Escenario

Granito del nuevo mundo

Eloy Fernández Porta visita el Centro Internacional Niemeyer de Avilés con la pieza teatral "Granito del nuevo mundo".

El escritor y ensayista Eloy Fernández Porta  interviene esta tarde en el ciclo Palabra del Centro Internacional Niemeyer de Avilés (Asturias) con el espectáculo Granito del nuevo mundo, breve pieza teatral acompañada de proyecciones musicales que abre su reciente libro de ensayo En la confidencia (Anagrama, 2018).

Granito del nuevo mundo arranca con el encuentro casual, en un garaje al aire libre de Carolina del Norte, entre un veinteañero español recién llegado y un hombre sureño que busca en vano una cura para la enfermedad de su esposa. Desarrollado en forma de pieza teatral breve, e ilustrado con una selección de obras de arte basada en la gama cromática del blanco, la obra arranca como un monólogo dramático y, en un giro imprevisto, se transforma en una sátira vibrante en torno al choque cultural, en el que el autor se desdobla en dos personajes, Suicide y Western Culture, que, enzarzados en desafíos y arrastros, crean un concilio inicialmente violento, a ratos cómico, punteado por escenas líricas y un momento musical, en el que van ajustando cuentas el Viejo Mundo y el Nuevo.

“Granito del nuevo mundo” de Eloy Fernández Porta

F. P. Confidential

/ por Guillermo Sánchez Ungidos /

No les estoy confesando ningún secreto si les digo que Eloy Fernández Porta es uno de los referentes nacionales del ensayo contemporáneo. Junto a otros nombres como Agustín Fernández Mallo, Vicente Luis Mora o Remedios Zafra, relacionados profesionalmente con la institución universitaria, ha sacudido las telarañas del ensayismo, concibiéndolo como una obra abierta, una forma de resistencia frente aquellas consignas que no paran de afirmar las impotencias del pensamiento. La razón argumentativa en torno a los temas socioculturales que no muchos se aventuran a explorar con profundidad, por su proximidad temporal o por su elevado tono pop, y sus innovadores conceptos teóricos le han otorgado un lugar privilegiado.

Así las cosas, así las mercancías

Eloy Fernández Porta ha ido recolectando y modelando ideas entre los escombros de la realidad que, con el tiempo, ha ido utilizando para construir una alta torre del pensamiento que ilumina los aspectos más recónditos de nuestra antropología social y cultural. Con Afterpop. La literatura de la implosión mediática (2007), el escritor catalán sentaría las bases para las reivindicaciones argumentativas que se sucederían en torno al surgimiento de un espacio más receptivo para las propuestas estéticas, hacia la superación de lo pop.

Para el crítico cultural concebido como artista, ambas tareas intrínsecamente relacionadas, el trabajo principal consiste en identificar cómo se producen los dispositivos de subjetividad y privacidad en el centro de la cultura del consumo. Por ello, el autor ha ido dirigiendo el pensamiento —y la mirada— hacia las ideologías de la emoción, hacia cómo sentimos el mundo, como resultado de la producción técnica y discursiva de nuestro momento histórico. Así, en ensayos como Homo Sampler. Tiempo y consumo en la Era Afterpop (2008), asumiendo la lógica discursiva de los medios de comunicación y los dispositivos tecnológicos, reflexiona sobre el tiempo en época de la implosión mediática.

En esta línea, €®o$. La superproducción de los afectos (Premio Anagrama de Ensayo, 2010) atiende a los lugares comunes que se habrían ido construyendo en torno a las relaciones afectivas, revisando sus representaciones discursivas, para reorientar las renovaciones de los códigos emocionales a partir de la incidencia de los nuevos medios, retomando la idea de una identidad tecnológica. Este capitalismo emocional, la «época en que las formas de producción y venta pasan por la sensibilidad del consumidor y la construyen», protagoniza también Emociónese así. Anatomía de la alegría (con publicidad encubierta) (Premio Ciudad de Barcelona y Premio Extraordinario de Doctorado, 2012), en el que se dinamitan las distinciones que asientan nuestra comprensión de la esfera social.

