«En la pintura abstracta», escribe Antonio Gracia, «el ojo que ve ya no es solo el pincel, sino también el espíritu; y el alfabeto ya no es la línea dibujatoria sino el color y la forma, el volumen y no la perspectiva; no se expresa la figura física sino la síquica».
«¿Cómo es posible que hasta el 45% de los médicos alemanes llegara a ingresar en el partido nazi, sin que ninguna otra profesión alcanzara estas cifras de afiliación política?», se pregunta Francisco López-Muñoz.
¿Podemos reeducar a los malvados? Y si es así, mientras tanto, ¿qué hacemos con ellos? Pedro Luis Menéndez lanza más preguntas que respuestas en un artículo escrito al calor de los debates reavivados por el asesinato de Laura Luelmo.