término puede resultar ambiguo y polisémico.
    Saludos

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