Ocurre que el rumor deja huellas a su paso

Toda esta corriente de pensamiento que ha ido fluyendo en la labor ensayística del autor parece habernos preparado como espectadores confidenciales del Homo Sampler; pero ahora, al fin, nos acoge En la confidencia para guiarnos por este Tratado de la verdad musitada (2018), para iniciarnos en la cultura de rumor, en la pulsión del chisme, que sale, como toda pulsión, del cuerpo: «dejas que se extienda».

Así comienza el último libro de Eloy Fernández Porta, con la asunción de una intrusión e indiscreción moral: el cuerpo es raptado por la empresa mundial hasta que de repente alguien-otro te confiere algo privado y delicado, instante en el que se inclina, momento confidencial en el que recuperamos lo que nos ha quitado la vida laboral («Ahora sí: el cuerpo de tu oficio ha desaparecido. Vuelves a ser tú. Soy todo oídos»).

Mediante la combinación de una imaginación lógico-técnica y el descontrol hacia un futuro apocalíptico, se esboza una historia cultural de la confidencia con un componente más psicológico: su transmisión irreparable en forma de miasma, su economía de modas, sus políticas genéricas y sus afectos ponen en funcionamiento un temblor, entre dos puntos (sonsacar o consentir, dar o arrebatar, expresar o reprimir), que nos permite «visualizar el pathos con que vivimos la inevitabilidad de las habladurías».

Fernández Porta inicia su andadura argumentativa a partir del mito egipcio de Ra, en el cual Isis se hizo con el secreto («espero sentada porque / yo se la verdad / y voy a gritar»). En esta mitocrítica podría encontrarse el origen de un ensayo que profundiza, desde las coordenadas de la confidencia, en «el descubrimiento de la subjetividad y el nacimiento del automatismo», encarnados en la Segunda Venida del mito prometeico, esto es, en el discurso confesional del replicante Roy Batty: yo no soy un robot; pero tú tampoco eres tan humano. Esta es la confidencia que toda esta tecnología que nos rodea, que nos mira, nos transmite: «Quizás nos hizo J. F. Sebastian» («o quizás no»).

El concepto de confidencia que se sugiere, aquel que de prometeicos nos ha convertido en tiresianos (del deus ex machina, ese Steve Jobs con su iPhone-fuego-divino, a la vida íntima, la sexualidad y la multiplicación de identidades), desencadena una profunda reflexión en torno la dialéctica entre la subjetividad y la conciencia del automatismo, pues ambas, unidas en la causa confesional, «conforman la experiencia sensitiva cotidiana como Industria Extractiva de la Subjetividad», en la que la idea de chismorreo alcanza cotas globales, en la que la línea entre el rumor, legitimado como categoría informativa, y el dato es muy difusa.

Fernández Porta afirma así que las redes sociales son «dispositivos obligatorios de sobresocialización compulsiva, protagonizados por personas que se han atrapado a sí mismas […] entre la sociofilia y la sociofobia, entre la búsqueda afanosa de la Humanidad y el hallazgo frustrante de la muchedumbre». Contra la tesis del narcisismo en las redes sociales, el universo selfie, propone un modelo especular del yo frente al Gran Otro: quien se confiesa adopta una posición que demanda atención, participación, complicidad («¡troléame, por compasión!»). El confesor domina el acto de comunicación, se enaltece en él y puede adquirir un protagonismo que de otro modo le sería imposible poseer, compartiendo un material preciosísimo.

Los discursos autobiográficos se basarían en una dinámica entre la vergüenza padecida y la vileza consentida o actuada («placer culpable, gozoso malestar»), y Fernández Porta los distingue inteligentemente de los ficcionales por un factor que denomina «el oro del oprobio». Pero en la comunicación confidencial el confesor se encuentra atrapado en las constricciones de la fórmula confidencial, canales que «funcionan de maneras distintas en virtud de la complicidad de género», que le obligan a recurrir a repertorios como el de la victimización. Así es como el auge de este tipo de discursos, se convierte en un código emocional contrapuesto por el cual el mundo de valores de la identidad hegemónica del hombre blanco, derrumbado, se acaba convirtiendo, desde la heterodoxia, en el elemento principal del rearme de la masculinidad.

