Un tácito testamento

/un relato de Miguel Antón Moreno/

Él quiere morir en secreto, para no concederle el triunfo a nadie, y como última cena se come su testamento.

Elias Canetti: El libro contra la muerte.

Sebastián Paidós dejó escrito su testamento siete días antes de morir en su cama. El notario abrió el sobre y leyó la breve misiva. Los familiares recibieron el mensaje con una solícita indignación, sin entender nada. Decía así:

Cuando por fin arribó a la isla que lo vio nacer, comprendió que su potencia infinita y su ubicuidad rompían el lenguaje, permitiéndole afirmar cosas como “mañana desperté en el medio del mundo”, o “la pasada noche descenderé de los cielos”. El sol y la luna son la misma cosa; en el día y en la noche se entrelazan en un orbe tan claro como oscuro. Lo uno y lo múltiple son dos formulaciones de lo mismo. Y sin embargo, jamás pudo dejar de ser.

Solamente el hijo menor (eran doce hermanos) supo interpretar aquél tácito mensaje, como así se había calculado. Lo que no decían esas palabras era que la historia ahora estaba terminada. Lo único que tenía que hacer era imbricarlas al final del manuscrito. Sebastián ni siquiera tuvo que cambiar la autoría; nació con el mismo nombre.

Miguel Antón Moreno (Madrid, 1995) es estudiante del doble grado en filosofía e historia, ciencias de la música y tecnología musical en la Universidad Autónoma de Madrid, escritor y músico.