Por tanto, se recupera la idea de objetividad precisamente para distinguir procesos como la construcción del género, que moldean de por sí presupuestos compartidos y circunstancias manifiestas, en los que el sujeto buscará alteraciones de las reglas establecidas. La subjetividad es, entonces, la diferencia que emerge cuando colisionan la norma y la excepción, quizás porque se cree que el silencio y la integridad son la misma cosa.

Homo Confidencial

El motivo de la confidencia desencadena una reflexión sobre la transmisión de informaciones, la privacidad, el control…, sobre cómo el juego erótico del secreto hace posible la política moderna o sobre cómo la música electrónica consiguió introducir el ardiente murmullo del yo en los gélidos ceros y unos; elementos estrechamente ligados que trascurren entre el silencio y la afirmación, en un «espacio mudo», y que Eloy Fernández Porta analiza en este desplegable confidencial. Una muestra de erudición cultural y un ethos intransferible que abarca las disciplinas y escenarios más diversos, desde la hibridación discursiva a la exuberancia referencial: de la mitología al cine, a la literatura, a la fotografía, a la música, al cómic, al arte pictórico, a la filosofía o a los test del Cosmopolitan para ser un poquito mala.

Fernández Porta ha ido buscando nuevas grietas en el muro y, como ocurría en los ensayos anteriores, ha realizado filmaciones escenificadas de algunas de sus partes en forma de booktrailers. Con un carácter más teatral que el del formato spoken word al que nos tenía acostumbrados el dúo Fernández & Fernández, se demuestra así la habilidad del autor no solo para aprovechar la formalidad del género, sino también para ampliar sus posibilidades elocutivas, aparejadas al ritmo de la escritura, para escudriñar cuáles son las potencias de transformación que ofrece el pensamiento en nuestro presente.

Además, el libro está atravesado por fragmentos de un capítulo intermitente autobiográfico, aunque con apariencia de relato; una serie de escenas privadas en las que el autor se convirtió en depositario de confesiones de desconocidos, donde tiene lugar la historia personal como oyente confidencial, que sirve de contrapunto a la historia cultural de la parte ensayística.

Se representa, en ese registro autobiográfico, una situación dramática que tuvo lugar a la mañana siguiente de la llegada a una localidad de Carolina del Norte, donde el autor vivió un año. Este Granito del Nuevo Mundo, que en el texto sirve como punto de partida, ha sido reimaginado, ampliado y reconvertido en un acto teatral audiovisual con un registro polifónico al que tendremos la oportunidad de asistir en esta Sala Club del Centro Niemeyer, una sátira del choque cultural que va de lo dramático a lo cómico y de lo cómico a lo elegiaco, en cuya base se encuentra el motivo principal del ensayo; me atrevería a decir, más bien, el motivo que lo ha desencadenado: una capacidad cuasi innata para absorber confidencias.


 

 

Eloy Fernández Porta (Barcelona, 1974) es Doctor en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra y profesor de Teorías de la Cultura. Su serie de artículos sobre arte Nubada en prosa se edita en Jot Down y Núvol. Ha desarrollado los dúos de spoken word “Afterpop Fernández y Fernández” (con Agustín Fernández Mallo) y “Mainstream” (con Jose Roselló). En Anagrama ha publicado los libros de crítica cultural “Afterpop”, “Homo Sampler”, “€ROS, “Emociónese así”, “En la confidencia” y, próximamente, en la colección en catalán de la editorial, “L Art de Fer-Ne Un Gra Massa”. Galardonada con el Premio Extraordinario de Doctorado, el Premio Anagrama y el Premio Ciudad de Barcelona, su obra ensayística ha sido traducida al inglés, francés y portugués.

 

 

Acerca de El Cuaderno

Desde El Cuaderno se atiende al más amplio abanico de propuestas culturales (literatura, géneros de no ficción, artes plásticas, fotografía, música, cine, teatro, cómic), combinado la cobertura del ámbito asturiano con la del universal, tanto hispánico como de otras culturas: un planteamiento ecléctico atento a la calidad y por encima de las tendencias estéticas.

0 comments on “Granito del nuevo mundo

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: